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VIVIR POR INERCIA

Déjate llevar, que la vida te lleve, escucha a tu corazón… es lo que las canciones nos dicen y lo que nuestro corazón nos pide si le preguntamos.
Quizá sea lo más sensato si lo que estamos buscando es satisfacer nuestros más sinceros deseos… pero todos hemos comprobado, al menos una vez, como el seguir el camino que el corazón nos señala acaba sin conducirnos a aquello que esperábamos encontrar.
Entonces nos arrepentimos, nos cuestionamos, nos llegamos incluso a culpar de que las cosas no salgan como nuestra mente había planeado.
Volvemos a partir de cero.
Volver a empezar. Siempre estamos a tiempo de recuperar un nuevo principio, de empezar a llenar una nueva hoja en blanco.
Pero no siempre sabemos hacerlo.
En ocasiones nos empeñamos en continuar tachando y sobrescribiendo en capítulos muertos.
Sin ser conscientes de que llegará el día que la vida habrá sido un seguido de capítulos, distintos y maravillosos, pero ninguno terminado. Cada uno con su particular historia, pero ninguno con el esperado final.
Tal vez la vida consista en eso… llenarla de finales inacabados que nos mantengan con fuerza para dejar paso a nuevos principios.

Alba Villafañe.
@Alalba11
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EN TAN SOLO UN SEGUNDO

Aquel día se levantó cansado, somnoliento y con la sensación de que el sueño reparador que tanto anhelaba hacía apenas cinco horas, no había hecho acto de presencia. Se duchó de manera automática, mientras pensaba en el rutinario día que se le presentaba por delante. Se vistió rápidamente, sin prestar atención a si lo que se estaba poniendo le quedaba bien o no, ni siquiera se paró a echarse una ojeada en el espejo. Bajó las escaleras y mientras se preparaba un café, su pensamiento vagaba, se lamentaba y soñaba, sin prestar atención a nada de lo que le rodeaba.

         Se bebió el humeante líquido casi de un trago, mirando a través de la ventana de la cocina, pero sin ver nada, sin observar con la más mínima atención lo que había al otro lado del cristal.

         Con la misma apatía, se lavó los dientes, se peinó, cogió las llaves del coche, la cartera y salió de su casa.

         Apenas llevaba cinco minutos de trayecto por la sinuosa carretera que todos los días cogía a la misma hora para ir a su trabajo, envuelto en una espesa niebla que hacía que su visión fuera extremadamente limitada y con su pensamiento quejándose de tener que ir a trabajar en un día como ese, cuando a la salida de una curva algo chocó contra su coche e intentando no perder el control, empezó a volantear presa del desconcierto y del pánico, que en esos momentos le atenazaba el cuerpo y la mente. Su cerebro, colapsado por lo que estaba ocurriendo, fue incapaz de procesar la salida de la carretera, las tres vueltas de campana y el fuerte aterrizaje de su coche destrozado, en un campo frío y árido.

         En silencio, ensangrentado y boca abajo, abrió los ojos y por primera vez en mucho tiempo fue consciente de todo lo que le rodeaba. Del rumor de un río cercano, del canto de los pájaros, de la brisa helada que se colaba por la luna delantera, hechas añicos por el golpe, de la calidez de la sangre que manaba por varias partes de su cuerpo, del latir brioso de un corazón que aún seguía latiendo. 
         En ese momento se dio cuenta que ya nada volvería a ser como antes. Él no volvería a ser como antes, ya que en tan solo un segundo, esa vida monótona, rutinaria y apática, había estado a punto de desaparecer.
         Juró que no volvería a pasar ni un solo segundo de puntillas por su vida, que disfrutaría de todo lo que se le ofrecía, que observaría y se deleitaría con los cálidos rayos de sol cuando llegara la primavera, del salitre del mar y de la brisa en el verano, de las hojas caídas y de los colores del otoño y del frío que te helaba la cara en invierno.

         Prometió que regalaría sonrisas y abrazos, que haría todo aquello que hasta ahora no había hecho, que se enamoraría y que haría locuras por amor. Que lloraría de alegría y que reiría cuando tuviese problemas.

         Con una sonrisa en los labios, le dio su palabra a la vida, de que la trataría como se merecía pero esta, que lo observaba entre la niebla, estaba abatida y enfadada porque él no había sabido sacarle todo el provecho que ella se merecía, por lo que sintiéndolo mucho, se dio media vuelta y lo abandonó, no permitiéndole aquella segunda oportunidad que en ese momento y dentro de ese coche él daba por supuesta.  

         Y así, aquel día, en tan solo un segundo, perdió un tesoro que no sabía que tenía. Perdió lo que a veces no valoramos. Perdió lo que parece eterno, lo que en ocasiones no disfrutamos, porque estamos más preocupados soñando en imposibles, lamentándonos por lo que no tenemos y enfadados con lo que se nos niega.

Perdió la vida que tú y yo ahora tenemos… ahora… porque… ¿Dentro de un segundo? ¿La seguiremos teniendo?

María de las Nieves Fernández, 
autora de "Los ojos del misterio" (Falsaria).
@Marynfc


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Y QUIZÁ EN EL INCONSCIENTE...


Respiras. Siento que respiras. A tu derecha, esa máquina que escupe pitidos progresivos lo evidencia. ¿Pero piensas? Sí...Seguro que piensas, porque al tocar tu mano, un milímetro de tu ceño, de tu gesto, ha variado... Duermes pero estás despierto...Listo para escuchar mi cuento.

Apago la luz de esta sala tan apacible como desamparada... Y vuelvo a tocarte. Mi sensibilidad se queda corta al alcance de la tuya, porque en tan solo unos segundos has sumado algunas décimas de temperatura. Y es que estamos solos, pero con una sutil diferencia: tú estás indefenso, yo juego con armas. Mis palabras. Y tendré que emplearlas antes de que acabe el tiempo. Antes de que esos pasos nos desvistan de nuestro clima pactado.

No vengo a hacértelo fácil. No. Sería un pobre iluso porque sé que las verdades duelen. Vengo a salvarte o, tal vez, a matarte. Sólo tú lo eliges. Sigo con mi mano rozando tu mano y en consecuencia advirtiendo tu pulso. Mientras, por los pasillos se va acercando...

Es aburrido estar ciego teniendo ojos sanos ¿Verdad? Es aburrido malgastar el tacto y los labios en caricias y besos por contratos, ¿No es cierto? Es aburrido estar dormido, mientras estás despierto...

Pudiste hacerlo divertido, pudiste besar con criterio. ¿Por qué nunca abrazaste con deseo? Ni siquiera aprovechaste tus ojos grandes para descubrir el paisaje impensable. Pudiste coger en un puño segundos al tiempo y exprimirlo...hacer trizas lo banal, romper el pautado método.

Y te agarro con más fuerza. ¡Y te suelto! Sorprendido de las prisas de esos pasos sempiternos. No hay más tiempo entre nosotros, ni más puños para encerrarnos dentro. Tu corazón que latía allá latiendo ahora late aquí para latir como algo nuevo. ¡Está escuchando! ¡Se acerca! ¡Lo escucha muy atento! Gira el pomo de la puerta. No podemos construir más tiempo... Y desaparezco mas lamentando ver si será cierto...


Luz. No hay más color negro. Es un día blanco y fresco. Venía la vida a verte. La misma que has de afrontar sin miedo para no morir en el intento. Y despiertas. Y quizá en el inconsciente ganaste una vida y quedó atrás la muerte. Y quizá en el inconsciente...

Daniel Arrébola.
@dani3arrebola
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BALA PERDIDA

Quizá solo tu presencia consiguió hacerme despertar, quizá fue el olor de tu pelo, el susurro de tu voz, el contacto de tu piel o el dulce hedor de tu ego.

Quizá sólo tu cálido aliento me devolvió a la vida, quizá fueron tus besos llenos de violencia, el tacto de tus caricias, tu sonrisa pícara o tu implacable prepotencia.

Tuve miedo a no volver a ver el mar, tuve miedo a no poder rozar el sol, a no volver a sentir los rayos de luna bañando nuestra piel, a seguir estropeando con mi letra torpe folios y folios en blanco, cartas sin destino ni destinatario, a sentarme en la arena de la playa observando el sol caer a mi pies mientras me derramaba entre los recovecos de su cama.

Quizá fue mi corazón de cristal,  el tiempo congelado en mi reloj de agujas, la oscuridad permanente de mi cuerpo, el dolor intenso de mis heridas adornadas con sal.

Quizá fue mi expresión sin vida, quizá fue mi aspecto de bala perdida, quizá fueron mis manos inertes, quizá resulte que el amor es fuerte.

Alba Ferrer. 
@dihiftsukai
 
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