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OOPARTS, OBJETOS FUERA DE SU TIEMPO - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ-ORO Y CHRIS AUBECK

Destapar el misterio que rodea a los Ooparts, ese es el objetivo de estos dos investigadores en un ensayo cargado de datos científicos, objetivos y palpables. Un Oopart, para el que esté preguntándoselo, es el acrónimo de ‘Out Of Place Artifact’: objetos encontrados que no concuerdan con su época o su contexto.

Los discos dropa, la estatuilla de Nampa, el martillo de Londres, las esferas de Ottosdal, el avión de Saqqara, la máquina de Antikythera o la lente de Nimrud son algunos de los muchos artefactos que se tratan en este elaborado trabajo el cual busca fijar en la tierra los pies de aquellos que suelen dejarse llevar por las estrellas. ¿Fue realmente abducido Elías como se ha dicho observando la Biblia? ¿Cohabitaron dinosaurios y humanos? ¿Hubo bombas nucleares en la antigüedad? Contrarios a teorías ufológicas, hipótesis cosmológicas y conjeturas envueltas en misterio, los autores llenan las páginas de este libro con datos demostrables, testimonios de peso y trabajados estudios con el fin de demostrar que mucho de lo que se piensa es resultado de la no comprensión, o peor todavía, de la voluntad de no comprensión. Y es que esa es, en la mayoría de ocasiones, la conclusión que se extrae al final de cada caso tratado: la conclusión de que no sabemos, o no queremos, ponernos en la situación del momento en el que ese objeto fue creado, en las circunstancias que rodearon al acontecimiento, a la época y al autor de tal artefacto. Al encontrar uno de estos objetos, los investigadores o aficionados al tema buscan hallar una respuesta desde una conciencia del siglo XXI, sin hacer el esfuerzo de mirar el descubrimiento con los mismos ojos de quien lo creó, de quien lo utilizaba o de quien lo dejó donde ha sido encontrado. Este mirar desde delante y no desde el momento apropiado es lo que se conoce como “principio de disyunción”, y lo que podría marcarse como tema principal de este interesante ensayo de casi 300 páginas.

Es mucho más atractivo pensar en la posibilidad de que una civilización avanzada, ya sea de alguna isla hundida de nuestros mares o de las estrellas, haya dejado estos objetos como prueba de su existencia remota. Pero pocas veces es esa la solución más sensata. En este libro el lector curioso podrá comprobar cómo en la mayoría de ocasiones hay razones mucho más sencillas para todo, menos utópicas y más conectadas con la realidad aparente, con el transcurso de la historia conocida. El misterio atrae, pero la verdad convence, aunque muchos no quieran oír hablar de ella o se escuden en que el sentido de vivir es encontrar su cara oculta. 

«Que no podamos explicar algo no significa que valga cualquier cosa para explicarlo. Además, ¿por qué les concedemos a los alienígenas el talento y la creatividad que les negamos a los seres humanos de la antigüedad?». 

Víctor González.
@chitor5

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EL FRISO DE LA VIDA – EDVARD MUNCH

En una época donde los artistas nacen con la voluntad de romper con ese “realismo ñoño”, como diría el actor mexicano Héctor Ortega, y de promover un arte que conlleve la liberación o aquel “volver a nacer” de Grotowski, nace también Edvard Munch.

Al igual que muchos artistas de su tiempo – Strindberg y su misoginia repentina, Artaud y su paranoia por la enfermedad  o Beckett y su agobio ante el recuerdo de la vida prenatal, entre muchos otros -, Edvard Munch fue sacudido por unas circunstancias vitales, que ya desde la infancia, marcaron todo su devenir artístico y biográfico. Viendo desde pequeño morir a su madre, a dos de sus hermanos, dos de sus tías, dos de sus abuelos y con un padre trastornado a la espera de que su hijo, Edvard, fuera el próximo; Munch creció acunado por la enfermedad y una esperanza desoladora de acabar muriendo pronto. Esa mezcla de oscuridad amenazante y desconfianza existencial acabó convirtiéndose en delirio y en arte. Un arte que fue el soporte donde reflejar sus temores, sus dudas acerca del porvenir, acerca del sentido de vivir. Y hablo de un arte en general porque Munch no solo trabajó en la pintura como vemos en este maravilloso trabajo de Nórdica Libros. El artista noruego también llenó blocs de pensamientos, aforismos y reflexiones sobre todo y nada en general, sobre la vida y la falta de ella, el sentido y la falta de él, el esfuerzo por caminar y la nula necesidad de ello. Pero sobre todo en sus escritos encontramos arte, como todo lo que tocaba Edvard Munch. Arte como salida, como escapatoria ante el golpeo de la vida por dentro y por fuera, como respuesta a una carcajada sórdida y satírica que le acompañó hasta el fin de sus días. 

El friso de la vida es una extensión de su obra pictórica, leemos la pintura igual que disfrutamos viendo un poema, y esto, a partir de ahora y gracias a Nórdica Libros, es posible. En sus escritos encontraremos también amor y desamor, debates existenciales con uno mismo y anécdotas con coetáneos, desengaño con la humanidad y esperanza de algo mejor, incluso veremos cambiarse repentinamente y en un mismo texto de primera a tercera persona. Todo ello representado siempre mediante el color que dicta el estado de ánimo del autor. Todo se rige, siempre en la vida de Munch, por el color que emanan sus sentimientos. Ellos mandan, ellos deciden qué camino emprender diariamente, cómo ver el paisaje ese día, qué vestimenta escoger. El friso de la vida nos ofrece al Munch que mira la pintura, no al que está dentro de ella y el cual nos ofrecen sus cuadros; al Munch que contempla su obra, que piensa en ella con su incontrolable impulso a la corrección, que ve la vida como sus cuadros: simple y llanamente como un paisaje que se construye según quien lo mira, un mundo que no existe de una forma objetiva sino, siguiendo la estela fichteniana, que es la suma de muchas subjetividades.

Víctor G.
@chitor5

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ALIENS ANCESTRALES

«Si perteneces a la gran masa, si nunca miras al cielo o hacia tu interior, no sigas porque, seguramente, no entenderás nada.» Así empieza el magnífico ensayo en forma de libro que Josep Guijarro presenta de la mano de Luciérnaga con el nombre de Aliens ancestrales.

Para los que conozcan el programa de televisión emitido por Canal Historia ¿Extraterrestres?, del que Josep Guijarro es su productor, informarles de que este libro es una ampliación de las experiencias vividas por el periodista a lo largo de los muchos kilómetros recorridos para la realización de entrevistas, investigaciones y visitas a los lugares más recónditos y misteriosos del planeta. Aliens ancestrales es un plus a dicho programa, un más a más con revelaciones que no pudieron - o no les dejaron - publicar. Para los que no conozcan el programa, invitarles a una experiencia única donde conocer esa historia apócrifa, esa verdad oculta que se encuentra resguardada - a la vista únicamente de aquellos pocos investigadores que verdaderamente se fijan en las cosas - en nuestra tierra, en las rocas, a nuestro alrededor. 

En Aliens ancestrales el autor nos lleva de viaje por Copán, Galicia, Dublín, Carnac, Menorca, Egipto, México, Portugal o Azerbaiyán, entre muchos otros lugares los cuales se caracterizan por contener misterios y verdades, cuestiones sin respuesta, pistas sin origen ni destino. Josep Guijarro intenta, en este maravilloso recorrido por nuestro planeta y su Historia, resolver esas incógnitas, rascar las paredes de la incomprensión y el cartesianismo más ortodoxo para hallar la luz, para hallar resquicios de verdad. 

¿Y si todos los dioses vinieran de un mismo lugar? ¿Por qué rendimos culto a accidentes, personajes o vivencias que tienen tantos rasgos en común con culturas y civilizaciones lejanas, de imposible contacto hace miles de años? ¿Qué nos ha llevado a mirar desde el principio al cielo para buscar respuestas? Todo ello y muchísimo más es lo que empapará al lector en este indispensable libro para todo aquel con el alma inquieta, con el nerviosismo innato del que siempre quiere saber más, con el inconformismo del que nunca acepta una sola e irrevocable verdad. No hay solo ufología en un libro que a primera vista es lo que desprende, hay mucha historia, religión, antropología, astrología, ciencia, etc. No todo es lo que parece, desde la portada de este libro hasta las preguntas más repetidas a lo largo de los años: ¿De donde venimos? ¿Estamos solos? ¿Hay 'alien' más ahí? 

Víctor González.
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LA VIDA ES UN CUENTO – ALEJANDRO JODOROWSKY

Escritor, director de cine y de teatro, actor, mimo, marionetista, compositor, escultor, pintor, filósofo, sanador psicomágico,… Jodorowsky lo es todo y es nada, es una gota en el vacío consciente de que sin ella ese vacío no existiría. Leer al chileno es entrar en una espiral ascendente hacia la conciencia más intrínseca y natural del ser humano; leer a Jodorowsky es un ejercicio de sanación. 

Siruela obsequia al mundo editorial con un compendio de cuentos de este artista nacido en Tocopilla cargados con la misión de encender la chispa que todos tenemos, anhelante de ser prendida. Muchos conocerán ya Cuentos mágicos y del intramundo o El dedo y la luna, y habrán podido disfrutar de esta faceta cuentista del escritor. Aquí, Jodorowsky completa El tesoro de la sombra, una recopilación de cuentos que publicó en 2005 y que, tras su publicación, decidió ampliar hasta acabar siendo, ya en 2015, La vida es un cuento. Gracias a un bonsái que dejó de podar para ofrecerle la libertad que durante tanto tiempo se le había quitado, Jodorowsky se dio cuenta de que debía haber hecho lo mismo con El tesoro de la sombra, de que le había cortado las alas, las ganas de expandirse.  Y de esa libertad nace La vida es un cuento, un manual de enseñanzas vitales donde el autor ha querido pasar lo más desapercibido posible para que el lector no note su sello, algo totalmente imposible en la literatura – y en todas las demás artes – de Jodorowsky. 

Y es que Jodorowsky, como él quiere que todos pensemos de nosotros mismos, es único, único en todo lo que hace, incluso en el vivir. La vida es un cuento nace tras la visualización metafórica del mundo, de la cultura, de los estigmas sociales, como aquellos jardineros que podan los árboles de la ciudad de forma geométrica, al igual que hace el entorno con nuestra mente. Es por ello que la literatura de Jodorowosky intenta – y consigue – no tanto abrir las puertas de la mente sino destrozarlas, hacerlas desaparecer. Tras leer al chileno ya es imposible dejar de pensar, y él lo sabe. Por eso, ofrece su libro, su obra, como un dispensario farmacéutico al que todos pueden presentarse para coger de él – de cada cuento – lo que más necesiten. Como la literatura zen, Jodorowsky ha sabido conseguir ser capaz con sus composiciones de plantar en el lector una semilla de sabiduría que, sin este ser consciente, crece en algún momento de la vida de este lector, sola, sin esfuerzo, de forma natural. 

Leer a Jodorowsky supone el esfuerzo de una voluntad, supone atreverse a romper con todos aquellos tótems y tabús freudianos que nos empapan día a día, con la visión de un mundo donde el ego es el protagonista. Koanes, haikús, la Bíblia, metagenealogía, psicomagia, esoterismo, Esopo, Las mil y una noches,… Esto y mucho más dentro de un libro que, como toda la obra de Jodorowsky, no dejará a nadie indiferente. Inspirando armonía desde la imagen de portada, este libro, incluso, nos regala un aroma que se aferra a los dedos del lector como si quisiera avisarnos de que todo lo de esta lectura, incluso lo más insignificante como es el olor de sus páginas, queda. Queda Jodorowsky, quedan sus palabras y, sobre todo, siempre y para siempre, queda la Literatura. 

«La vida es un cuento, un cuento divino, pero un cuento. Cuando se entra en el cuento, se derriban los muros de la racionalidad y se abren las puertas del inconsciente, y entonces se empieza a encontrar, de manera amable y simpática, lo que da la felicidad.» Alejandro Jodorowsky. 

Víctor González.
@chitor5

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DOS AÑOS, OCHO MESES Y VEINTIOCHO NOCHES - SALMAN RUSHDIE

Salman Rushdie. Si le mencionamos en voz alta en una reunión con amigos probablemente hallaremos una vaga referencia al personaje icónico o a Versos Satánicos y toda la relevancia social a merced de su imagen. Si me preguntáis a mi, os hablaré de Salman Rushdie como el auténtico escritor de la era contemporánea. Un escritor con la capacidad creativa de hacer florecer mundos sobrenaturales y personajes fantásticos con una magia apabullante. Salman Rushdie como un mago que escribe. Un escritor que escribe como un mago con un resultado extraordinario: Dos años, ocho meses y veintiocho noches

El escritor indobritánico decide aferrarse a sus raíces y volver a sorprendernos con una historia de raíces, historia, fantasía y cuestionamiento moral. La idea de India es el centro y el principio de todo el cosmos que se crea en las casi 400 páginas llenas de luz. Hoy en día, India aún crece tradicional y culturalmente por la conocida técnica literaria del story-telling. Es el mismo autor quien reconoce muchas de las historias relatadas como parte de la tradición que vivió de niño: Historias repletas de un realismo mágico que su padre compartió con él. 

La novela con que Salman Rushdie vuelve a visitarnos nos envuelve de un aura mágica desde el momento que admiramos el título. Pocos cálculos son necesarios para concluir en Mil y Una Noches la fantasía y tradición oriental que nos presentará desde la primera a la última página. Lejos, sin embargo, no se trata de literatura fantástica en sí misma, también contiene presente, futuro, pasado, verdad y cuestiones morales permutables que quedarán siempre en entredicho. 

Desde una división en dos mundos, el escritor consigue un ambiente fantástico donde el principal eje de unión y conflicto entre ambos es el amor. Cuando una yiniri consigue adentrarse en la rutina humana, Ibn Rushd se encuentra desprevenido y desamparado con la única satisfacción de sus historias. Dunia, la yiniri de incógnito, se consagrará como la madre de todas las causas que sucederán posteriormente. En el encuentro pasional entre Ibn Rushd y Dunia una multitud de descendientes yinns con superpoderes poblarán el mundo. Un bebé capaz de detectar políticos corruptos, un dibujante de cómic con poderes desconocidos. Un jardinero, el señor Geronimo, que será junto a Dunia el hilo discordante de toda la acción. El amor, corazón de todas las pasiones desatadas, es el causante de la unión entre dos dioses y la batalla futura entre dos mundos, la pasión versus la razón, que se enfrentarán por la dominación del mundo.

Sin atributos acerca del tiempo y el espacio, lejos de nuestro mundo, Rushdie nos incorpora a un mundo irreal que no tiene en cuenta el tiempo. La atemporalidad y la exploración de un espacio fantástico son el mejor encaje para tratar temas intangibles como: amor y celos, moralidad, intrusismo o fanatismo.

De nuevo Salman Rushdie vuelve para maravillarnos con su don mágico para relatar. Nos transporta a un mundo ajeno al nuestro pero que nos permite cuestionar nuestro presente más inmediato desde una cierta lejanía física. Como siempre, el mago dispuesto a hacer de su novela una obra de arte, y esta vez, en su mejor versión: Dos años, ochos meses y veintiocho noches, un fascinante mundo donde sumergirse. 

Al.lòdia Garcia Ferrer
Twitter: @aicrag_A10 / @Paradojaypiel 
Facebook: La paradoja de la piel

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POEMAS - LEWIS CARROLL

Hoy hablamos de uno de esos extraños casos en que el éxito de la obra supera al de su autor. No es una temeridad afirmar que debe ser muy complicado encontrar a alguien que no conozca Alicia en el país de las maravillas, pero seguro que no es tan sencillo encontrar personas que respondan afirmativamente al ser preguntados por Lewis Carroll. A parte de esa magna obra, Carroll escribió durante toda su vida poemas, la mayoría dedicados a un amor imposible: su Alice. 

Pocos conocen que esa Alicia existió, que el autor estuvo enamorado de ella a lo largo de toda su vida y a pesar de la diferencia de edad, y que ese maravilloso e inmortal cuento nace de la voluntad de este matemático y escritor británico por entretenerla a ella y sus hermanas una tarde soleada de verano. Lewis Carroll, seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, fue profesor de matemáticas, fotógrafo retratista amateur y escritor por vocación. Desde muy pequeño comenzó a escribir en las revistas que creaba con sus hermanos en casa. Gracias a su elevada inteligencia, desde sus primeros escritos se puede ver la innovación con la que Carroll carga al verso: juegos de perspectiva, de tono, de ritmo, adivinanzas, moralejas e incluso poemas que recuerdan a los koanes zen. 

Pero lo más llamativo de su poesía, aparte del sempiterno recuerdo de Alicia, es esa voluntad de anclaje, de perduración de la infancia. Para Carroll, defensor de lo bello como Verdad, es la infancia la imagen de la Belleza, y por lo tanto, de la única e irremplazable Verdad. Carroll es consciente de su propia pérdida de la infancia, como puede verse en tantos poemas donde se trata el tópico latino del tempus fugitUna barca bajo el cielo soleado o Prólogo de A través del espejo -  pero lucha por conseguir que no suceda lo mismo con aquella «recién nacida habitante / de la gran ciudad de la vida» que da nombre al poema Alicia, hija de la señora C. Murdoch. Quiere retenerla en ese espacio que crea solo para ella, en lo que él llama «el centro del país de los sueños», con la certeza de que allí «no puede entrar la mano corruptora». De esta voluntad imperiosa por sumergir a su Alicia en un mundo imaginario donde la única premisa para entrar sea la conservación de la infancia, nace el país de las maravillas que todos tanto conocemos. 

Lewis Carroll se enamoró perdidamente de aquella niña que le trajo el verano a sus días, que le regaló sus oídos para saborear con ellos los cuentos que el compañero de trabajo de su padre le regalaba muchas tardes, que no estaba manchada por la sombra de los tabús y los prejuicios sociales. Carroll sí tuvo que sufrirlos y ello ocasionó el rechazo de muchos, como seguiría ocurriendo hoy. Carroll tuvo que sufrir el peso de una sociedad que está por encima del deseo individual, que acabó decidiendo por él y ante lo cual solo pudo refugiarse en aquello que siempre tiene los brazos abiertos, en el pañuelo inacabable, en el abrazo infinito de la Literatura. 

Víctor González.
@chitor5

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LA TIERRA DE LOS ABETOS PUNTIAGUDOS – SARAH ORNE JEWETT

Si hay algo que destaca en el estilo de Sarah Orne Jewett es la viveza en sus descripciones del mundo rural, la sensación de estar sintiendo en toda su plenitud la atmósfera que compone un universo tan llamativo y acogedor como es, en la mayoría de las ocasiones, el de la zona de South Berwick, en el estado de Maine. 

En La tierra de los abetos puntiagudos, publicada hace pocas semanas por la editorial Dos Bigotes, el lector se introduce en el cuerpo de una escritora que llega a la pequeña localidad costera de Dunnet Landing en busca, con el fin de terminar su libro, de una abstracción imposible de hallar en la ciudad. Allí se encontrará con la señora Todd, quien le alquila una habitación en una casa que a muchos traerá el recuerdo de las actuales novelas de Jacqueline Kelly y su entrañable Calpurnia Tate, y con quien acabará entablando una férrea y poderosa amistad. Envuelta en todo tipo de cultivo medicinal, pasará los días entre cantos de gorriones, paseos por el puerto o excursiones a la montaña, teniendo una pequeña escuela en desuso alquilada para el trabajo en su libro. De esta manera irán pasando los días y su relación con el entorno se irá estrechando de manera cada vez más fuerte llegando incluso a congeniar con vecinos, con la familia de la señora Todd y, lo más importante, con ella misma. 

La tierra de los abetos puntiagudos es un claro grito a la capacidad de la mujer en su introspección, en su independencia, en su soledad. Pero no solo eso, es una novela que llena los sentidos: el oído con el canto de los pájaros, la vista con el verde de unos abetos que nos guían el camino por la trama del libro y un mar que siempre espera en calma la entrada de los barcos pesqueros, el olfato con el sinfín de étimos herbolarios que tiene la señora Todd en su conocimiento, e incluso el tacto en las relaciones humanas que se crean, entre ella y la señora Todd, el capitán Littlepage o la señora Blackett. Y no nos olivemos del gusto, que parece no estar, pero que llega al acabar el libro a la boca del lector en forma de dulce regalo para el paladar. 

En esta novela, aunque lo parezca, no hay edad. No se cuentan los años porque estos no cuentan. En Dunnet Landing cuenta el alma de las personas, eso las hace mayores o menores, atractivas o repulsivas, respetadas o denigradas. En este pueblo, que vive de las decisiones del mar, el mayor obstáculo no son las condiciones meteorológicas adveras, o el impedimento de salir a navegar. En Dunnet Landing lo que más pesa, lo que más trabajo cuesta es la aceptación y, sobre todo, la adaptación a la soledad. La tierra de los abetos puntiagudos, más allá de una estampa rural, más allá de un grito reivindicativo hacia la independencia de la mujer, es un manual donde se expone, de la forma más bella posible, cómo un pueblo apartado del imparable avance urbanizador es derrotado por la soledad, por la añoranza de una felicidad que nadie sabe si un día surcó esos humildes mares. 

Víctor G.
@chitor5

 
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