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EL LORO DE FLAUBERT- JULIAN BARNES

Si nos referimos únicamente a “novela”, obviamos más de la mitad de la obra de Barnes; pero tampoco podemos hablar de “biografía” puesto que no es simplemente un recorrido biográfico acerca de Flaubert. Deberíamos hablar de algo así como una (auto)biografía semi-ficcional novelada. Pero sigue sin convencernos dicha etiqueta.

Cada capítulo de El loro de Flaubert es un pequeño diamante en bruto; a medida que avanza la lectura, Barnes consigue sorprendernos con su genialidad oculta: mezclando ingeniosamente datos verídicos acerca de la vida de Flaubert, con la historia del narrador –Geoffrey Braithwaite– y citas literarias del propio Flaubert y de otros escritores.

¿Quién o qué es el “loro de Flaubert”? Algunos lectores quizás recuerden a Loulou, el loro de Un coeur simple; pues, en efecto, nuestro narrador, Braithwaite, inicia una investigación a través de cartas y todo tipo de documentos existentes acerca de dicha ave con tal de descubrir qué loro disecado es el “verdadero” que Flaubert tomó prestado del museo para crear a Loulou. Esta búsqueda le servirá a Barnes de excusa para adentrar al lector al universo flaubertiano.

Sin querer renunciar a una voluntad biografista, de la mano de Braithwaite, médico aficionado y apasionado de la vida y obra del escritor francés, Barnes recoge toda una cronología detallada acerca de la vida de Flaubert. Recorremos gran parte de la obra literaria flaubertiana –desde la famosa Madame Bovary, pasando por su inacabado Bouvard et Pécuchet, también, por supuesto, por Un coeur simple, hasta L’Éducation sentimentale-, así como las cartas Flaubert y las relaciones sentimentales y de amistad que tuvo a lo largo de su vida con Maxime du Camp, Louise Colet o George Sand, entre muchos otros. Colet incluso toma la palabra hacia el final de la obra con tal de explicar su propia versión de la relación amorosa vivida junto a Flaubert: un juego literario inesperadamente increíble que sacará una sonrisa a cualquier lector que se acerque a sus páginas.

Ficción y realidad se dan la mano a lo largo de toda la obra de Barnes de un modo magistral. El autor consigue que, sin ni siquiera darnos cuenta, nos estemos leyendo gran parte de los acontecimientos vividos por Flaubert a lo largo de su vida y que conozcamos las obras más conocidas del autor sin caer, en ningún momento, en la petulancia y el estilo anticuado de cualquier biografía que pueda caer en nuestras manos.

Obra fuertemente alabada por los críticos, y con razón, El loro de Flaubert nos garantiza unas horas de lectura enriquecedoras, divertidas, irónicas e interesantes acerca no sólo de Flaubert, sino de todo un conglomerado de personajes reales y ficticios que construyen una trama maravillosamente tejida desde la primera hasta la última página.

Abran el libro y disfruten.

Marina Roig Ropero.
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CÓMO SUPERAR LAS PENAS DE AMOR CON NEWTON – JUAN CARLOS ORTEGA

“Lo siento, pero no te preocupes, el tiempo todo lo cura”. Sea cual sea el número de relaciones amorosas que hayamos mantenido durante nuestras cortas vidas, lo cierto es que alguna vez hemos oído una frase de estas características. Breve, concisa, sin mucho más tacto que el de ocupar un silencio incómodo. Y decimos cortas vidas porque, en comparación a los millones de años que el universo existe, nuestra existencia no queda ni reducida a un punto en una línea que recorra todo el sistema solar. De relacionar amor y ciencia se encarga Juan Carlos Ortega, periodista que, aparte de conocerlo por sus apariciones como humorista en televisión y radio, también es un gran amante de la ciencia. Para ello, contrasta la historia de una pareja que hace poco que se han ido a vivir juntos con la ciencia. La llama del amor se apaga en el corazón de la chica, lo que ocasionará muchos disgustos, llantos y comidas de cabeza al chico.

En Cómo superar las penas de amor (Planeta), Ortega no nos desvela nada que no sepamos: el ser humano, como ser emocional, padece de amor desde sus orígenes. Pero en vez de dar cuatro trucos para olvidarnos más fácilmente de las penas y no ahogarlas en uno (o dos, o los que se desee) vasos de bebidas espirituosas o bien en un gran bol de helado de chocolate mientras vemos comedias románticas, va un paso más allá. Concretamente, viaja a sesenta años luz para visitar parajes tan desconocidos de nuestro universo como la estrella Beta Pictoris. Una distancia que, como el autor señala, no es tan grande comparada con la barbaridad de espacio del que el universo, nuestro universo, dispone. Nada tiene importancia cuando se sufre de amores excepto lo que pasa por la cabeza del propio sujeto enamorado. Y mucho menos nos fijamos en qué estará sucediendo a tantos años luz de aquí. ¿Conocemos la existencia de la mayoría de cosas que ocurren al atravesar la atmósfera terrícola? Ortega nos muestra que las cosas ahí arriba no son tan diferentes como aquí abajo, y resalta la importancia de ‘la teoría de los armarios’. Como él mismo afirma, tendemos a compartimentar diferentes realidades cuando, en realidad, todas ellas forman parte de una sola vida, la nuestra.

Una de las posibles soluciones a este mal de amores puede ser mezclar estas tres realidades –la que atañe a nuestro cuerpo, las referentes al resto del mundo y las del resto del universo– y darnos cuenta de que nuestra realidad puede ser mucho más interesante si pensamos en otros asuntos que no sean las novias o los novios. Con la ayuda de las teorías de célebres científicos como Albert Einstein o Isaac Newton, Ortega nos descubre todo un mundo fascinante de ciencia y amor, y desvela las claves de la pasión incondicional de los científicos con aquello que posee la cualidad espacial más grande de la historia: el universo. Su rutina lo hace especial para conocerlo de verdad. Nadie puede poseerlo y, sin embargo, nunca fue tan misterioso. El amor, un universo casi tan desconocido como el real, nunca fue tan idéntico a la ciencia.

Karen Montero.

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NO LLORAR - LYDIE SALVAYRE

Cualquiera que me dijera que tengo que escribir una reseña para un libro me recomendaría evitar los típicos adjetivos como “Fantástico” o “Increíble” y, en cambio, argumentar razonadamente el porqué de esas palabras.

Pero si el libro es fantástico, es increíble y es genial también se tiene que decir, y así es el caso de No llorar por Lydia Salvayre (publicado recientemente por Anagrama). Sencillamente asombroso.

La escritora explica el verano de 1936 que vivió su madre, Montse, de un pequeño pueblo de Lleida. Fecha conocida por todos nosotros, esa historia, juntamente con el título, solo podría suscitarnos que se trata de un "dramón" de la Guerra Civil. Evidentemente, hay drama, hay terror y hay guerra, porque al fin y al cabo se trata de cómo empezó los tres años que sumieron a España en la miseria, pero también hay felicidad. Sí, felicidad en el año treinta y seis, porque ante todo, Montse dice que ese verano fue increíblemente dichosa. La historia de los antepasados de Salvayre, nacida en Francia, se mezcla con la historia del escritor Georges Bernanos, que vivió en 1936 en Palma de Mallorca y que vio como una violencia inaudita sacudía España y junto con ella, todas sus creencias. El escritor empezó a denunciar los actos en Los grandes cementerios bajo la Luna, libro que Salvayre lee a la vez que pone por escrito las memorias de su madre sobre los primeros años de la guerra y que confiere al texto otro punto de vista que refuerza la historia de Montse, Josep (su hermano), Diego (el hijo del cacique del pueblo) y amigos y familia, cuya vida va definiéndose según sus ideas políticas.

Lo increíble de Salvayre es que hace que una historia que ya conocemos a la perfección –explicada en los institutos hacia la saciedad– resulte no solamente amena sino también totalmente nueva. Con una prosa moderna e impoluta que plasma perfectamente cómo habla su madre o cómo se hablaba en aquel tiempo, nos mete dentro de una historia simple a la par que compleja. Porque si creías que lo sabías todo sobre cómo se vivió la guerra, sobre cómo actuaban los bandos, olvídate: no sabes nada. Al menos a mí siempre se me han enseñado que había los azules y los rojos, el ejército y los republicanos. Nada de matices, nada de sentimientos. Pero lo cierto es que un comunista y un libertario se podían llegar a odiar igual que un republicano y un aristócrata, que las relaciones estuvieron tremendamente influenciadas por las ideologías, que no todo el mundo quería “morir por su patria”. Que se puede ser feliz en tiempos de guerra –eso fue algo que me dijo un día mi abuela y que yo no creí. Eso lo he aprendido por Salvayre. A veces nos explican la historia tan estigmatizada, tan cuadrada, que no se nos ocurre pensar qué era lo que pasaba de verdad. Las películas y la mayoría de novelas no lo muestran y la mayoría de nosotros no buscaría nada más. Salvayre me ha enseñado otro punto distinto de la Guerra Civil Española y me avergüenzo que haya tenido que ser desde Francia. Admiro la manera en la que ella puede coger distancia, aunque fue su misma madre quién lo vivió, y explicarnos que no sólo Franco mató a miles de republicanos, sino hacernos ver que también ellos mataron a miles de curas (por ejemplo) y que, como ella misma cita en el libro “todos los fanatismos se parecen, y todos son equiparables”.

Cierro el libro y me invade un sentimiento de nostalgia, de felicidad, de melancolía, de rabia, de todo. Mi estómago está revuelto y no tiene nada que ver con el final, es algo más, es toda la novela que me he cogido por el pescuezo y me ha mostrado todo lo que pasó y me ha hecho emocionar hasta el punto de sentir la tirantez propia de las mejillas antes del lloro. Pero aunque creo que es un libro desgarrador, también sostengo que es un libro que recomendaría a todo el mundo: si te gusta el romance, si te gusta el drama, si te gusta la filosofía, la novela histórica, las novelas costumbristas, una prosa exquisita, un poco de poesía... No llorar es un libro para todos los públicos.

Nadie debería perdérselo.

Andrea Rovira.
@andreaishere

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NADIE ACABARÁ CON LOS LIBROS - UMBERTO ECO Y JEAN-CLAUDE CARRIÈRE

¿Qué libros son los que nos han llegado? ¿Y si lo que consideramos clásicos no fueran en realidad lo peor de la producción de aquellos tiempos? ¿Cuántos secretos literarios guarda el fuego? ¿Qué está pasando con nuestra inteligencia ahora que tenemos toda la información al instante?

Estas preguntas y muchísimas más son las que se hacen Umberto Eco y Jean-Claude Carrière en un maravilloso libro ilustrado a la perfección por André Kertész. Nadie acabará con los libros es una charla entre dos viejos conocidos, amigos y, sobre todo, bibliófilos empedernidos sobre Literatura, pasando por el cine, la cultura y la vida en general. Para alguien que la Literatura lo es todo no es difícil entender que de ella salgan los más valiosos ejemplos y enseñanzas frente a un camino vital que, junto a ella, es más llevadero o, por lo menos, menos confuso. Con Jean-Philippe de Tonnac como mediador, estos dos ilustres personajes del arte intercambian sabiduría y pareceres en torno a la figura del libro, algo que para ellos es imposible de extinguir. 

Ni el fuego, ni las religiones, ni Internet, conseguirán que el libro desaparezca. El libro, como soporte indispensable para la inquietud humana, es una herramienta imprescindible dentro de culturas, muchas, nacidas y apoyadas a lo largo de los siglos en uno. El libro puede ser necesidad, placer o incluso capricho, como lo son muchos para los protagonistas de esta obra. Ellos dos, maníacos de incunables, cuentan con obras que pocos en este planeta han podido contemplar. Incluso con sus bibliotecas aseguradas, recelosos de su privacidad, uno de los mayores dilemas de estos sabios e intelectuales es qué hacer con toda esa riqueza cuando se vayan. 

Preguntas como esta, cuestiones sobre el futuro, el presente y el pasado del libro, anécdotas y, sobre todo, infinidad de historias sobre el papel del libro y los personajes que lo han envuelto es lo que se encontrará cualquier lector interesado en adentrarse en esta atrayente conversación. Como si estuvieras sentado con ellos en una mesa, este libro te hará escucharles a través de palabras escritas, reírte con sus bromas, sorprenderte con sus anécdotas curiosas pero, sobre todo, te hará aprender. Aprender lo que puede llegar a significar un libro para ciertas personas, aprender el valor de la escritura y de la lectura, aprender que, aunque muchos lo deseen y otros crean que ya vemos el final: «nadie acabará con los libros».

Víctor G.
@chitor5

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EL HOMBRE QUE MATÓ A MESSI - EMMA RIVEROLA

¿Qué ocurriría si mataras a Messi? En los tiempos que corren, matar a alguien como Messi sería similar a dejar al mundo sin un dios, y por tanto: ¿cómo reaccionaría el mundo ante la muerte de un dios?

Jaro, brillante defensa del Real Madrid, mata al '10' blaugrana en un lance del juego en el partido más visto del planeta. Y todo se desmorona. Señalado por todos, es forzado a abandonar su esperanzadora carrera y recala, como su única salida, en el fútbol chino. Allí, encerrado en las paredes de una habitación de hotel, es azotado por los recuerdos de aquel que él llama "enano", aquel que todos admiran, el espejo de tantos niños, el dios del fútbol. Jaro es rechazado por todo y por todos, incluso por él mismo. 

Gaia es la hija de una de las víctimas del famoso atentado llevado a cabo por ETA en Hipercor. Su madre, su querida y adorada madre, murió a causa del gas cuando ella era tan solo una cría que esperaba en casa de sus abuelos el abrazo de llegada de quien la había dejado por primera vez más de un día fuera de su hogar. Desde ese día, todo en su interior se rompe, no es más que trozos de cristal que nunca se cansan de seguir rompiéndose, cada vez más pequeña, insegura y cobarde. Gaia es aquel muerto en vida que provoca el eco de un atentado. 

Dos mentes trastocadas que se encuentran, víctima y verdugo, «el loco que huye y la loca que se queda». Cada uno llevando en su mochila una muerte, pero con dimensiones totalmente distintas. La incomprensión de las consecuencias de un asesinato por la incomprensión de la razones de otro. Los recuerdos nítidos de la víctima antes de morir por la memoria cada vez más borrosa de quien se fue sin despedirse. La agresividad por la culpa. La muerte por la muerte. 

Emma Riverola consigue de manera magistral entrar en la mente de dos personajes totalmente distintos y adaptarse a cada uno de sus rasgos. Recordando a la tan alabada Maylis de Kerangal por su labor en la psicología de los personajes, Riverola va saltando de mente en mente dejándose empapar por el comportamiento de Jaro y Gaia. Narrando desde dentro y desde fuera, alternando voces narrativas, sabe introducir en el lector la sensación de confusión mental de los personajes sumando esa visión tan necesaria de un foco externo, de una cámara que los mira y los ve actuar, sin meterse en ellos, sin dejarse moldear por esas cabezas que están fuera de sí. 

El hombre que mató a Messi es una explicación en forma de novela del famoso 'Homo homini lupus'. No es una obra sobre fútbol o sobre Messi, es un trabajo excelente y más que recomendable sobre el interior trágico de cada uno de nosotros, sobre la desesperanza que puede llegar a albergar nuestra alma, sobre la miseria que revolotea por nuestros corazones, sobre la pena que puede empapar nuestra existencia. Y sobre el amor, la tirita que junta nuestros cristales rotos y les da forma de corazón. 

Víctor G. (@chitor5)

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