TERRESTRE OCÉANO - TERE SUSMOZAS

Pienso que el uso de un oxímoron como título de esta obra es una de las cosas más acertadas que ha podido hacer Tere Susmozas. Es el resumen de lo que te dejará cuando lo acabes, la sensación de que estás seguro de lo que has leído durante el primer segundo tras la lectura; y poco a poco, sientes lo opuesto, ¿qué has leído? ¿qué había oculto en la infrarrealidad de esas palabras? Y dudas, para vivir. Porque, ¿qué somos sino una hipérbole de la nada repleta de dudas en su interior? Y lo que somos, queridos lectores, es lo que está escrito en Terrestre océano

Al leer los relatos que componen esta obra, el lector se sentirá en ese océano que le da título; se ahogará, notará la tierra que lo compone entrar en él, dejarle sin respiración, tapar todas sus vías, dejar al desierto acuático que le oprime el pecho sin vistas, sin planicies, todo oscuridad. Porque creo que la mejor definición para este libro es oscuridad. Y luz. Puedes creer que no comprendes el sentido de las cosas, que todo son símbolos de algo más trascendental a lo que no te ves llegando, que el surrealismo de la composición te azota y te confunde. Pero no, es ahí donde este libro desprende su aura de la literatura zen que devoró a Poe para que estuviera toda su vida defendiendo que un buen relato breve se duerme en ti cuando lo lees para despertar el día que tu despiertes, para hacerte ver que todo lo leído converge en un único camino: vivir. Porque a parte de oscuridad este libro es vida, es la narración de nuestras existencias desde el altar celestial de quien ve el mundo desde la poesía de lo narrativo, de quien sabe narrar lo más interno de nuestras huidizas almas. Y a parte de oscuridad y vida, este libro es poesía. Es acabar de leerlo y soñar con el día en que Tere Susmozas saque un libro de poemas, deje dormir a su surrealismo en versos. El tempo, las respiraciones, la rima, la melodía, los símbolos al inicio de cada relato... todo ello ya está pensado en esta obra, y todo ello lo convierte en una gran obra. Tere Susmozas es capaz de avisarte sin que te des cuenta, mediante la puntuación, el vocabulario, las sílabas, de que lo siguiente será extenso o de que lo siguiente será un par de palabras, una, o tres, que te van a dejar sin respiración. 

Leer Terrestre océano es rememorar lo mejor de Rulfo pisando en muchas ocasiones terreno de Comala, es irse a los últimos años de aquellos cronopios de Cortázar, es vivir el romanticismo con sus ruinas, con sus catastróficas atmósferas representando el interior de cada personaje. Leer Terrestre océano es ahogarte en un mar de tierra sabiendo que nunca más vas a poder poner los pies en el suelo. 

Víctor G. 
@chitor5

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