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EL TENEDOR DE LIBROS – JOSÉ LUIS MELERO

A José Luis Melero se le podría definir con dos palabras: libros y Zaragoza. Bibliófilo empedernido y aragonés hasta la médula, este escritor español se ha consagrado como uno de los mayores expertos y propulsores de la literatura aragonesa. Autor de libros como La vida de los libros (Xordica, 2009) o Escritores y escrituras (Xordica, 2012), José Luis Melero ha dedicado su vida a la búsqueda y posterior adquisición de todo tipo de libros, conformando una biblioteca personal envidiada por muchos y envolviendo su vida de unas letras que están en deuda con él. 

En El tenedor de libros nos encontramos con 123 artículos que él mismo publicó entre los años 2012 y 2015 en el periódico Heraldo de Aragón. Estos, dedicados a su amigo José Antonio Labordeta, tratan temas que van desde lo personal a lo histórico, de lo anecdótico a lo permanente; pero siempre con un nexo común: el amor a los libros. Para Melero es inevitable lanzarse a la escritura de alguno de sus artículos sin acabar mencionado algún título, autor o anécdota literaria. Y es que no hay mejor descripción para este escritor aragonés que la del propio título del libro: El tenedor de libros. Eso es lo que él es, en lo que se ha convertido y lo que le ha permitido adquirir esa perspectiva que da la lectura de libros, en su caso, una lectura incansable y difícil de calcular. Mención aparte merece el prólogo o liminar, la mecha que consigue encender de manera viva la llama del interés en el lector. En solos dos páginas, Melero consigue deshacerse en pasión hacia los libros y hacia todos los artífices de literatura, tocando el corazón de todo aquel que coja esta obra. Porque El tenedor de libros exige un lector devoto, un amante de la palabra escrita, un loco de la literatura que vea con sus propios ojos que no es solo él quien se pierde durante horas en librerías de viejo, que no es el único a quien se le acelera el corazón cuando tiene un libro deseado entre sus manos.

El tenedor de libros es una enciclopedia ilustrada donde conocer más y mejor a personajes como Azorín, Galdós, de la Serna o Gide; un lugar acogedor en el que pasear por las calles de Zaragoza, París o Londres; un mar abierto donde bañarse en letras. En definitiva, ‘El tenedor de libros’ es la reflexión personal y la exposición total de alguien que vive por y para los libros

Víctor González.
@chitor5

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EL ARTE DE APRENDER JUNTOS - JIDDU KRISHNAMURTI

Ante un libro como El arte de aprender juntos de Jiddu Krishnamurti solo podemos rendirnos a aquel proverbio latino – que aún hoy sobrevive – del ‘verba volant, scripta manent’. Y es que gracias a Ediciones Obelisco podemos tener, ya para siempre, la sabiduría que este filósofo repartía en sus conferencias guardada en nuestra biblioteca.

Dijo el Nobel de Literatura Bernard Shaw que Krishna – como se le conocía familiarmente – era «el mayor maestro del mundo» y, tras leer alguno de los libros que recogen sus conferencias, no se puede estar más de acuerdo con tal afirmación. En El arte de aprender juntos, el lector será llevado de la mano por este sabio orador a un lugar que parece tan lejano estando tan cerca, al interior de nosotros mismos. Buscando el dejar a un lado la reflexión y el pensamiento, Krishnamurti anima a su oyente – en este caso lector – a bañarse en el mar de la nada, a lanzarse al vacío para quedar en él y trabajar, a partir de ese momento, en vivir el día a día a través de ese flotar armónico. Estamos atados al miedo y toda posibilidad de acción está siempre marcada por un razonamiento previo que hace que esta hipotética acción a realizar acabe siempre modificada y amoldada a lo que queremos ver de ella y no a lo que ella es. Con El arte de aprender juntos, el lector podrá darse cuenta de que hay posibilidad de ver la naturaleza de las cosas sin el poder del experimentador, sin modificaciones, tal y como ellas son. Para ello, no hay otra opción que romper con las ataduras de la mente, aquellas que nos llevan a la duda, al dolor, al sentimiento y a la posterior repulsión. Hay que dejarse empujar por el viento total para olvidar de una vez que la vida se divide en fragmentos que nosotros adaptamos a nuestra manera de ser; la vida es un todo que nos invita a entrar cuando ya no queda nada de lo que despojarse. 

Toda esta sabiduría, y mucho más, en una serie de conferencias en forma de diálogos que Krishnamurti tuvo en Londres y Shaanen en 1965. Dicen que los diálogos no sirven para escuchar al otro sino a ti mismo, que su finalidad no es responder a lo que te preguntas sino siempre responder a lo que tú te preguntas. Y no puede ser más cierto en este magnífico libro, donde el diálogo se transforma en voces totales con vida y mundos propios que llevan dentro un poderoso mensaje: la invitación al cambio. Un cambio que, gracias a Ediciones Obelisco, podemos leer una y otra vez sin el miedo – ese maldito enemigo – de que se vaya volando como la voz. El arte de aprender juntos es la petrificación de un mensaje que acaba convirtiéndose en libro de apoyo para esos momentos en los que el viento de la duda azota nuestros barcos. 

Víctor González.
@chitor5

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LA HERIDA SE MUEVE – LUIS RODRÍGUEZ

Lo afirmo categóricamente: Luis Rodríguez es el mejor trilero de España. Como unos críos ante la mesa y sus dos vasos, los lectores de este sorprendente libro empezarán a leer sus páginas avisados, por los que entienden, de que hay truco, y lo buscarán mientras el farsante mueve sus manos, y no lo encontrarán. Nunca.

La herida se mueve es una gesta, tanto de técnica como de contenido que introduce al lector en un laberinto del que solo se puede salir no saliendo. Porque Luis Rodríguez, bañándolo todo de contradicción, ambigüedad, polos opuestos, es decir, maniqueísmo, ajedrez, patafísica, Marcel Duchamp, abofetea al lector con dos puntos desencontrados que se cruzan constantemente para crear algo así como una narración. Pero en él sí hay punto medio: los posibles, el «quizás». Pongámonos en situación, si eso es aquí posible. Si algo de la trama puede sonsacarse es que Genaro busca a personas. Y solo esto, porque la clave en la no novela de Luis Rodríguez – o nivola como diría Unamuno – es la melancolía perenne de la narración. 

Decía Hegel algo así como que el mundo es una comunidad de yoes, pues bien, aquí no hay más que una comunidad de eso que dice el título, de heridas que se mueven, pozos andantes de almas petrificadas, ángeles sin alas, con ellas rotas o rozando con el suelo. El lector se encontrará con un sinfín de personajes siempre marcados por un rasgo trágico, andará por las entrañas de ellos como tanto deseó hacer Zola en su naturalismo, verá el oscuro y roto interior de los cuerpos que andan por inercia. Todos. Todo ello de la mano de un narrador que está por encima de su propia narración, capaz de adelantarse a ella, obviarla o incluso transformarla. Un narrador tan desencantado que baña con ese malestar todo su relato, pero también al lector y a la novela en sí misma; y que obliga a quien tenga delante a una actividad constante, a la atención máxima, porque nada en La herida se mueve es desechable. 

Hay algo del Don Juan de Tirso (¿?) en Genaro y es probable que no sea esa caza burlesca de lo femenino sino el sentirse perseguido por un temor: el peso de la culpa, el miedo último y único en el mundo del que derivan todos los demás: el miedo a la muerte. Luis Rodríguez, a lo Woody Allen, es capaz de crear una obra maestra e introducirse a sí mismo en ella siendo alguien que exige estar atento para verlo bien. En definitiva, La herida se mueve sacude tanto al lector que este acaba dudando de si lo que ha leído es una invención de la mente trastornada del protagonista, de si hay algo de real o si lo es todo. Pero esa es la gracia de la novela, no serlo, romper con las más comunes preguntas que llegan al acabar un libro. La herida se mueve no pide preguntas ni porqués, ni qué ha sido esto ni qué significa, La herida se mueve solo pide dormir y descansar en nosotros. Algo que consigue sin nuestro permiso. 


Víctor González.
@chitor5 

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EL INSTANTE DE PELIGRO – MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ

La fotografía es recuerdo. Más allá de la técnica, las imágenes sirven para recordar aquello que puede ser susceptible de olvidar, aunque sea la vivencia más especial de nuestras vidas. Porque al final, el recuerdo no es sino pura química en nuestro cerebro.

En un momento en que la fotografía forma parte de lo efímero y de lo alcanzable para todos, Miguel Ángel Hernández muestra en El instante de peligro (Anagrama) las mil y una caras de una imagen y las posibilidades que las técnicas ópticas ofrecen para recordar las emociones más intensas. Profesor de Historia del Arte en la Universidad de Murcia, Hernández ha sido Research Fellow del Clark Art Institute de Williamstown, en Massachusetts (EEUU), punto de partida de su novela. La perspectiva que alcanza en la historia no está muy lejos de la sombra de las películas sin dueño que el protagonista, Martín Torres, debe analizar como proyecto artístico de la joven italiana Anna Morelli, reconocida artista y con gran potencial en el arte contemporáneo. Tras contactar con ella, Torres vuelve al campus del Clark después de nueve años de su primera estancia. Nueve años después de su romance con Sophie, su gran amante. Nueve años de idas y venidas de su matrimonio con Lara, su gran amor. Nueve años después de creer que las relaciones amorosas abiertas podrían no herir a nadie.

Nueve años después de su marcha del centro, todo ha cambiado. La tesis que tenía que terminar después de su primera estancia en el Clark todavía no ha sido terminada. Y nunca lo estará. La rutina ha abatido a este historiador, que a su regreso al Clark ya nada conmueve, ni tan siquiera el arte. Pasear por las galerías le pesa, le aburre. Prefiere dejar más emoción disponible para los otros visitantes. Que toque a más por cabeza. Sin embargo, su estancia en el instituto americano le abrirá los ojos al auténtico arte, al más puro y absoluto. Morelli le propone dotar de historia a una serie de películas grabadas en los sesenta consistentes en un plano fijo y una sombra de una persona a la que no se le ve el rostro. Unas fotografías encontradas en la misma maleta donde se hallaban las cintas conforman el gran misterio por resolver en clave artística para Morelli y Torres.

Pero la literatura también es recuerdo. Torres complementa el proyecto de Morelli, titulado Fuisteis yo, con la escritura de la historia de aquellas películas. El escritor usa una de las más bellas referencias al narrador y cuenta la historia al lector como si fuera una carta a Sophie, su amante más importante, a quien conoció durante su primera estancia en el Clark. Por su parte, Morelli complementa el proyecto con una curiosa acción artística: borrar la imagen de las fotografías halladas mediante productos químicos que no dañan el papel, sino que solo eliminan la tinta.

Las continuas referencias artísticas e históricas y la combinación de estas con la trama amorosa y personal del protagonista alcanzan un nivel de inteligencia literaria explosiva. La novela, que ha sido finalista del 33º Premio Herralde de Novela 2015, confirma a Hernández como narrador después de su debut, Intento de escapada (Anagrama, 2014). Hernández demuestra una gran sensibilidad relacionando la gran cantidad de información de técnicas fotográficas contemporáneas y cine experimental en un trazo narrativo claro, determinante para enganchar al lector desde la primera frase. Para ello, usa reflexiones de Walter Benjamin para abrir cada capítulo y sentenciar el porvenir de los personajes con sus reflexiones estéticas y puras. La ausencia de historia es, precisamente, la base del libro. La no existencia de un relato que acompaña las imágenes encontradas da libertad a Morelli y a Torres para apropiarse de ellas. Hasta la dedicatoria del libro forma parte de la misma trama literaria. Hernández dedica la novela «a los ausentes, a las historias borradas». Lo inexistente nunca fue tan tentativo de narrar –y de devorar con la lectura.

Karen Montero.

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CONFLUENCIA – MARÍA NIEVES FERNÁNDEZ

Decía el poeta estadounidense James Russel Lowell que «los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra». Y algo así es lo que ocurre en esta magnífica novela de la que hablamos hoy. María Nieves Fernández coge al lector como si de un marionetista se tratara y lo lleva, a su completa voluntad, de personaje en personaje, de cabeza en cabeza, por un sendero tan embriagador y satisfactorio que al acabarlo - trágico momento -, acaba creando en nosotros una triste dependencia. 

Confluencia es la secuela de la primera novela de esta escritora ciudadrealeña – Los ojos del misterio – en la cual, a partir de dos personajes secundarios de esta primera, se extiende toda una trama de fantasía, sacudidas y sobre todo buena literatura, que es lo que mejor caracteriza a María Nieves Fernández. Nayla, una chica que siempre se moverá entre un deseo natural de romper con las normas y un orden lógico impuesto por su entorno, se verá de pronto atraída por un desaliñado inspector de policía que aparecerá en su vida para quebrar la rigidez cotidiana que tanto le había costado construir alrededor de un marido ejemplar, un trabajo estable y una atmósfera sin esquinas punzantes. Junto a Adrián, el inspector, se verán introducidos en un mundo que nace de ella, un mundo de magia que creía tener controlado. Por la fuerza sobrehumana que explota en su hijo, la energía que nace de su interior y la obsesión por la búsqueda de respuestas del policía, Nayla se dejará llevar por una corriente donde a cada tramo se le presentará un obstáculo el cual, solo con el profundo conocimiento de sí misma, podrá superar. De la mano de estas mentes que atrapan y no sueltan, el lector también se verá llevado a la Inglaterra del siglo XVII, donde conocerá la historia de Mary y William, donde vivirá tragedias y amoríos, donde sufrirá en sus propias carnes la caza de brujas, las injusticias por odio, las viles acciones a las que lleva el poder desmesurado. Entre esos dos mundos distintos, entre esas dos épocas separadas por tantos años, un hilo invisible conectará a todos los personajes y provocará que su sombra llegue hasta nuestros días para acabar, en este preciso momento, en una batalla tan bien tratada que acaba dejando marca incluso en el lector; pero no en la piel sino en su corazón. 

María Nieves Fernández conjuga con maestría recursos que recuerdan a grandes escritores como Agatha Christie y ese talento por dejar las pistas en el lugar más adecuado que la llevó a confesar, algo que se ha conseguido en esta novela, que «el detective nunca debe saber más que el lector»; o a Patrick Rothfuss por ese manejo de dos tiempos distintos, por ese viaje con éxito a un pasado de tabernas, moteles y pueblos de caballería cargados de una atmósfera fantástica; o incluso al gran Stephen King por esos cliffhangers de cada final de capítulo. Todo ello, convierte a Confluencia en una novela que desprende olor a cine, que convierte el tiempo de su lectura en un viaje acomodado a través de la imaginación.  Si lo que se busca con la literatura es entretener, divertir, conseguir que el lector se abstraiga por un tiempo de todo lo que nos sacude diariamente, solo se puede decir aquí que María Nieves Fernández ha pasado de alumna aventajada a profesora. Y que nos siga enseñando. 

Víctor González.
@chitor5


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OOPARTS, OBJETOS FUERA DE SU TIEMPO - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ-ORO Y CHRIS AUBECK

Destapar el misterio que rodea a los Ooparts, ese es el objetivo de estos dos investigadores en un ensayo cargado de datos científicos, objetivos y palpables. Un Oopart, para el que esté preguntándoselo, es el acrónimo de ‘Out Of Place Artifact’: objetos encontrados que no concuerdan con su época o su contexto.

Los discos dropa, la estatuilla de Nampa, el martillo de Londres, las esferas de Ottosdal, el avión de Saqqara, la máquina de Antikythera o la lente de Nimrud son algunos de los muchos artefactos que se tratan en este elaborado trabajo el cual busca fijar en la tierra los pies de aquellos que suelen dejarse llevar por las estrellas. ¿Fue realmente abducido Elías como se ha dicho observando la Biblia? ¿Cohabitaron dinosaurios y humanos? ¿Hubo bombas nucleares en la antigüedad? Contrarios a teorías ufológicas, hipótesis cosmológicas y conjeturas envueltas en misterio, los autores llenan las páginas de este libro con datos demostrables, testimonios de peso y trabajados estudios con el fin de demostrar que mucho de lo que se piensa es resultado de la no comprensión, o peor todavía, de la voluntad de no comprensión. Y es que esa es, en la mayoría de ocasiones, la conclusión que se extrae al final de cada caso tratado: la conclusión de que no sabemos, o no queremos, ponernos en la situación del momento en el que ese objeto fue creado, en las circunstancias que rodearon al acontecimiento, a la época y al autor de tal artefacto. Al encontrar uno de estos objetos, los investigadores o aficionados al tema buscan hallar una respuesta desde una conciencia del siglo XXI, sin hacer el esfuerzo de mirar el descubrimiento con los mismos ojos de quien lo creó, de quien lo utilizaba o de quien lo dejó donde ha sido encontrado. Este mirar desde delante y no desde el momento apropiado es lo que se conoce como “principio de disyunción”, y lo que podría marcarse como tema principal de este interesante ensayo de casi 300 páginas.

Es mucho más atractivo pensar en la posibilidad de que una civilización avanzada, ya sea de alguna isla hundida de nuestros mares o de las estrellas, haya dejado estos objetos como prueba de su existencia remota. Pero pocas veces es esa la solución más sensata. En este libro el lector curioso podrá comprobar cómo en la mayoría de ocasiones hay razones mucho más sencillas para todo, menos utópicas y más conectadas con la realidad aparente, con el transcurso de la historia conocida. El misterio atrae, pero la verdad convence, aunque muchos no quieran oír hablar de ella o se escuden en que el sentido de vivir es encontrar su cara oculta. 

«Que no podamos explicar algo no significa que valga cualquier cosa para explicarlo. Además, ¿por qué les concedemos a los alienígenas el talento y la creatividad que les negamos a los seres humanos de la antigüedad?». 

Víctor González.
@chitor5

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EL FRISO DE LA VIDA – EDVARD MUNCH

En una época donde los artistas nacen con la voluntad de romper con ese “realismo ñoño”, como diría el actor mexicano Héctor Ortega, y de promover un arte que conlleve la liberación o aquel “volver a nacer” de Grotowski, nace también Edvard Munch.

Al igual que muchos artistas de su tiempo – Strindberg y su misoginia repentina, Artaud y su paranoia por la enfermedad  o Beckett y su agobio ante el recuerdo de la vida prenatal, entre muchos otros -, Edvard Munch fue sacudido por unas circunstancias vitales, que ya desde la infancia, marcaron todo su devenir artístico y biográfico. Viendo desde pequeño morir a su madre, a dos de sus hermanos, dos de sus tías, dos de sus abuelos y con un padre trastornado a la espera de que su hijo, Edvard, fuera el próximo; Munch creció acunado por la enfermedad y una esperanza desoladora de acabar muriendo pronto. Esa mezcla de oscuridad amenazante y desconfianza existencial acabó convirtiéndose en delirio y en arte. Un arte que fue el soporte donde reflejar sus temores, sus dudas acerca del porvenir, acerca del sentido de vivir. Y hablo de un arte en general porque Munch no solo trabajó en la pintura como vemos en este maravilloso trabajo de Nórdica Libros. El artista noruego también llenó blocs de pensamientos, aforismos y reflexiones sobre todo y nada en general, sobre la vida y la falta de ella, el sentido y la falta de él, el esfuerzo por caminar y la nula necesidad de ello. Pero sobre todo en sus escritos encontramos arte, como todo lo que tocaba Edvard Munch. Arte como salida, como escapatoria ante el golpeo de la vida por dentro y por fuera, como respuesta a una carcajada sórdida y satírica que le acompañó hasta el fin de sus días. 

El friso de la vida es una extensión de su obra pictórica, leemos la pintura igual que disfrutamos viendo un poema, y esto, a partir de ahora y gracias a Nórdica Libros, es posible. En sus escritos encontraremos también amor y desamor, debates existenciales con uno mismo y anécdotas con coetáneos, desengaño con la humanidad y esperanza de algo mejor, incluso veremos cambiarse repentinamente y en un mismo texto de primera a tercera persona. Todo ello representado siempre mediante el color que dicta el estado de ánimo del autor. Todo se rige, siempre en la vida de Munch, por el color que emanan sus sentimientos. Ellos mandan, ellos deciden qué camino emprender diariamente, cómo ver el paisaje ese día, qué vestimenta escoger. El friso de la vida nos ofrece al Munch que mira la pintura, no al que está dentro de ella y el cual nos ofrecen sus cuadros; al Munch que contempla su obra, que piensa en ella con su incontrolable impulso a la corrección, que ve la vida como sus cuadros: simple y llanamente como un paisaje que se construye según quien lo mira, un mundo que no existe de una forma objetiva sino, siguiendo la estela fichteniana, que es la suma de muchas subjetividades.

Víctor G.
@chitor5

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ALIENS ANCESTRALES

«Si perteneces a la gran masa, si nunca miras al cielo o hacia tu interior, no sigas porque, seguramente, no entenderás nada.» Así empieza el magnífico ensayo en forma de libro que Josep Guijarro presenta de la mano de Luciérnaga con el nombre de Aliens ancestrales.

Para los que conozcan el programa de televisión emitido por Canal Historia ¿Extraterrestres?, del que Josep Guijarro es su productor, informarles de que este libro es una ampliación de las experiencias vividas por el periodista a lo largo de los muchos kilómetros recorridos para la realización de entrevistas, investigaciones y visitas a los lugares más recónditos y misteriosos del planeta. Aliens ancestrales es un plus a dicho programa, un más a más con revelaciones que no pudieron - o no les dejaron - publicar. Para los que no conozcan el programa, invitarles a una experiencia única donde conocer esa historia apócrifa, esa verdad oculta que se encuentra resguardada - a la vista únicamente de aquellos pocos investigadores que verdaderamente se fijan en las cosas - en nuestra tierra, en las rocas, a nuestro alrededor. 

En Aliens ancestrales el autor nos lleva de viaje por Copán, Galicia, Dublín, Carnac, Menorca, Egipto, México, Portugal o Azerbaiyán, entre muchos otros lugares los cuales se caracterizan por contener misterios y verdades, cuestiones sin respuesta, pistas sin origen ni destino. Josep Guijarro intenta, en este maravilloso recorrido por nuestro planeta y su Historia, resolver esas incógnitas, rascar las paredes de la incomprensión y el cartesianismo más ortodoxo para hallar la luz, para hallar resquicios de verdad. 

¿Y si todos los dioses vinieran de un mismo lugar? ¿Por qué rendimos culto a accidentes, personajes o vivencias que tienen tantos rasgos en común con culturas y civilizaciones lejanas, de imposible contacto hace miles de años? ¿Qué nos ha llevado a mirar desde el principio al cielo para buscar respuestas? Todo ello y muchísimo más es lo que empapará al lector en este indispensable libro para todo aquel con el alma inquieta, con el nerviosismo innato del que siempre quiere saber más, con el inconformismo del que nunca acepta una sola e irrevocable verdad. No hay solo ufología en un libro que a primera vista es lo que desprende, hay mucha historia, religión, antropología, astrología, ciencia, etc. No todo es lo que parece, desde la portada de este libro hasta las preguntas más repetidas a lo largo de los años: ¿De donde venimos? ¿Estamos solos? ¿Hay 'alien' más ahí? 

Víctor González.
@chitor5

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LA VIDA ES UN CUENTO – ALEJANDRO JODOROWSKY

Escritor, director de cine y de teatro, actor, mimo, marionetista, compositor, escultor, pintor, filósofo, sanador psicomágico,… Jodorowsky lo es todo y es nada, es una gota en el vacío consciente de que sin ella ese vacío no existiría. Leer al chileno es entrar en una espiral ascendente hacia la conciencia más intrínseca y natural del ser humano; leer a Jodorowsky es un ejercicio de sanación. 

Siruela obsequia al mundo editorial con un compendio de cuentos de este artista nacido en Tocopilla cargados con la misión de encender la chispa que todos tenemos, anhelante de ser prendida. Muchos conocerán ya Cuentos mágicos y del intramundo o El dedo y la luna, y habrán podido disfrutar de esta faceta cuentista del escritor. Aquí, Jodorowsky completa El tesoro de la sombra, una recopilación de cuentos que publicó en 2005 y que, tras su publicación, decidió ampliar hasta acabar siendo, ya en 2015, La vida es un cuento. Gracias a un bonsái que dejó de podar para ofrecerle la libertad que durante tanto tiempo se le había quitado, Jodorowsky se dio cuenta de que debía haber hecho lo mismo con El tesoro de la sombra, de que le había cortado las alas, las ganas de expandirse.  Y de esa libertad nace La vida es un cuento, un manual de enseñanzas vitales donde el autor ha querido pasar lo más desapercibido posible para que el lector no note su sello, algo totalmente imposible en la literatura – y en todas las demás artes – de Jodorowsky. 

Y es que Jodorowsky, como él quiere que todos pensemos de nosotros mismos, es único, único en todo lo que hace, incluso en el vivir. La vida es un cuento nace tras la visualización metafórica del mundo, de la cultura, de los estigmas sociales, como aquellos jardineros que podan los árboles de la ciudad de forma geométrica, al igual que hace el entorno con nuestra mente. Es por ello que la literatura de Jodorowosky intenta – y consigue – no tanto abrir las puertas de la mente sino destrozarlas, hacerlas desaparecer. Tras leer al chileno ya es imposible dejar de pensar, y él lo sabe. Por eso, ofrece su libro, su obra, como un dispensario farmacéutico al que todos pueden presentarse para coger de él – de cada cuento – lo que más necesiten. Como la literatura zen, Jodorowsky ha sabido conseguir ser capaz con sus composiciones de plantar en el lector una semilla de sabiduría que, sin este ser consciente, crece en algún momento de la vida de este lector, sola, sin esfuerzo, de forma natural. 

Leer a Jodorowsky supone el esfuerzo de una voluntad, supone atreverse a romper con todos aquellos tótems y tabús freudianos que nos empapan día a día, con la visión de un mundo donde el ego es el protagonista. Koanes, haikús, la Bíblia, metagenealogía, psicomagia, esoterismo, Esopo, Las mil y una noches,… Esto y mucho más dentro de un libro que, como toda la obra de Jodorowsky, no dejará a nadie indiferente. Inspirando armonía desde la imagen de portada, este libro, incluso, nos regala un aroma que se aferra a los dedos del lector como si quisiera avisarnos de que todo lo de esta lectura, incluso lo más insignificante como es el olor de sus páginas, queda. Queda Jodorowsky, quedan sus palabras y, sobre todo, siempre y para siempre, queda la Literatura. 

«La vida es un cuento, un cuento divino, pero un cuento. Cuando se entra en el cuento, se derriban los muros de la racionalidad y se abren las puertas del inconsciente, y entonces se empieza a encontrar, de manera amable y simpática, lo que da la felicidad.» Alejandro Jodorowsky. 

Víctor González.
@chitor5

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DOS AÑOS, OCHO MESES Y VEINTIOCHO NOCHES - SALMAN RUSHDIE

Salman Rushdie. Si le mencionamos en voz alta en una reunión con amigos probablemente hallaremos una vaga referencia al personaje icónico o a Versos Satánicos y toda la relevancia social a merced de su imagen. Si me preguntáis a mi, os hablaré de Salman Rushdie como el auténtico escritor de la era contemporánea. Un escritor con la capacidad creativa de hacer florecer mundos sobrenaturales y personajes fantásticos con una magia apabullante. Salman Rushdie como un mago que escribe. Un escritor que escribe como un mago con un resultado extraordinario: Dos años, ocho meses y veintiocho noches

El escritor indobritánico decide aferrarse a sus raíces y volver a sorprendernos con una historia de raíces, historia, fantasía y cuestionamiento moral. La idea de India es el centro y el principio de todo el cosmos que se crea en las casi 400 páginas llenas de luz. Hoy en día, India aún crece tradicional y culturalmente por la conocida técnica literaria del story-telling. Es el mismo autor quien reconoce muchas de las historias relatadas como parte de la tradición que vivió de niño: Historias repletas de un realismo mágico que su padre compartió con él. 

La novela con que Salman Rushdie vuelve a visitarnos nos envuelve de un aura mágica desde el momento que admiramos el título. Pocos cálculos son necesarios para concluir en Mil y Una Noches la fantasía y tradición oriental que nos presentará desde la primera a la última página. Lejos, sin embargo, no se trata de literatura fantástica en sí misma, también contiene presente, futuro, pasado, verdad y cuestiones morales permutables que quedarán siempre en entredicho. 

Desde una división en dos mundos, el escritor consigue un ambiente fantástico donde el principal eje de unión y conflicto entre ambos es el amor. Cuando una yiniri consigue adentrarse en la rutina humana, Ibn Rushd se encuentra desprevenido y desamparado con la única satisfacción de sus historias. Dunia, la yiniri de incógnito, se consagrará como la madre de todas las causas que sucederán posteriormente. En el encuentro pasional entre Ibn Rushd y Dunia una multitud de descendientes yinns con superpoderes poblarán el mundo. Un bebé capaz de detectar políticos corruptos, un dibujante de cómic con poderes desconocidos. Un jardinero, el señor Geronimo, que será junto a Dunia el hilo discordante de toda la acción. El amor, corazón de todas las pasiones desatadas, es el causante de la unión entre dos dioses y la batalla futura entre dos mundos, la pasión versus la razón, que se enfrentarán por la dominación del mundo.

Sin atributos acerca del tiempo y el espacio, lejos de nuestro mundo, Rushdie nos incorpora a un mundo irreal que no tiene en cuenta el tiempo. La atemporalidad y la exploración de un espacio fantástico son el mejor encaje para tratar temas intangibles como: amor y celos, moralidad, intrusismo o fanatismo.

De nuevo Salman Rushdie vuelve para maravillarnos con su don mágico para relatar. Nos transporta a un mundo ajeno al nuestro pero que nos permite cuestionar nuestro presente más inmediato desde una cierta lejanía física. Como siempre, el mago dispuesto a hacer de su novela una obra de arte, y esta vez, en su mejor versión: Dos años, ochos meses y veintiocho noches, un fascinante mundo donde sumergirse. 

Al.lòdia Garcia Ferrer
Twitter: @aicrag_A10 / @Paradojaypiel 
Facebook: La paradoja de la piel

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POEMAS - LEWIS CARROLL

Hoy hablamos de uno de esos extraños casos en que el éxito de la obra supera al de su autor. No es una temeridad afirmar que debe ser muy complicado encontrar a alguien que no conozca Alicia en el país de las maravillas, pero seguro que no es tan sencillo encontrar personas que respondan afirmativamente al ser preguntados por Lewis Carroll. A parte de esa magna obra, Carroll escribió durante toda su vida poemas, la mayoría dedicados a un amor imposible: su Alice. 

Pocos conocen que esa Alicia existió, que el autor estuvo enamorado de ella a lo largo de toda su vida y a pesar de la diferencia de edad, y que ese maravilloso e inmortal cuento nace de la voluntad de este matemático y escritor británico por entretenerla a ella y sus hermanas una tarde soleada de verano. Lewis Carroll, seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, fue profesor de matemáticas, fotógrafo retratista amateur y escritor por vocación. Desde muy pequeño comenzó a escribir en las revistas que creaba con sus hermanos en casa. Gracias a su elevada inteligencia, desde sus primeros escritos se puede ver la innovación con la que Carroll carga al verso: juegos de perspectiva, de tono, de ritmo, adivinanzas, moralejas e incluso poemas que recuerdan a los koanes zen. 

Pero lo más llamativo de su poesía, aparte del sempiterno recuerdo de Alicia, es esa voluntad de anclaje, de perduración de la infancia. Para Carroll, defensor de lo bello como Verdad, es la infancia la imagen de la Belleza, y por lo tanto, de la única e irremplazable Verdad. Carroll es consciente de su propia pérdida de la infancia, como puede verse en tantos poemas donde se trata el tópico latino del tempus fugitUna barca bajo el cielo soleado o Prólogo de A través del espejo -  pero lucha por conseguir que no suceda lo mismo con aquella «recién nacida habitante / de la gran ciudad de la vida» que da nombre al poema Alicia, hija de la señora C. Murdoch. Quiere retenerla en ese espacio que crea solo para ella, en lo que él llama «el centro del país de los sueños», con la certeza de que allí «no puede entrar la mano corruptora». De esta voluntad imperiosa por sumergir a su Alicia en un mundo imaginario donde la única premisa para entrar sea la conservación de la infancia, nace el país de las maravillas que todos tanto conocemos. 

Lewis Carroll se enamoró perdidamente de aquella niña que le trajo el verano a sus días, que le regaló sus oídos para saborear con ellos los cuentos que el compañero de trabajo de su padre le regalaba muchas tardes, que no estaba manchada por la sombra de los tabús y los prejuicios sociales. Carroll sí tuvo que sufrirlos y ello ocasionó el rechazo de muchos, como seguiría ocurriendo hoy. Carroll tuvo que sufrir el peso de una sociedad que está por encima del deseo individual, que acabó decidiendo por él y ante lo cual solo pudo refugiarse en aquello que siempre tiene los brazos abiertos, en el pañuelo inacabable, en el abrazo infinito de la Literatura. 

Víctor González.
@chitor5

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LA TIERRA DE LOS ABETOS PUNTIAGUDOS – SARAH ORNE JEWETT

Si hay algo que destaca en el estilo de Sarah Orne Jewett es la viveza en sus descripciones del mundo rural, la sensación de estar sintiendo en toda su plenitud la atmósfera que compone un universo tan llamativo y acogedor como es, en la mayoría de las ocasiones, el de la zona de South Berwick, en el estado de Maine. 

En La tierra de los abetos puntiagudos, publicada hace pocas semanas por la editorial Dos Bigotes, el lector se introduce en el cuerpo de una escritora que llega a la pequeña localidad costera de Dunnet Landing en busca, con el fin de terminar su libro, de una abstracción imposible de hallar en la ciudad. Allí se encontrará con la señora Todd, quien le alquila una habitación en una casa que a muchos traerá el recuerdo de las actuales novelas de Jacqueline Kelly y su entrañable Calpurnia Tate, y con quien acabará entablando una férrea y poderosa amistad. Envuelta en todo tipo de cultivo medicinal, pasará los días entre cantos de gorriones, paseos por el puerto o excursiones a la montaña, teniendo una pequeña escuela en desuso alquilada para el trabajo en su libro. De esta manera irán pasando los días y su relación con el entorno se irá estrechando de manera cada vez más fuerte llegando incluso a congeniar con vecinos, con la familia de la señora Todd y, lo más importante, con ella misma. 

La tierra de los abetos puntiagudos es un claro grito a la capacidad de la mujer en su introspección, en su independencia, en su soledad. Pero no solo eso, es una novela que llena los sentidos: el oído con el canto de los pájaros, la vista con el verde de unos abetos que nos guían el camino por la trama del libro y un mar que siempre espera en calma la entrada de los barcos pesqueros, el olfato con el sinfín de étimos herbolarios que tiene la señora Todd en su conocimiento, e incluso el tacto en las relaciones humanas que se crean, entre ella y la señora Todd, el capitán Littlepage o la señora Blackett. Y no nos olivemos del gusto, que parece no estar, pero que llega al acabar el libro a la boca del lector en forma de dulce regalo para el paladar. 

En esta novela, aunque lo parezca, no hay edad. No se cuentan los años porque estos no cuentan. En Dunnet Landing cuenta el alma de las personas, eso las hace mayores o menores, atractivas o repulsivas, respetadas o denigradas. En este pueblo, que vive de las decisiones del mar, el mayor obstáculo no son las condiciones meteorológicas adveras, o el impedimento de salir a navegar. En Dunnet Landing lo que más pesa, lo que más trabajo cuesta es la aceptación y, sobre todo, la adaptación a la soledad. La tierra de los abetos puntiagudos, más allá de una estampa rural, más allá de un grito reivindicativo hacia la independencia de la mujer, es un manual donde se expone, de la forma más bella posible, cómo un pueblo apartado del imparable avance urbanizador es derrotado por la soledad, por la añoranza de una felicidad que nadie sabe si un día surcó esos humildes mares. 

Víctor G.
@chitor5

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CUENTOS COMPLETOS - E.L. DOCTOROW

Uno de los máximos creadores de la estampa social norteamericana contemporánea. Edgar Lawrence Doctorow, marcado desde su nacimiento por llevar el nombre de uno de los mayores cuentistas de la Historia de la literatura, supo compaginar hasta sus últimos días el balanceo entre novela y cuento. Ahora, poco tiempo después de su muerte, Malpaso publica Cuentos completos, un recorrido pautado por el propio autor que llevará al lector a conocer la vida de este ‘soñador del Bronx’ a través de sus cuentos. 

Doctorow es un pintor, capaz de provocar mediante sus trazos la comprensión por parte del lector del movimiento urbano norteamericano. Un pintor de paisajes en los que siempre habita una nube crítica totalmente subjetiva, un pintor de personajes que siempre evolucionan con la semilla de lo trágico en su interior. Es cierto que ese imaginario tan real de Poe es muy visible en muchos de sus cuentos, pero también hay que destacar el recuerdo que traen de otros tantos autores como de Jack London en la elaboración de personajes o  de Mark Twain en un tipo de narración que parece tomar como base un inestable montón de cristales rotos. Doctorow sigue un estilo que se podría definir como de aquellas esmeraldas perladas que decía Lope de Vega, es decir, de mirada lagrimada, llorosa, de alma rota. Leer a Doctorow es dejar al cuerpo con la sensación de que su escritura sale sola, sin esfuerzo aparente; que la fuerte crítica social de sus cuentos, que el acercamiento a la parte más baja de una ciudad como Nueva York, que esa vida por el inframundo neoyorkino, no son más que gotas de  sudor del propio escritor que resbalan por su mano, por sus dedos, y se impregnan en el papel en forma de historias. Pero no es así. El sufrimiento de la comprensión fatalista de la humanidad queda en el lector, queda el aroma del trabajo, del talento de observarlo todo y saber describir con palabras aquello que siempre intenta escaparse de ellas, aquello que a nosotros nos deja sin, aquello que nunca quiere tener nombre: las emociones. 

Cuentos completos es una obra de emoción caracterizada por la velocidad narrativa en su conjunto, por el sarcasmo, la ironía e incluso la sátira ante una sociedad que parece no tener arreglo pero sí escapatoria, la única posible para aquellos que pueden ver y sentir todo lo que les rodea, la literatura. Federico García Lorca llegó a Nueva York y no pudo más que describir lo que se esconde tras las luces de neón. Pero tengamos siempre en cuenta que en lo más profundo de su ser quedaba el recuerdo del mar granadino, del verde oliva andaluz, del aroma a jazmín. Los ojos, y sobre todo la pluma, de Doctorow también se encontraron con aquello que intenta ocultarse tras la iluminación consumista, pero con una diferencia, él nació en el Bronx, mamando todo ello desde el mismo momento en que el peso de Edgar Allan Poe se montó en sus espaldas. Él no tuvo dónde comparar, para él aquello no era contraste sino realidad. 

Víctor G.
@chitor5

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PALABRA DE SAL - MÓNICA COLLADO CAÑAS

Si hablamos de una narración desde una perspectiva infantil es inevitable dirigir nuestro pensamiento al gran cuento de Juan Rulfo, ‘Macario’. Ahora imaginemos que un cuento como ese es escrito por, por ejemplo, Leopoldo Alas ‘Clarín’. El resultado de esta interesante suma sería algo parecido a ‘Palabra de Sal’, la primera novela de Mónica Collado Cañas, ganadora del XIX Premio Vargas Llosa y publicada por Tropo Editores.

Corina, de ocho años, es la voz de la novela. Coge de la mano, con gesto suave y temeroso, a un lector que sentirá la vida del campo de finales del siglo pasado, que vivirá la pobreza y la lucha de tantas familias por subsistir golpeadas diariamente por una sociedad donde más es mejor, donde la apariencia ocupa el primer lugar en el panteón social. Corina es un alma sensible, mucho más que los demás, capaz de conectar con todo aquello que le rodea, capaz de sentir y de removerse por dentro al observar, ya sea a personas, a animales, a plantas o a cosas. 

Desde el primer capítulo, la muerte se sitúa como una nube inevitable sobre la cabeza de Corina. El gancho está lanzado, tanto para ella como para el lector, y será imposible olvidarlo. La narración transcurre en caída hacia una oscuridad anunciada, siempre aderezada por las reflexiones de una niña ya con conciencia adulta que entiende el significado de todas las incógnitas que asaltaban su mente durante su infancia. El lector caminará con Corina y su mente creativa a un ritmo acelerado que será dado por frases cortas, directas y sobre todo, contundentes. Porque es la contundencia en la narración lo que impacta en el habla que Corina tiene hacia nosotros. ¿Cómo puede una niña observar la vida de ese modo? ¿Cómo puede cargar con tanto peso todo aquello que no está escrito y que solo puede leerse entre líneas?

‘Palabra de Sal’ es muchas cosas. Desde una estampa de la España rural de los ochenta con sus diferencias abismales de clases, con el anhelo burgués del campo, con el querer ser por encima del ser algo, con la semilla de la modernidad revolucionaria en la juventud; a una espiritualidad en un ambiente o atmósfera para ella desértico y sin apoyo que acaba recalando en la mente de una niña que lo ve todo sin necesidad de mirar, que lo siente todo gracias a pensar. Pensamiento es la moraleja de una novela que deja regusto a Sánchez Ferlosio, a Galdós e incluso a Cela. Pensamiento de que todo, aun siendo presentado desde un principio con destino a lo oscuro, puede resolverse con, y sobre todo gracias a, la Literatura.   

Víctor G. 
@chitor5

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EL REVERSO DE LOS DEMÁS – KAOUTHER ADIMI

Narrado a nueve voces, El reverso de los demás describe el Argel contemporáneo, una ciudad que parece reluciente a los ojos de los turistas, pero que pese a la blancura de sus casas se convierte en gris para sus habitantes. La miseria, las ideas políticas y el fervor religioso radical quita las ilusiones de los protagonistas de la novela de Kaouther Adimi, ganadora del premio Vocación 2011 por esta opera prima.

Adimi es capaz de retratar los problemas sociales de Argelia sutilmente, sin que el lector se impaciente, sino todo al contrario: quedándose perplejo de la armonía literaria que adquiere a cada página las historias de estos seis personajes. Nueve voces que se entrecruzan para formar un relato espléndido, lleno de contrastes dentro de la misma ciudad, pero con siempre una base común: el miedo a los pensamientos ajenos sobre uno mismo. El miedo de Adel, el primero que narra sus temores, no es hacia los demás, sino de lo que puede provocar que los demás piensen en él. Como en el caso de su madre y su hermana, que casi no le dirigen la palabra. O la de sus propios pensamientos, que no le dejan dormir noche tras noche y que acaban por dejarle exhausto mentalmente.

Todos sus vecinos hablan de Adel y de su hermana Yasmine. Ambos poseen una belleza física extraordinaria, aunque su personalidad, intrínseca, misteriosa y tímida, no les acompaña. Adel y Yasmine fueron inseparables de pequeños, pero ahora apenas entrecruzan sus miradas. Los secretos entre ellos son demasiados para poder volver a dirigirse la palabra. El mundo exterior más cercano no es mucho mejor: la obsesión por una vida mejor en Europa llena de lujos cautiva la mente de muchos argelinos, pero las tradiciones culturales siguen arraigadas en sus mentes. La modernidad ha llegado hace ya décadas y se intuye por todas partes, como en las telenovelas que ve la madre de Adel y Yasmine, que no entiende a sus tres hijos. Sarah, la mayor, se ahoga en un matrimonio compartido con Hamza, que se ha vuelto loco y ya no se vale por sí mismo. Para escapar de ello, se concentra casi exclusivamente en pintar cuadros –y si le faltan lienzos, usa las paredes de su propia habitación. La pequeña Mouna, hija de Hamza y Sarah, crece con una mentalidad despierta y con ganas de hacer cosas por sí misma. Se cree diferente de todas sus compañeras de escuela, aunque su principal objetivo en la vida sea casarse. Tarek, su vecino y amigo, está preocupado por su imagen y se mira cada día al espejo porque, a pesar de su tierna edad, ya tiene canas y cree que eso puede no gustarle a Mouna. Entretanto, Hadj Youssef pretende creerse la idea de la búsqueda de la perfecta belleza sobornando a jóvenes universitarias con apuros económicos para meterles mano. Y Kamel, conocido de Adel, sueña con viajar hasta Europa y poder disfrutar de la vida occidental sin preocupaciones.

La narración, la verdadera protagonista literaria de El reverso de los demás, permite entrever las preocupaciones de toda una comunidad preocupada por prosperar a pasos de gigante y poder renunciar a los complejos y “el qué dirán” al que todo el mundo debe someterse cuando vive, precisamente, en comunidad. Adimi capta la realidad de parte de la sociedad árabe y la embellece con toques dulces como las cafeterías bohemias, las bailarinas de una niña o las pinturas armónicas de una madre soñadora.

Karen Montero.

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FULGOR - MANEL LOUREIRO

Manel Loureiro tiene algo que engancha. Lo consiguió cuando empezó a escribir una novela en su blog, la cual acabó siendo objeto de lucha de importantes editoriales y poco más tarde en película (‘Apocalipsis Z’), y lo sigue consiguiendo con su nueva novela, de la que hablaremos hoy: ‘Fulgor’, publicada por Planeta.

En 2014 se convirtió en el escritor español más vendido ese año en Estados Unidos, lo cual le costó que en España se le empezase a llamar ‘el Stephen King español’. Aunque él defiende que esa etiqueta es como un abrigo que le queda demasiado grande, debemos reconocer que, ya sea por sus estudios de abogado o por puro talento innato, Manel Loureiro sabe lo que el lector quiere cuando se acerca a un libro de sus características; lo sabe, lo explota y lo consigue. 

En ‘Fulgor’, el escritor gallego trata el tema de las auras en las personas desde el punto de vista de alguien que descubre ese talento en sí misma tras un accidente de tráfico. Casandra, la protagonista de la novela, deberá entender qué es lo que le ocurre, por qué ve energías de distintos colores que aparecen como llamas alrededor de las personas, quiénes son aquellos que ve tan oscuros y por qué, de repente, la están persiguiendo. A partir de ese momento, y reacia a contar lo que le ocurre por miedo a ser tratada de loca, Casandra emprenderá un viaje en el que se adentrará en el mundo de los Oscuros y de los Grises, en el que observará cuánto de malvado hay en el gobierno de nuestro mundo, en el que comprobará, con sus propios ojos, que nada es cómo parece a ojos de los normales, que detrás hay algo muy gordo, sucio y terrorífico a lo que solo ella se puede enfrentar. Casandra descubrirá que es una Hija de la Luz y, entre el dilema de proteger a su familia o enfrentarse al peligro que la acecha, discurrirá una novela donde cada final de capítulo es un anzuelo certero hacia el lector, indefenso ante la tensión que Manel Loureiro va dejando mediante pinceladas, muy poco a poco, según avanza la novela. 

En Fulgor, Loureiro demuestra el porqué sus novelas son tan codiciadas por los directores de cine. El lector viaja, como estando tras una cámara, por todo lo que ocurre en una pequeña ciudad lluviosa donde, asesinato tras asesinato, el miedo se convierte en la comidilla de los habitantes. El lector, empapándose de la historia, se convierte en la sombra de Casandra llegando incluso a sentir el miedo hacia el porvenir, la responsabilidad de sus actos, el cuidado de su familia. 

Decía Truman Capote que «el que no imagina es como el que no suda, almacena veneno»; y nosotros, ante tal obra de la imaginación, solo podemos afirmar rotundamente que estamos limpios por dentro.  

Víctor G.
@chitor5 

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EN EL PARAÍSO - PETER MATTHIESSEN

Hay libros que me abren un nuevo mundo delante de los ojos, otros expanden los horizontes de mi mente y otros, sencillamente, me dejan indiferente. El libro póstumo de Matthiessen tiene todo el potencial para pertenecer a una de las dos primeras categorías y sin embargo, se me antoja como la última.

El doctor Clements Olin, protagonista de la novela, acude a un retiro “espiritual” (por decirlo de alguna manera, ya que no me quedó claro cuál era el objetivo de dicho retiro) a Auschwitz, junto a muchos judíos, algunos alemanes y de otras nacionalidades, por razones personales o profesionales, como el mismo Olin. Allí son testigos de la destrucción nazi, rezan y explican sus historias. 

Me sonaba interesante, a mí que me fascina el Holocausto y la segunda Guerra Mundial. La verdad es que en cuanto a descripción es espectacular y me hace ver Auschwitz destruido. En cuanto a técnica, todo perfecto: pulida, fácil de leer, sin muchos formalismos. Entonces, si tiene un tema interesante y una prosa buena, ¿qué es lo que me ha fallado?

A mí me falta introspección. Clements Olin no es un protagonista que me enganche, que me haga pensar que voy a conocerle. Él es un profesor de la Universidad que acude al retiro para ver dónde pasó penurias uno de sus escritores favoritos y que él estudia, pero a medida que pasan los días nos damos cuenta de que esa no es su única razón. No quiero hacer famosos spoilers, así que voy a decir nada más que es una razón bastante previsible y que una vez se conoce no veo que el protagonista tenga muchos problemas en aceptarla. Quizá me hubiese gustado que el protagonista hubiese tenido más crisis de identidad, que se recrease más en el tema filosófico del que me parece que trata la novela: ¿quién soy, dónde voy, cómo me acepto a mí mismo?
Olin comparte retiro con otros personajes como Anders, un médico sueco o Gyorgos, un hombre que no hace más que insultar y negar todas las reflexiones de los otros. También con la monja Catherine, que llama la atención de Olin y cuya historia explicaré un poco más adelante. Todos estos personajes, y más, me parece que tienen un odio a los judíos que no entiendo. Si tanto los odian, ¿por qué están en el retiro? Me ha parecido bastante inverosímil. Quizás era la intención del autor explicarme que aún hay antisemitismo en el mundo, pero me ha parecido que todos los integrantes del retiro eran antisemitas, ¡incluso los mismos judíos! Además, durante la hora de los testigos, donde estos personajes se pelean con sus ideas, se ríen de los alemanes que hay en el retiro y yo, toda confusa, me digo a mí misma que no sé qué estoy leyendo, Olin se me presenta como el pensador, el diplomático, el que siempre puede encontrar un equilibrio, y a mí este tipo de protagonistas que parece que lo hacen todo bien por encima de los demás no me gustan en absoluto. Y más si son americanos (porque yo, lo siento, tengo una especie de manía a aquellos americanos que se piensan que todo lo hacen mejor que los otros y eso les da libertad de opinar e intentar cambiarnos). 
El único personaje que me ha parecido interesante en esta novela es Catherine, la monja polaca rebelde que se niega a aceptar que los católicos no estuvieron relacionados con el Holocausto y que cree en una religión católica mucho más “pura”; una religión en la que yo creería, en la que todo el mundo se respeta, donde todas las religiones son iguales. Catherine tiene que luchar contra los otros eclesiásticos del retiro que se empeñan en justificar los católicos  del Holocausto, diciendo que era lo que Dios quería, etcétera. Sin embargo Catherine y, en realidad, toda la novela, empieza a perder interés para mí cuando Clements Olin se empieza a interesar por ella y la novela gira en torno a esta relación y no en torno a lo que me gustaría que girase, que es el tema del arrepentimiento, la duda, la vergüenza, el cómo aceptarse, etcétera, que aún puedo leer en el retiro. 
Para mí, una historia que no me ha aportado nada nuevo, y lo que es peor, que podría haber dado mucho más de sí y que se ha quedado en una historia, en mi opinión, bastante sensiblera. Una pena, ya que la conversación polifónica sobre el antisemitismo y el Holocausto me parecía muy interesante. 

Andrea Rovira.
@andreaishere

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LA MALETA DE HANNAH - KAREN LEVINE

Ojalá no tuvieran que existir libros como este; ojalá historias como la de Hannah no existieran. Palabras como Holocausto o Shoá no deberían remitirnos a absolutamente nada. Pero sí lo hacen. Nos recuerdan que hace muy poco, apenas setenta años atrás, miles de personas fueron encerradas, maltratadas y asesinadas en campos de concentración; la mayor parte de ellas por el mero hecho de ser judías. Más de un millón de esas personas eran inocentes niños que jamás llegarían a la condición adulta. Hannah era una de esas niñas.

Karen Levine en La maleta de Hannah no solamente nos cuenta la historia de Hannah Brady, una niña judía asesinada en una cámara de gas en Auschwitz, también reúne en este libro la compleja investigación que llevó a cabo Fumiko Ishioka, directora del Centro Educativo sobre el Holocausto de Tokio.

Con la voluntad de hacerles comprender a los niños japoneses que visitaban el centro lo que fue el Holocausto, Ishioka empezó a pedir prestados objetos del Holocausto con tal de intentar facilitarles a los niños la comprensión de ese episodio histórico. Uno de esos objetos era la maleta de Hannah. Los niños empezaron a preguntarle a Ishioka por Hannah: quién era, cuántos años tenía, cómo era, dónde nació…; pero ella no poseía esas respuestas. Por ello, decidió descubrir quién era Hannah Brady: preguntó en museos, asociaciones e incluso viajó a Therezienstadt, lugar en el que la búsqueda de Ishioka dará un giro inesperado.

La maleta de Hannah resigue paralelamente dos viajes, dos historias: el fatídico viaje de Hannah Brady y la incansable búsqueda de Ishioka; todo ello con una clara voluntad pedagógica. Con un estilo sencillo y claro, Levine nos transporta a la Checoslovaquia en la que nació y creció Hannah a través de las numerosas imágenes incluidas en la obra. Por todo ello, es un libro muy recomendable para todo aquel que desee conocer una historia más de una víctima del Holocausto; pero, es especialmente recomendable para jóvenes lectores que quieran empezar a conocer qué fue el Holocausto.

Si no podemos cambiar el pasado, al menos conozcámoslo.

Marina Roig Ropero.

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HOTEL MEDITERRÁNEO - ALEJANDRO PEDREGOSA

Como si se tratase de un relato, Hotel Mediterráneo sorprende al lector con frases cortas, directas, que otorgan a la novela un ritmo frenético ante un tema que, ya de por sí, deja tenso al lector: las mujeres maltratadas.

Francesc, el narrador, es el pianista de lo que a ojos de todos, menos de los que trabajan en él, es un hotel. Pero en realidad se trata de una casa refugio para mujeres maltratadas donde esconderse de la terrible sombra de los maridos. Cada noche, viviremos desde un piano muy serratiano las cenas que el hotel ofrece a los ciudadanos con el fin de sufragar los costes que la acogida de estas mujeres ocasiona. Mientras las canciones de Serrat suenan de fondo en un lugar que se llamó Mediterráneo por el cantante catalán, el lector presenciará los movimientos de los comensales, conocerá la parte trasera del hotel e irá de la mano de personajes tan entrañables como el Presidente, Amparo o Maite.

Todo cambia tras la llegada de una nueva huésped, Tamara. Nos subiremos al corazón desbocado de Francesc, sufriremos de insomnio por amor, soñaremos con esta mujer de mirada alicaída y movimientos de porcelana. Tamara, maltratada por su novio legionario, llega allí para apartarse de todo, para esconderse de él y, sobre todo, de sus golpes. Pero Tamara cede y acaba llamando (algo totalmente prohibido en aquel lugar) a su cuñada. A partir de ese momento, toda la actividad del hotel se trastocará al ver que alguien está ahí por ella, que dos legionarios amigos de su pareja llegan para llevársela.

Francesc, junto a todo el grupo que conforma el plantel del refugio, luchará por esconder a Tamara de esos dos nuevos visitantes. La esconderán en el bosque, con inútil resultado, e intentarán todo lo posible para defenderla, para salvarla de las garras de la violencia. Lo que sucederá entre ellos dos, la impactante historia del Presidente, el origen del hotel o el encuentro entre Tamara y su pareja, solo podrá saberlo quien se anime a leer una novela breve y de muy fácil lectura, que agarra al lector, sobre todo en su parte final, para soltarlo cuando este llegue al punto final del relato. El Hotel Mediterráneo nos abre sus puertas para contarnos una historia que bebe de un tema terriblemente trágico pero aderezado con la chispa de su narrador, con el humor llanero del Presidente (a quien se lo coge cariño aun sabiendo de su pasado), con la fuerza de dos mujeres que luchan por la paz, con el amor. Un amor que puede con todo, que nace en el lugar más inesperado, que puede, incluso, sanar la herida de un desgarro.

Víctor G. 
@chitor5

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YA NADIE SE LLAMARÁ COMO YO + POESÍA REUNIDA (1998-2012) - AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO

Entiendo que son muchos los que han intentado definir la poesía. Aún así, la poesía está repleta de una nada demasiado llena como para describirla con sencillez.

En una encrucijada así me encontré con el indispensable libro de Agustín Fernández Mallo.

La primera reacción, al palpar con mis dedos esta extensa declaración de intenciones, fue abrumante. Tenía ante mí toda una ilustre trayectoria que se ha convertido en un nuevo panorama de la poesía española.

Lo que sucedió desde que abrí la ventana a esta aventura no podría plasmarlo sin hablar de su artífice. Así que os diré lo que sucedió al final: Magia. La magia que es sentirte envuelto de toda una vida tan llena de realidad que se convierte en poesía, y cómo esta realidad poética te transporta.

A partir de este viaje al que te invita Fernández Mallo, quiero que sintáis un afán de descubrir todo este recorrido desnudo que queda liberado en sus páginas.

Ya nadie se llamará como yo + Poesía reunida (1988-2012) se convierte en un fiel aliado desde la primera página. De la trayectoria de Fernández Mallo podemos decir que empezó como empiezan todos los principios: con mucha experimentación. Inventó nuevos caminos y recorridos dónde la poesía no había estado jamás y donde, sin embargo, había estado siempre esperando. Quizás le esperaba a él, con su sutileza y detallismo para realizar un vivo retrato del mundo.

Su trabajo como físico ha sido el mayor culpable de su producción. En ella nos encontramos años frenéticos de creación en todas las vertientes del arte. Su obra se convierte en una investigación poética como ha sido su recorrido en el mundo literario.

De la investigación nacen nuevos caminos, nuevos porqués, nuevas incógnitas que abarcan territorios desconocidos.

“La poesía avanza cuando conquista territorios”. Ya nadie se llamará como yo es una exploración a través del lenguaje poético del terreno cotidiano. Así, Fernández Mallo nos invita a contextualizar y descontextualizar, nos lleva a un ambiente natural donde una tarjeta de crédito tiene su propia aparición poética. Toda una atmósfera llena de fuerza y poder para cuestionar y mirar al mundo.

Este poemario ofrece al lector una personalización de aspectos comunes, una perspectiva inédita de lo que nos rodea. Todo ello, junto con conocimientos geográficos, metafísicos y temas siempre permutables como la religión y la naturaleza. La poesía de lo difuso.

En uno de los poemas encontramos lo que para mí es una definición de la poesía de Fernández Mallo: “Eres utópico porque no tienes un lugar en el mundo”. Bien podría hacer referencia a todo ese “vacío que no es la nada, sino un lugar lleno de partículas”. Sin embargo, tras haberme empapado de toda la naturaleza y verdad de sus páginas, me gusta creer en la producción de Fernández Mallo como dicha utopía. Habiéndose descubierto en ensayos, prosa y poesía, el artífice de esta obra literaria no se encasilla. No tiene un sitio determinado ya que la poesía puede habitar en todas partes.

Ya nadie se llamará como yo + Poesía reunida no tiene un lugar asignado en el mundo, pues puede habitar en cualquier rincón de él donde se esconda una llama de curiosidad.

Aún así, si le asignas un lugar a esta joya, espero que sea en tu casa.

“La poesía avanza cuando conquista territorios”, y tú puedes ser su próxima conquista para seguir avanzando.

Al.lòdia Garcia Ferrer.
@aicrag_A10

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