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¿POR QUÉ?

Quisiste salir corriendo, huir del mundo, esconderte en tu cabeza, tras tus sonrisas falsas y tus gritos acallados en las noches oscuras, a salvo de todo observador.

Quisiste saltar de aquel columpio, tu ceguera infantil, y escupirle al mundo real a la cara, mirarlo a los ojos, quisiste hacerlo llorar.

Quisiste alcanzar el éxito y luchaste contra el viento unos minutos, luego creíste que se te habían acabado las fuerzas, desististe, y te tumbaste en el suelo dejando el tiempo pasar.

Quisiste saltar, dejarte caer por el precipicio, nadie te culpa por no haberlo conseguido, muy bien sé que lo intentaste, que tus piernas ya temblaban del cansancio, tus brazos no eran capaces ya ni si quiera de abrazar, tu cuerpo sin sueño ni descanso vagaba, frío y gris, en un espacio que no deseabas ocupar, y fracasaste, fracasaste también aquí, no fuiste capaz de saltar, ni tan siquiera de dar un paso, demasiado cansado como para actuar, demasiado desfallecido para pensar.

Quisiste encontrar soluciones, soluciones que escapaban de ti, no hallabas la manera de arreglar tu vida, de corregir tus faltas, y te dejaste ir, convirtiéndote en un cuerpo con algo similar a vida en tu interior, un niño triste que llora y grita, sin buscar remedio, sin buscar otro globo parecido a aquel que se le escapó. Y entonces otros taparon tus errores, echaron arena sobre tus fallos, cortando tu agonía, enterrando tus sentidos en la misma tumba en la que tú enterraste tu corazón. 

Y ahora esta es tu maldición, como suele pasar con los problemas propios que son arreglados por otros, cada día, renacen de entre los escombros de tu cuerpo; cada día más fuertes y atrevidos, te golpean cada noche, cada uno de tus sentidos, hasta que tu propia voz, en tu cabeza, es tan fuerte que por demasiado pensar no razonas, hasta llevarte al borde de la más absoluta locura, hasta que no te reconoces en el espejo, desfigurando tu mente y tu cuerpo.
¿Por qué no gritaste cuando aún había tiempo?
¿Por qué no le gritaste al mundo lo mucho que lo sientes?

Alba Ferrer.
@dihiftsukai
http://ytumihorizonte.blogspot.com.es/
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APAGAR LA RUTINA

Apagar la rutina y romper con lo que toca. Darte un capricho. Cometer una “locura”.

Cumplir con “lo que toca” está bien, es “lo que se debe hacer” y “lo que nos llevará hasta lo que tenemos planeado”. Pero…a veces hay que romper con los deberes. En ocasiones cerrarle la puerta a la rutina y girarle la cara a una obligación apetece. Y a veces, lo que necesitamos es eso, darnos el capricho de hacer “lo que no se debe”.

Al fin y al cabo, cada uno es el representante de uno mismo, y cada uno es quien teje su propio destino y felicidad. Y, ¿Qué es la felicidad si no la sensación de ser libres, de ser dueños de nuestros días y arquitectos de nuestra propia vida?

Sáltate las normas, pero solo cuando sientas que necesitas hacerlo, cuando sientas que es el momento y que lo que quieres está por encima de lo que debes. Esa sensación dura solo un momento, luego razonarás y te echarás atrás. Pero, por una vez, no te lo permitas, por una vez, lánzate al vacío y demuéstrate que eres tu propio dueño y que de lo único que eres esclavo es de ti mismo, y solo porque TÚ decides permitírtelo. 

Alba Villafañe.
@alalba11

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ABRAZOS:

Era sin duda lo que más echaba de menos cuando vivía sola. En esa soledad que te aprisiona en vez de abrazarte cuando más lo necesitas. Ese contacto donde dos cuerpos se entrelazan uno con otro y que sea cual sea el motivo, siempre reconforta, haciéndote creer que el ser humano todavía no está perdido del todo.

Es algo de dos, algo mutuo y consentido ya que aunque puedas abrazarte a ti mismo cuando tienes frío o miedo, la piel de otra persona, el calor que desprende y que notas tibio sobre tu propio cuerpo es algo que no puedes reproducir por más que lo intentes.
Muchos tipos de abrazos, todos necesarios, todos agradables.

Abrázame si tengo miedo, para saber que estás ahí y que acunada entre tus brazos, nada malo podrá ocurrirme. Protégeme de los fantasmas, los propios y los ajenos, para sentir que no estoy sola, y así llenarme de tu energía para luchar contra todo lo que venga por delante.

Abrázame si estoy alegre, porque así disfrutarás de mi dicha, la compartiré contigo y la multiplicaré junto a ti. Saltaremos juntos, nos emocionaremos juntos, reiremos juntos por los buenos tiempos y las buenas noticias, alargando el momento para que no acabe nunca.

Abrázame si estoy triste, será cuando más te necesite. Déjame tu hombro para llorar, gritar y maldecir por aquello que ha ocurrido. Dame tu consuelo y no me dejes caer en la agonía. Solo tus brazos, esas caricias en mi espalda, ese susurro en mi oído pidiendo que me calme. Todo eso y tus abrazos y las penas parecerán menos.

Abrázame si tengo frío, para que seas mi manta y mi abrigo. No necesitaré nada más que tu piel para caldear la mía. Envuélveme con tu suavidad, hasta que no sienta nada más que el calor que me das.

Abrázame si estoy disgustada, enfadada con el mundo. Convierte el espacio entre tu pecho y el mío en nuestro propio mundo, nuestro refugio donde desahogar la rabia y la ira para cambiarla por tranquilidad y desasosiego. Cálmame y relájame mientras me quedo prendida entre tus brazos.

Abrázame sin ningún motivo, porque te apetezca, cuando quieras solo por el placer de sentir, de sentirnos.

¿Cuándo fue la última vez que abrazaste a alguien? Mira a tu alrededor, y estés donde estés, abraza a la persona que tengas al lado, conocida o desconocida, hombre o mujer, amigo o enemigo… Hazlo y te aseguro que tras el abrazo y la sonrisa que se crea en ese instante mágico de comunión entre dos personas, el optimismo, la felicidad y una sensación de plenitud os llenarán, haciendo vuestro día mejor si ha sido bueno y pintándolo de rosa si estaba siendo negro.

Abraza siempre que puedas, siempre que quieras para recordar esa agradable sensación cuando más lo necesites.

María de las Nieves Fernández,
autora de "Los ojos del misterio" (Falsaria).
@Marynfc
http://elmundodelosojosdelmisterio.blogspot.com.es/
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ES VERDAD

Es verdad,
es siempre verdad que estás ahí, allí y ciertamente aquí a mi lado.
Es verdad que te presentas con música que saludas con sonrisa
en tus primeros compases a la vida.

Es verdad y es tiernamente verdad identificarte mientras me abrazas
correteando, a veces descalzo pues tus pequeños pies también se incluyen..
en la certeza de tu abrazo...
Un achuchón dulce o más bien un mimo, a la vida de alguien otro que haces tuya es, cómo no, verdad.

Es verdad que al pararte te examino
y me devuelves el examen sin engaños
con tus ojos redondos, grandes, llenos como tú
y como esos regalos sin forma pero con alma que desabrochas de tu carro para iniciarte en la carrera y sumarme en tus pequeños brazos...
es verdad y no admite otro signo.

Es verdad que compadeces al reflejo cuanto llegas
sin ser consciente que ese otro necesita humanizarse con tus pequeñas y blancas manos.
Qué sinceramente veraz eres...

que rasgas a la vida un segundo que era en vano
lo conviertes en sentido más cierto, es también evidente,
es también verdad.

Son también ciertos los aromas de aire que regalas,
es humano tu oxígeno, contagioso tu soplo,
benévolo cuanto respiras en tu primer año sin mentiras. 

Perfilar tus mofletes y acariciar lo que devuelves
generosidad no inventada.
No finge tu piel, y mi meñique tangible en
tu tez sencilla viaja mientras reacaricias sin calumnias, sin falacias...

Que llegaste en el mejor momento, es verdad.
Eres TODO verdad.

Tan improbable querer tanto y sin embargo tan cierto...


Para la sonrisa más bonita y real en un año,
 de un cierto tío suyo.


D.A.C.
@dani3arrebola
@apetececine
 
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