0 comentarios

EL TESTIGO MUDO - AGATHA CHRISTIE


Un asesinato aparentemente frustrado es el objeto de investigación de Poirot y Hastings, su acompañante, a pesar de las reticencias por parte del fiel compañero de investigación de Poirot acerca del hecho de investigar una muerte que todo indica debida a causas naturales.

Todo se mueve alrededor de la muerte de una adinerada señora y del polémico testamento, en el que legó prácticamente la totalidad de su herencia a su chica de compañía, y una carta que la señora redactó, pero no llegó a enviar, dirigida al investigador Poirot, exponiéndole sus sospechas de que su vida corría peligro.

Al llegar esta carta a manos del investigador, este huele el misterio en el caso y presiente que hay algo oculto más allá de lo aparente y decide seguir indagando para descubrir todos los detalles del caso. En una primera fase de la investigación se plantea la hipótesis de un intento de asesinato frustrado, sumado a una posterior muerte natural posterior. Es por ello, que a pesar de que no llegarse a materializarse como tal el asesinato, el detective sabe que esta tentativa de asesinato no puede quedar impune y debe ser castigada como corresponde. De manera que, mediante una serie de mentiras y personajes que crean para dar consistencia a las historias que crean, los dos investigadores se empapan de todo lo que pueden acerca de la causante de la herencia, para conocer los detalles de su vida y de las personas que la rodeaban y así poder resolver el caso.

Se trata de una novela interesante acerca de la trama, en la que se incluye un interesante punto de vista, el de Bob, el perro de la señora, el cual le da un toque de humor y carisma que lleva al lector a empatizar y encariñarse con el canino por su punto de vista inocente y divertido. 

En ella intervienen tres sobrinos de la pobre señorita Emily Arundell, la fallecida. Por un lado, encontramos a Theresa y Charles, dos hermanos que admiten mostrar interés por su tía únicamente por su dinero, con la intención de que les deje dinero y de recibir en herencia toda su fortuna; y por otro lado a Bella, una mujer de mediana edad bastante mediocre que hace todo aquello que su marido desea. Es por ello que los principales sospechosos son ellos tres, el marido de esta última, y las personas del servicio.

Es un libro que recomendaría, con una bonita edición conmemorativa, y en el que se va resolviendo poco a poco el misterio a través de las investigaciones de Poirot, teniendo como desenlace la explicación por parte del detective de todos esos detalles que se han explicado a lo largo de la novela y que forman parte de la explicación acerca de quién o quienes planearon la muerte de la señorita Arundell. 

Laia Vaquerizo


0 comentarios

EL ALUMNO AVENTAJADO - JOSEPH ROTH

Durante los últimos años he notado cómo Joseph Roth (bueno, su literatura, sus libros) me perseguía. Rondaba mi vida, mis lecturas, pero nunca encontraba el espacio. Quizá porque lo que siempre me encontraba de él era esa «Leyenda del santo bebedor» en alguna edición suelta, como libro individual; quizá porque necesitaba encontrar una edición como esta de Nórdica (en traducción de Alberto Gordo y Juan Andrés García), con más relatos del autor, con textos añadidos, con alguna forma más, alguna mirada diferente, con la que conocer más y mejor a este austrohúngaro que es, según José María Guelbenzu de Babelia, así no lo digo yo (porque no lo sé) todo «un seguro de lectura». 

Vayamos por partes. El libro se titula El alumno aventajado. ¿Por qué? Fácil. Porque es el título de uno de los relatos de Roth, con el que se abre el libro. Aunque en realidad se abre con otra cosa, ese añadido que comentaba antes y que hace que esta edición sea aún más interesante: el prólogo de Friderike Zweig, que está sacado de la biografía completa de Stefan Zweig, y donde esta habla sobre la relación entre Zweig y Roth. Todavía no vayamos al más conocido relato de Roth, pero en este hablar de una experiencia vivida ya hay mucho del alcoholizado Roth. 


Como decía, el primer relato que encontramos es «El alumno aventajado», escrito en 1916. En él nos encontramos con el hijo de un cartero, al que conoceremos bajo el nombre de Anton Wanzl. La ambición de este niño, que veremos hacerse adulto, no tiene límites. Quiere romper el techo creado en su familia y lo hace. ¿Hasta dónde? Hasta la nada. Es una ascensión hacia la bajeza más absoluta. Una subida social a la vez que una bajada moral. Esa caída la viviremos nosotros desde dentro, hasta el final. Y viéndolo en la tumba sonreiremos por la primera y última tranquilidad de Wanzl. Igual que él. 


El segundo relato aquí es «Barbara», escrito en 1918. En él conocemos a la propia Barbara, que ve a su madre morir cuando ella tiene diez años, y a su padre muerto incluso en vida, ausente siempre, tan jugador que acaba perdiéndolo todo, también la vida. Barbara tendrá un hijo y entonces la mirada hacia ella misma desaparecerá, porque solo habrá ojos para él. Ella, que se sabe «incomprendida y sin comprender», que es sabedora del «dolor de una vida desperdiciada» girará, como un satélite, alrededor de su hijo. Y su hijo o no será consciente o no querrá serlo, pero por culpa de él una madre, la suya, se consumirá. Y nosotros viviremos la extinción. Él también. 


Y por último, «La leyenda del santo bebedor». El relato más conocido y aplaudido y comentado y leído de Joseph Roth. Su vida en ficción, su alcoholismo en ficción, su apagón vital en ficción. Porque es este, aunque nos cuente la vida de un borracho que no para de encontrarse dinero que no es para alcohol pero siempre acaba siéndolo, es, decía, un testamento en vida, un reconocimiento de un andar solitario entre la gente, que diría Muñoz Molina, con el único acompañante fiel de la botella. Dicen que en este relato podemos ver al Roth más personal, y da pena. Y lo peor es que disfrutas esta pena. Porque no sabría decir mucho sobre eso de que Roth es un seguro de lectura, pero lo que sí puedo decir es que con mi experiencia leyéndolo es verdad que ofrece una lectura segura. Leerlo enriquece, da mucho más que lo que quita (porque solo quita tiempo y el tiempo leyendo nunca es tiempo quitado), y te ofrece calidad disfrutable. ¿Qué más pedirle a un libro? Pues aquí le puedes pedir mucho más, porque te lo da. Supongo que por eso dicen que Roth es tan bueno. 


Un libro más de Joseph Roth para nuestras bibliotecas. 


Víctor González 

 
;