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CÍTESE


Se ha citado. Con él. Con ella. De entrada: sonría. Y de salida sonría más.
Se ha citado y no llegue usted tarde. Ni pronto. Llegue a la hora porque llega la hora de no mirar el reloj. Mírese a usted. Porque usted hoy luce y hoy lucirá mejor. Cítese.

Citado y citada está. Puede leerse usted en cada latido. ¿Lo siente? Recuerde...sonría y respire....sonría...y respire...Se han citado ustedes dos. Nadie más. Y están llegando a su cita. Y acaban de llegar. Dos besos. Una cita. ¿Qué tal estás? Está usted citado así que cítese.

Citas de caramelo. Citas de terciopelo. Citas entre sus manos las melodías de sus versos. Dígale usted lo que cita e incluya también lo que excita, que de los y las ex también se aprende que serán los últimos publicitados. Por eso no les cite y cítese.

Y de tanto citar recite. Que quiere oírle a usted recitar. Pida el vino menos citado de la carta y beba sus poesías de una sangre que no mancha. Dedíquese a citar que está usted en una cita muy solicitada. Y disfrute en el paladar de sus sonrisas. Mientras se cita...cítese.

Cítese de en medio. Que de perfil ya lo citan a usted. Cítese de pleno que de vacío todos se dejan ver. Y cite el postre que la cita va bien. Que la tarde se hizo tardecita y la noche es nochecita para usted. Y recuerde: Cítese.

D.A.C.
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APRENDIENDO A SER HORMIGA


[Prólogo: una vez me dijeron que las hormigas eran ciegas, yo no sé si esto es completamente cierto, pero a mí me fastidió interminables horas de fantasía en la que a mí se me veía como un temible ente gigantesco y poderoso. El texto siguiente toma la ceguedad de las hormigas como un hecho. Lo demás todo metáforas y alegorías y divagaciones y ocurrencias.]

La calle es la palma de una mano de asfalto que se deja caminar por nosotras, pequeñas hormigas ciegas que tratan de buscar la felicidad al final de una línea recta, que se obstinan en recolectar comida y abrigo para todos los inviernos del año, para todos los malos vientos, para olvidar qué andaban buscando.

Las hormigas más vetustas se regocijan de haber encontrado su lugar, para ello, dicen, no hace falta salirse de la eterna hilera de pequeños cuerpecitos negros, de hecho está gravemente penalizado quebrar ese orden interno, querer tomar otros posibles itinerarios. El camino ya está formado y debe seguirse para que la especie siga avanzando. Está más que demostrado que uno puede encontrar su lugar caminando del derecho, siempre recto, eso sí, sin adelantar las espaldas que nos preceden y sin preguntarse por los rostros que van detrás. Lo realmente importante para las hormigas es hacer acopio de nuevas tecnologías que les distraigan del tedioso camino a ninguna parte y ponerle a esa “ninguna parte” el título de prosperidad.

Aunque pueda parecer extraño, no todas las hormigas nacen sabiendo ser hormigas. Algunas se dan cuenta de que la ceguedad es una característica intrínseca  a su especie y quieren comunicarlo al resto de sus compañeras, explicarles que también se puede experimentar la vida con otros sentidos que todavía carecen de nombre por su desconocimiento. Afortunadamente siempre hay un par de hormigas experimentadas que acaban por convencer y demostrar que si las hormigas tienen algo que les caracterice es, precisamente, la vista, que las guía fielmente por el único camino hacia la plenitud. A veces también pasa que las que no saben ser hormigas preguntan por esa excelsa palabra, “plenitud”. Preguntan por su significado mientras las que sí saben ser hormigas ríen entre ellas a causa de la ignorancia de las anteriores, sin dar respuesta a su pregunta. Gracias a eso, las inocentes se convencen de que quizá ya sepan el significado de esa palabra y de tantas otras como esencia, ser, felicidad… y dejan de plantearse si tienen realmente cabida en sus vidas, las dan por sabidas y como única definición acaban soltando, como las otras, una risita que tacha de incrédulo y soñador al que lo pregunta. Gracias a este procedimiento la especie no se queda estancada en preguntas absurdas, abstractas y poco productivas y puede avanzar, seguir sobreviviendo – es decir, viviendo por encima – a esta vida tan inhóspita.

Sara C. Labrada.
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UN CAFÉ Y UN SILENCIO


Te echo de menos. No voy a mentir. Echo de menos cada carcajada y el olor de tu cuerpo. Echo de menos esos días donde la vida me parecía sencilla siempre y cuando amaneciese a tu lado. Eras la llave que abría la puerta a la felicidad y ahora esa puerta se ha cerrado desde dentro y no puedo abrirla. No sé qué hacer para volver a aquellos días. Perdí el norte cuando te llevaste la brújula de tus labios. No encuentro el camino para volver a ti y eso me mantiene rota desde el día que te fuiste. Dime amor, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Dónde quedan esos días en los que me susurrabas al oído que yo era tu todo. Ahora ya no dices nada, no estás. Has desaparecido de tal forma que he llegado a pensar que nunca has existido. Y aquí estamos, de nuevo, frente a frente. Sentados en cualquier café respondiendo preguntas sin respuesta. 
Te fuiste y ahora vuelves, llamas y buscas. ¿Qué sentido tiene? Ni siquiera somos los mismos. Por mucho que lo intentemos jamás volveremos a esos días. Nuestro tren pasó y a pesar de las lágrimas que sigo derrochando no volveré a refugiarme en aquel pecho que a veces me miente. Nada de esto tiene sentido, ni este café ni nosotros. Alguien tenía que decirlo. Un café y un silencio desgarrador. No quiero volver a verte.

Blanca de Paco.

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THE NOTICER – ANDY ANDREWS.


Seguramente debería decir que es el libro que más marcó mis inicios en la lectura. Seguramente debería decir que es mi libro talismán en cuanto a la visión de la vida que me ha dado. Seguramente debería decir que es un libro que nadie puede dejar de leer. O simplemente podría decir que es el mejor libro que he leído nunca. Y es lo que haré.

¿Cómo una persona que a los 19 años pierde a padre y madre, accidente y cáncer respectivamente, tiene que vivir en la calle durante años, luchar contra todo y todos, buscarse la vida desde lo más bajo; puede acabar escribiendo algo así? La única respuesta es recomendar este libro. No se hallará, pero te enamorará de tal forma y te dejará tan boquiabierto que lo único que quedará es rendirte a esta persona, por su visión de la vida, por su superación, sus ganas, su ‘yo’.

Andrews nos deleita en este caso con el personaje de Jon, una persona mayor y reservada, extraña, pero a la vez observadora, realista y consciente. Los lectores que hagan el ‘esfuerzo’ de leer este libro (de escasas 170 páginas y con una lectura velocísima), abrirán los ojos si no lo han hecho ya, cogerán de la mano a Jon e irán por el mundo de la realidad, de la verdadera realidad. Se apartarán de los pensamientos que nos hacen anclarnos en el pasado y verán demostrado por este hombre el ahora, serán conscientes. Todo ello únicamente siguiendo una frase anudada al cuello de este personaje llamado Jon, que lleva a todo lugar que él visite, que proporciona a cualquier persona que se encuentre frente a algún problema, que hace sonar el despertador de la consciencia de quien tiene delante, y esta es, simplemente, “a veces todo lo que una persona necesita es un poco de perspectiva”.

Se presentarán numerosos conflictos (personales, con uno mismo, de pareja, sentimentales, negocios, etc) pero Jon los resolverá sólo cambiando la visión hacia ellos, mirando con otros ojos, los ojos conscientes, positivos. Los que todos deberíamos tener y que nuestro egotismo nos nubla. Todo problema del que queramos salir, en el que estemos presentes, ya sea de trabajo, ya sea de pareja, o simplemente no encontrarnos a gusto con nosotros mismos, Jon girará la moneda, veremos la cara clara, la cara positiva, la cara que nos sonríe y que sin que queramos conseguirá un acto reflejo nuestro de respuesta en forma de sonrisa hacia la vida.

Es posible encontrar en estas líneas cierto punto de subjetividad hacia el libro, es posible encontrar un amor especial hacia él, es posible encontrar una exagerada alabanza, hasta excesiva. Pero también es posible leerlo, es posible cambiar nuestra visión hacia el mundo, salir de la oscuridad. Rompamos ese dicho que manifiesta que la luz es demasiado dolorosa para quien quiere seguir en la oscuridad. Salgamos de ella, entremos en el mundo, disfrutémoslo de una vez por todas, para eso lo tenemos, para eso tenemos a la vida, y con autores como Andy Andrews, con libros como ‘The Noticer’, es muy fácil conseguirlo, ellos son el trampolín hacia este nuestro profundo océano que somos nosotros mismos, con el cual no podemos aceptar convivir sin conocerlo, y mucho menos, sin disfrutarlo.

"Piénsalo... Todo el mundo quiere estar en la cima de la montaña pero, si recuerdas, las cimas son rocosas y frías. No tienen vegetación. Por supuesto, la vista es impresionante, pero ¿de qué nos sirven las vistas? Las vistas simplemente nos permiten vislumbrar nuestro siguiente destino, nuestro siguiente objetivo. Pero para conseguir tal objetivo, debemos bajar de la montaña, atravesar el valle y empezar a subir la siguiente ladera. Es en el valle donde nos esforzamos gracias a la hierba exuberante y al terreno rico, donde aprendemos y nos convertimos en lo que nos permitirá culminar la siguiente cima de la vida."

Víctor G.
@libresdelectura 
https://www.facebook.com/libresdelectura
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SÁLVESE QUIEN QUIERA


Somos efímeros,
un momento en la eternidad;
 si es que la eternidad existe 
y no es mera invención, 
como  gran parte del mundo en el que vivimos. 
Claro está que hay 
quienes saben cómo escapar de tanto cuento
 y escribir el suyo, 
más auténtico,
 sin lugar a duda.
 Y, sabiendo que no se puede abrazar la eternidad,
los hay que prefieren 
tener un affair con la vida.
 Sí. Como los amores de verano,
que aunque llevan la fecha de caducidad
escrita en su nombre,
se pintan de mil colores y formas
y,  tras revolotear 
como bellas mariposas  
y exprimirse
la belleza
entre las dunas 
de alguna playa
desierta,
proceden a retirarse por la puerta de atrás,
 para fundirse en las olas y fluir en ellas,
 como fluye la vida en aquellos que se lo permiten.
Pero eso sólo les pasa a algunos,
a los que llevan el sol por dentro
y les brilla la intensidad
desde que amanecen;
los otros tienen el corazón a oscuras,
llueve dentro de ellos,
pero no limpio,
llueve barro
y siempre termina dejándolo todo perdido;
y luego  
se pierden ellos
hasta perder la vida,
aunque ya estaban muertos.

Instagram: @andreamoonforce
Facebook: Andrea Moonforce
Blog: desnudarpalabras.blogspot.com 

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TUYA


Tuya. No sé hasta cuándo, pero tuya. De nadie más. Tuya sin ser de tu propiedad, siempre siendo libre manteniendo el deseo de volver a ti. Tuya en cada beso, en cada abrazo y en cada despertar. Tuya creyendo siempre en ti a pesar de los imposibles. Tuya confiando y no fallando. Tuya sin serlo; sin prohibir y por elección mía. Tuya en cada carcajada y en cada mueca de mal humor, tuya cada vez que mi cuerpo se estremece recordándote. Tuya cuando te siento cerca y cuando estás lejos. Tuya en el invierno y en el verano. Tuya respetando mi espacio y el tuyo, dejándote volar sabiendo que vuelves. Tuya entre copas y entre cafés. Tuya sintiéndote mío, nuestros, alejándonos de las malas lenguas y de los que no entienden, siendo de nosotros mismos cada vez que nos acercamos más  de lo permitido. Tuya, mío y nuestros. Y dime amor, ¿qué haces para hacerme sentir tan tuya?

Blanca de Paco.
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EL PODER DEL AHORA 2.0

Hoy, para romper con la normalidad, divorciándome de la monotonía, os presento un vídeo. Para todos aquellos que no encuentren el tiempo para leer su libro, que lo hay; para todos aquellos que no encuentren las ganas, que seguro que las hay; o simplemente para aquellos que no crean, que no lo tomen en serio, que también los hay; aquí tenéis un vídeo acerca de este gran maestro espiritual, acerca de Eckhart Tolle. 
Un vídeo rápido de ver, fácil de seguir; un vídeo en el cual se demuestra como Tolle no usa únicamente sus manos, sus palabras, para hechizar a sus seguidores, también tiene su voz, la fuente de toda su sabiduría está en su cabeza, de ahí puede ir extrayéndola por cualquier vía para acabar con el mismo fin, hipnotizar a los espectadores, hacerles creer, concienciarlos del poder del ahora, concienciarlos del poder del aquí.




"No creas a la mente cuando te diga: no puedes hacerlo ahora, tienes demasiado en la cabeza. Eso son pensamientos. No necesitas seguirlos. Sólo obsérvalos. Son pensamiento que echa la mente. No te los creas. No son verdad. Cuando la mente te diga eso, puedes decir: de acuerdo, veamos si es cierto. Entonces sentirás vitalidad en tu mano, vitalidad en tu cuerpo, belleza alrededor". 

Víctor G. (@chitor5)




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LEPOLDO ABADÍA - ¿QUÉ HACE UNA PERSONA COMO TÚ EN UNA CRISIS COMO ESTA?


Para los que le conozcan, más de lo mismo; y no en ningún tipo de sentido despectivo, ni peyorativo, de aburrimiento o cansancio. Nada de eso. Vuelve a deslumbrarnos con su sabiduría, con su tono desternillante, su llaneza; su seña de identidad.

Para los que no le conozcan; un gozo, un deleite sin igual el leerle. Se sabe que es una buena persona porque lo demuestra con sus palabras. Se sabe que entiende de economía (aunque lo niegue hasta la saciedad) porque lo demuestra con sus palabras. Se sabe que es grande porque sus palabras desprenden grandeza. Sus palabras son su arma, con este apunta a todos los conflictos económicos y sociales del momento que vivimos y los palia con sus soluciones “evidentes”, que parecen aptas para cualquier mente, pero que sólo se le ocurren a este escritor de 78 años (con 12 hijos y 43 nietos) los cuales sólo se demuestran en su documento de identidad, porque en todos los demás sentidos, es uno de los seres más jóvenes y hábiles que se pueden encontrar sobre la faz de la tierra.

Un grandísimo escritor, un grandísimo economista, un sabio contemporáneo, un genio. Y de estos, en estos tiempos que corren, se encuentran muy pocos, tan pocos que un grito nace del vacío en forma de clamor para decirnos que no seamos necios y les apartemos de nuestra vista, no nos creamos superiores con nuestras mentes “egotistas”, no nos creamos intocables, supremos. No. Gocemos de ellos, aprovechémoslos, son muy valiosos, gente como él nos sacará de esta crisis, de los demás depende que confiemos en ellos, que abramos nuestras mentes, que nos abramos al mundo.

Acerca del libro en cuestión, poco más que decir, leer cualquiera de sus libros es leer a Leopoldo. Es leer su característica forma de entender la vida, de entender la sociedad, los problemas. De buscar en esa moneda que a nuestros ojos parece tener un único lado (el negativo) y la cual maneja nuestra suerte, el lado positivo. Aquel lado que nadie puede o quiere ver pero que, al fin y al cabo, pocos encuentran. Y él lo encuentra por nosotros. ¿No es esto suficiente para leerle o escucharle?  

Víctor G.
@libresdelectura
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PSICOMAGIA – ALEJANDRO JODOROWSKY.

En el preciso instante en que cualquier individuo se adentra de lleno en la lectura espiritual, es automático, inevitable, maquinal, el hecho de centrarse en Alejando Jodorowsky. Al igual que Tolle, es el padre de quien decide leer sus libros, es un hecho inconsciente, coger los libros de personajes iluminados y realizarse junto a ellos. Tienen ese poder inexplicable de saber cómo marcarte el camino para, de un sentimiento de duda o vacilación, llevarte por los senderos de la aprehensión, hasta una última situación de claridad, de despertar, de comprender qué hacer para que tu vida siga otros pasos, de comprender cómo formar esa trenza de cabellera desgastada que forma la vida con su vaivenes, con sus subidas y bajadas; de comprender que solo existe un Ahora.
En Psicomagia, podréis disfrutar de la rocambolesca vida paso a paso de Alejandro Jodorowsky, con su casi dantesco estilo léxico, el cual, y rompiendo con todos los estandartes del trasvase de información, consigue que su palabra ahuyente el paso por la mente y vaya directo al corazón de quien está leyendo su obra.
Es ese tipo de libro que hasta que no lo conoces todo son dudas, desconfianza, no habrá otro mejor que el anterior. Hasta que llega el momento en el que empiezas, en el que vacilas, en el que abres los ojos, abres la mente, abres tu corazón, y te enamora. En ese instante ya eres de Jodorowsky, ya eres de Tolle, ya eres miembro de ese grupo de seres los cuales su fin último es disfrutar del ahora, olvidar el pasado, “olvidar” el futuro, y centrarse en el momento, no hay otro momento que el que estás viviendo, aprovéchalo.
Además de todo ello, Jodorowsky te enseñará a imaginar, lo da todo a la imaginación, se denomina un profesor de imaginación y por ello defiende que “de la realidad, misteriosa, tan vasta e imprevisible, no percibimos más que lo que se filtra a través de nuestro minúsculo punto de vista”, por lo cual necesitamos abrir nuestra imaginación, conectarnos con el mundo, y así evitar enfermar; “la enfermedad es falta de belleza, y la belleza es la unión. La enfermedad es falta de conciencia, y la conciencia es unión con uno mismo y con el universo”.
En definitiva, un libro que te hará conocerte a ti mismo, que te hará conocer al mundo empañado a nuestros ojos hasta el momento, que te hará conocer a las personas ocultas en un velo hasta ese instante, que te ayudará a ver claro el camino de tu vida; porque, “si no eres Tú, ¿quién? Si no es Aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo? Si eres capaz de solucionar el cuándo, el ahora, y el quién (el Tú), estás siendo tú mismo, y ya has logrado curarte”. 

http://www.megustaleer.com/ficha/P836434/psicomagia-alejandro-jodorowsky-bolsillo-euro-795

Víctor G. 
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EL PODER DEL AHORA – ECKHART TOLLE.


Un día no muy remoto, de aquellos en los que tu voluntad máxima no es más que la de no salir de tu propia oscuridad, de aquellos en los que las ganas parecen haber entrado en un callejón sombrío sin salida y no sabes que hacer para encontrar la escapatoria, una imagen cambió al monstruo apesadumbrado que habitaba en mi interior tétrico, una imagen que clamaba una frase en la pantalla del ordenador: “los libros abren tus ojos”. Fue ese el momento en que, sin razón aparente, dejé de lado esos libros de aventuras, historia o humor, y empecé a adentrarme en la lectura espiritual, de realización, de despertar.
En ese preciso instante la información empezó a llegarme a borbotones, autores, citas, blogs, etc; era un mundo impresionante, fascinante, hasta el momento de toparme frente a frente con ‘El Poder del Ahora’.
Un libro el cual no te pide que quieras evadirte del mundo y centrarte en la iluminación espiritual, un libro que no te exige salir de un hecho trágico y necesitar ayuda para reforzar tu autoestima dañada. No. Un libro que puede llegar a cogerlo una persona totalmente agnóstica a este tema y acabar totalmente encarrilado en el camino hacia la iluminación espiritual. Tolle enamora con su léxico llano, con su contacto casi parental, y te acoge cual maestro a su aprendiz, es el maestro de todo lector de este libro. Sea o no la voluntad, el conocimiento que aporta a tu mente en escasas 200 páginas es un fuente de sabiduría incalculable y llega a niveles de delito moral ignorar un libro que su único fin es encauzar a todo lector que se precie en el camino de un mundo mejor, en el cual las palabras “sólo son puntos de apoyo que has de dejar atrás en cuanto puedas”, en el que te das cuenta que tienes que pasar de pensador a observador del pensador y de esta forma “darte cuenta que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento” además de que “todas las cosas verdaderamente importantes –la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interna- surgen más allá de la mente”, es decir, y en definitiva, un libro con el cual “empiezas a despertar”.

Víctor G.
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