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UNA FAMILIA SALVAJE - LAURENT MOREAU

¿Alguna vez habéis usado una metáfora para describir las cualidades de vuestros seres queridos? ¿Os viene a la mente algún animal con el que podáis definir a ese padre tan fuerte que siempre os ha podido llevar a sus hombros o esos/as hermanos/as que siempre han tenido un don para las travesuras?

Laurent Moreau nos divierte con una ingeniosa manera de destacar esos puntos más entrañables de los componentes de la familia de una niña aparentemente ‘normal’. Con la ayuda de figuras como osos, jirafas, leones, monos y otros animales se construye una dulce y emotiva descripción de esta divertida y peculiar familia.

Moreau ha logrado crear un álbum ilustrado que nos muestra una bonita forma de elogiar las virtudes de los seres queridos que nos rodean y sitúa cada metáfora en escenarios de la vida cotidiana que nos resultan muy familiares. Como ya lo hizo con otros trabajos (Un día loco en la vida del profesor Kant o Día de pesca), este ilustrador y escritor nos vuelve a conquistar con cada toque de color y con cada detalle de su propio estilo.

Andrea Moreno

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1921. DIARIO DE UNA ENFERMERA - ELIGIO R. MONTERO

Enfermera. Esta es la palabra que me sedujo a sumergirme en la lectura de 1921. Diario de una enfermera. Pese a haber estudiado letras, siempre he sentido curiosidad por el funcionamiento del organismo humano y todo lo relativo al mismo. Saber su composición, analizar sus patologías, descubrir sus curaciones, prevenir dolencias, todo ello me parece impresionante. No obstante, sé que el mundo de la medicina no solo abarca lo bueno, sino que se enfrenta a un gran número de horrores y crueldades. Y es lo que experimenta Laura, nuestra protagonista.

En esta novela, Eligio R. Montero traslada la vida de unas jóvenes enfermeras españolas al norte de África para ofrecer servicios a los heridos de guerra, pues a principios del siglo XX España sucumbió ante el ejército de Abd el-Krim. Gracias a estas aristócratas instruidas por la reina Victoria Eugenia y dispuestas a sacrificar su lujosa vida, los militares españoles serán atendidos y, su mayoría, curados.

En un principio, Laura es una estudiante de esas patologías, curaciones y dolencias. Pero, poco a poco, va erigiendo su persona como una enfermera con profesionalidad y de gran estima. De hecho, es ella quien da informe de lo que está sucediendo, pues las palabras de su diario conforman toda la ficción. Como todas las enfermeras, abandona su casa, su familia y los lujos, pero en su caso para conocer el paradero de Javier, capitán de aviación que le promete amor eterno. No es consciente de lo que significa ser enfermera hasta que deja de descansar, dormir y vivir sin preocupaciones ni responsabilidades. Esta nueva aventura está gestando un nuevo ser, la está transformando. Llega a Melilla como una niña recién licenciada en enfermería por la Cruz Roja y la abandona como una mujer sin miedo ni inocencia. Ya no es esa jovencita, sino que es una señorita nutrida de experiencias.

Asimismo, Laura parte de España con la esperanza de reencontrarse con Javier y recuperar su historia de amor, pero no esperaba que este mismo amor fuera puesto en duda. Como en todas las novelas románticas, Eligio R. Montero no olvida el ingrediente esencial: una tercera persona. Esta es un herido sin rostro, lo llaman, porque su semblante queda cubierto por unas vendas que tan solo dejan a la luz sus ojos y labios. Pero también es un herido sin memoria, que estará dispuesto a recuperar su identidad con la ayuda de Laura. Iniciarán, entonces, un camino que les tiene preparado una serie de pruebas, sacrificios y sufrimientos.

Amor y muerte, alegría y sufrimiento, castigo y recompensa. De igual manera, es una novela que prevé los típicos finales y, por tanto, se priva de lo esperado. Aun así, lo importante no es el final, que también, sino el día a día de Laura: lo que le pasa, por lo que sufre, sus dilemas, sus amigas, sus castigos, sus errores, porque todo ello es partícipe de la configuración como la nueva Laura, la Laura libre dispuesta a decidir.

María Navarro




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SEXISMO COTIDIANO - LAURA BATES

Me gustaría estar comentando una lectura de ficción, una novela de terror, pero sin embargo se trata de un análisis de la realidad, con experiencias reales de miles de adolescentes y mujeres adultas muy diferentes y diversas.

En este libro la activista Laura Bates nos muestra desde un punto de vista muy amplio los problemas que sufrimos las mujeres en diferentes ámbitos y grados, desde sexismo cotidiano que se suele pasar por alto y no se le da importancia, hasta casos gravísimos. Después de haber realizado una investigación exhaustiva entrevistando a un gran número de chicas, de haber leído una inmensidad de experiencias y haberse informado a través de estadísticas y estudios, nos muestra todos estos problemas que necesitan ser resueltos cuanto antes, y además realiza un análisis sobre la raíz del problema para concienciar sobre el porqué de estos problemas y facilitar que se resuelvan.

Se trata de un libro muy completo que abarca todos los ámbitos en que la mujer se encuentra discriminada y/o acosada con estadísticas y elementos contrastables que dan peso a lo que nos explica. Dentro de este libro encontramos la voz de muchísimas mujeres y también de algunos hombres que se posicionan frente a la violencia y a la desigualdad de género a través de tweets, entrevistas con la autora, estadísticas y estudios.

Además, la autora trata, aunque de una manera más superficial y por encima, algunas otras opresiones y desigualdades que sufren muchas personas, como por ejemplo el racismo.

Es un libro que considero lectura obligada para todo el mundo. Por un lado, para concienciar del problema y como ayuda para las mujeres para denunciar los casos de acoso, para concienciar de que es un problema muy extendido y que cuentan con apoyo de muchas otras mujeres (y hombres) para poder denunciar los hechos. Por otro lado, para que aquellas personas que protagonizan estos casos de acoso se den cuenta de la magnitud del problema y sean conscientes de la necesidad urgente de tomar medidas por parte de todos y todas. Para poder acabar con los casos más leves de sexismo que se retroalimentan unos a otros y acaban llevando a los casos más graves.

Laia Vaquerizo

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ORIGEN - DAN BROWN


Me ha vuelto a atrapar. Puedo estar todo el año defendiendo a aquellas editoriales que luchan por ofrecer una literatura de lo que suelen llamar «de calidad» – que yo nunca he sabido qué es pero defiendo por no quedar mal –, puedo estar todo el año criticando en conversaciones con amigos la sobreproducción de libros, la comercialización de la literatura, la inutilidad de según qué publicaciones, y que llegue el día en el que sale una nueva novela de Dan Brown y yo vuelva a estar pegado a sus páginas. Como he dicho, me ha vuelto a atrapar. 

En Origen, Robert Langdon vuelve a ofrecernos su mano para llevarnos por una historia de más de 600 páginas de extensión pero de pocos días de duración. ¿Por qué? Porque te hará que lo leas casi del tirón. Si ahora mismo estás diciendo «¿pero este qué se cree? A mí no me va a enganchar, lo lleva claro», te animo a que lo compres, contribuirás a la cultura y a ti, (lo siento por no saber hacia qué decantarme). En esta ocasión, nos encontramos en España, concretamente en Bilbao, con un Langdon que es invitado a un enigmático anuncio que tendrá lugar en el Museo Guggenheim por parte de uno de los jóvenes multimillonarios más de moda del momento, un visionario moderno, un profeta 2.0: Edmond Kirsch. A partir de ese momento, todo se trastocará en la vida de ambos y de todos los que les rodean. Langdon se verá obligado a ir a Barcelona, a recorrer – como tanto le y nos gusta – la Historia, a sumergirnos en el mundo “gaudiniano” y a ofrecernos pinceladas y no tan pinceladas acerca del mito de la creación, de la lucha entre ciencia y religión, del poder que tiene la persecución de la palabra de un dios sobre toda una sociedad, sobre todo un planeta: el nuestro. Acabaremos sabiendo en qué cree Robert Langdon.

Desde que tiene lugar el punto trágico de la narración, ese punto que Dan Brown sabe colocar tan pronto y que es tan efectivo en la cosecha del ansia del lector, nos veremos obligados a seguir sin tiempo para respirar a Langdon y su clásica mano derecha, papel que en esta novela recae sobre Ambra Vidal, la directora del museo. Kirsch prometió anunciar algo que cambiaría el devenir vital de todo el mundo, que destruiría las religiones, que respondería, por fin, a las tan recurridas preguntas: «¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos?». Algo impedirá que tenga lugar ese anuncio en el momento planeado, pero no que se haga público pocas horas después. ¿O sí? Para eso deberemos coger la mano de Langdon. 

Dan Brown avanza en este libro y posa su mirada novelística sobre el futuro: avances tecnológicos, científicos, incluso religiosos; Uber, redes sociales, hackers, Tesla, Apple o incluso Frozen; pinceladas que deja Dan Brown para decirnos que Langdon no tiene porqué quedarse estancado tras los brazos del Hombre de Vitruvio, y que no lo hará. Puede que moleste la imagen que ofrece de la Casa Real española, o del papado actual, o de la estancada sociedad española. Puede que sí y eso provoque feroces críticas – como ya pueden leerse – o puede que no y siga convenciendo a gente – yo – que dedica sus días a decir que no lee este tipo de libros. Y puede entonces que me preguntes: «¿por qué haces eso, hipócrita?», y yo te diga que no lo sé (aunque sí lo sepa), que nunca he leído a Dan Brown (aunque haya leído todos sus libros), que es verdad que ya está de capa caída (no lo está), que tienen razón los que lo dan por acabado (no la tienen), que yo nunca, que yo tampoco nunca (yo siempre, yo también siempre), me he preguntado «¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos?». ¿Y tú? 

Víctor González


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LA NOVIA FRANCESA DE HO CHI MINH - ÓSCAR SIPÁN

Me gusta el cuento como género. Sé que hay pocas editoriales que apuesten por él, que vende poco y que suele estar visto como un género menor. Sé todo esto y me da igual, porque como digo me gusta el cuento. Y mucho. Y me gusta porque he tenido la suerte de encontrar referentes en él, escritores a través de los cuales verme, frases que yo escribiría si supiera por dónde se debe empezar a la hora de ponerse a escribir. Oscar Sipán es uno de ellos, para mí el mejor cuentista español de los últimos años, ese autor secreto al que te sientes orgulloso de leer y extrañado al ver que no todo el mundo lo hace. De verdad, os encantaría.

La novia francesa de Ho Chi Minh es la última apuesta del aragonés de la mano de Limbo Errante. Trece son los relatos que componen un libro de lectura rápida pero honda. Podría ponerme a explicar o a resumir los cuentos pero cuando lees a Sipán te das cuenta de que no quieres saber qué te va a contar sino que lo quieres es que te lo cuente, que te lo cuente ya, por eso es tan complicado terminar de leer un relato y dejar el siguiente para después. Ten cuidado, ya te aviso, si compras alguno de sus libros tienes que tener claro que te lo leerás del tirón. Y eso es un peligro. Sipán tiene algo especial, es capaz de imponer su mirada a la tuya y hacer que a partir del momento en que lo has leído veas todo a través de su forma de mirar. A través de la suya y de la de tantos otros que a él lo han formado, lo han pulido. No hay más que leer y disfrutar el prólogo. Y es que como decía Eugeni d’Ors, «lo que no es tradición es plagio». 

Algunos más breves y otros más extensos, incluso alguno formado por varios microrrelatos, los trece cuentos que forman La novia francesa de Ho Chi Minh harán que vuelvas a disfrutar leyendo, con sus vueltas de tuerca a metáforas imposibles, con símiles que llevan la etiqueta de subrayado obligatorio, con historias que parecen escritas por tu yo del futuro sabedor de lo que te va a gustar para gustarte. Que el trece siempre vaya unido a esta suerte. 

Ya es un clásico deleitarte con las citas que siempre adjunta al inicio de cada relato y que son el resumen de lo que va pasar. Así como la maestría en las sentencias, frases que provocan en ti  muecas de satisfacción, agujas que explotan el globo de la historia y te cambian. Me gusta lo que Sipán cuenta y sobre todo cómo lo cuenta. Me gusta esa formar de mirar la belleza desde su cara oculta, desde su parte rota, desde la zona olvidada. Imagino qué debería haber sentido aquel coronel que vio, tras la guerra, el campo de batalla lleno de amapolas. Creo a veces que es imposible imaginarlo, hasta que me encuentro un libro que me trae un sentimiento que me parece posible y similar y adecuado. Siempre es un libro, y lo que me satisface y me sorprende es que empieza a ser habitual cuando leo a Sipán. Hay escrito en algún lugar del libro que «la vida es una fiesta entre dos tragedias» y yo me digo que leer a Sipán es también una fiesta entre dos (posibles) tragedias: la del libro leído y el libro por leer. ¿Te unes a la fiesta?

Víctor González.

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ME LLAMO LUCY BARTON - ELIZABETH STROUT

Tengo una manía con los libros que creo que todavía, después de tantas reseñas, nunca he contado: no me gusta que la figura que aparece en la portada me mire. No entiendo el porqué pero me pasa, me siento incómodo. Lo mismo me ocurre con el autor, no me gusta que me esté mirando. Si algún médico lee esto espero que encuentre mi enfermedad. En Me llamo Lucy Barton hay una chica en la portada, pero por suerte no te mira. Gracias, Duomo. Primer punto a favor.

Vayamos a lo serio. Qué difícil es leer un libro de éxito que está lleno de citas en su faja o en su contracubierta, ¿verdad? A mí se me hace difícil porque inevitablemente me condiciona, aunque reconozco que todo en realidad condiciona la lectura. He leído la tercera edición de Me llamo Lucy Barton, con lo que he podido leer citas elogiosas de autores, medios y críticos tanto en la faja como en la contracubierta y las solapas. Aunque, también debo decirlo, el libro las merece. Me quedo sobre todo con una, la de Robert Saladrigas de La Vanguardia, que dice que «El talento de Elizabeth Strout refulge en el peso y la densidad de las cosas que la protagonista-narradora no cuenta». Es eso que no cuenta lo que a mí más me ha gustado del libro (aunque me gustaría decir que para mí el talento es de Lucy Barton, y ya en segundo lugar, si queréis, de Strout. Mención también al trabajo de la traductora Flora Casas). 

En Me llamo Lucy Barton se nos cuenta la historia de una niña que ha alcanzado la adultez (por edad, no por condición), que ha estado ingresada en un hospital por complicaciones en una operación y que se ha visto obligada por un tiempo a hacer reposo. Eso hará que ella misma nos hable. Cuando he dicho niña no quiero que penséis en el prototipo de niña. Si vais a imaginar algo así entonces digo mujer. Pensad en una mujer, que está casada, que también lo ha estado, que tiene dos hijas y la historia de su vida por contar. Pero lo de niña lo digo por una razón que si decidís leerlo entenderéis. Atentos a la forma.

Lucy Barton, desde una perspectiva ya vivida y como escritora, nos cuenta lo que vivió en aquellas semanas de ingreso hospitalario. He estado a punto de decir «todo lo que vivió» pero hubiera errado porque lo que aquí cuenta en realidad es lo que ella quiere contar. Y ahí viene lo que destacaba Robert Saladrigas, y es que a medida que avanzas en el libro te das cuenta de que no sabes cómo pero estás leyendo más de lo que está escrito. Como si el libro fuese una persona que tienes delante y que te mira a los ojos y que tú le miras a los suyos, Me llamo Lucy Barton ha sabido hacerse con la capacidad de hablar por los ojos, de decir sin voz cosas que están en la cara oculta de lo escrito. Es raro, lo sé, y probablemente no me esté explicando bien, pero ya sabes, lo mejor para esto es leer el libro y vivirlo. Y ya verás como entonces lo entiendes.

Lucy Barton nos habla de la relación con sus padres, en especial con su madre, quien la visita al hospital provocando un reencuentro tras muchos años de separación. La relación con su madre, con su padre, sus hermanos, sus maridos, sus hijas, su vida, su tristeza, su fondo. Todo siempre roto. De todo nos habla y de mucho más no lo hace, pero sí. El encuentro con su madre hará que sepamos de su infancia, de todo lo que dejas de ganar cuando no tienes nada. La infancia de Lucy Barton nunca desplegó sus alas, y por eso sigue en ella y (ves con cuidado) después de la última página habita en ti. La copa rota que es la vida de Lucy Barton te marcará los labios y te hará adicto a la sangre de la autora. Dicen por ahí que para escribir solo hace falta sentarse delante del ordenador y sangrar. Parece fácil, ¿no? Todavía más lo parece con este libro. Y qué difícil debe de ser. Y qué difícil es.

Víctor González.

 
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