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AMOR RETÓRICO


Hipérbole es llamarte ‘mi vida’
mientras se cumple la paradoja de que por dentro siento que estoy muerto.

Metáfora es besarnos las cicatrices del alma a base de abrazos
con la ironía del que sabe que volverán a abrirse después.

Elipsis es quitar de nuestras vidas los momentos felices,
para llenarla de un asíndeton que reduce la cantidad de recuerdos bonitos.

Nuestro amor es una antítesis de ni contigo ni sin ti,
donde los eufemismos sobre olvidarte
y las metonimias para enmascarar el dolor
son constantes, y no vitales.

Vivimos en un repetido hipérbaton donde desordenamos
ante el otro nuestros sentimientos por miedo a ser descubiertos.
En definitiva, somos la etopeya perfecta para
narrar una historia de caos amoroso.

Brian Aguilar Sánchez
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SEXTINA CON VERSADA


Duerme conmigo la vida de un sueño,
duerme al querer vivir en tu lecho
de pieles tejidas sobre tu cuerpo,
vive despierto un solo deseo
compuesto y vestido tan solo de verso
duerme el latido desnudo de dueño.


La sangre sin ti sangra sin dueño,
al latir sin latido duerme sin sueño,
y al compás de una rima descompone su verso
no hay venas unidas sin dos en el lecho,
de rojo sincero se tiñe un deseo
que brote entre dos la sangre de un cuerpo.


Vestir las dos pieles de un traje del cuerpo,
sentir al vestirte el calor como dueño,
y entre besos cumplir el cumplido deseo,
revive en tus manos el pulso del sueño,
despierta al dormir el ensoñado lecho
no hay verbos de amor que enamoren tu verso.


El vestido de amor cosido con verso
ama de llamas bordadas por todo tu cuerpo,
fuego despierto entre pieles y tela de un lecho,
roja pasión la bandera del dueño
alma sensible tejida con sueño,
y prenden labios al deseo.


Morir entre dos el tan vivo deseo,
fundir en palabras tu fuego en el verso,
quema despierto el dolor en tu sueño,
arden cenizas de color por tu cuerpo,
desangradas del rojo no tienen dueño,
congelados tus gestos yacen sobre el lecho


Que no hay vida en que duerman dos en el lecho,
que no hay fuego en que arda más de un deseo,
por no haber no hay perdón sin perdonar al dueño,
traición por sangrar al reescribir un verso,
sin vestir se desnuda entero un cuerpo
sin soñar se despierta el tan durmiente sueño.


Y es por ti que sueño al soñarte entre tu lecho
y es que sólo un cuerpo desea mi deseo
y es quemarte en verso y por versada ser tu dueño.





D.A.C.

EXPLICACIÓN QUÉ ES UNA SEXTINA


La sextina es una composición poética integrada por 39 versos de arte mayor, normalmente endecasílabos, estructurados en seis estrofas de seis versos y un remate final de tres versos.

Las seis estrofas que, con el terceto final, conforman la sextina, carecen de rima, pero cada uno de sus seis versos acaba en una palabra-rima (preferentemente un sustantivo llano y bisílabo).
Estas seis palabras-rimas finales de cada verso se irán repitiendo en las estrofas siguientes alterando su orden, pero siempre siguiendo una misma ley: las tres primeras palabras-rimas "bajan" para hacer "huecos" entre ellas de modo que la primera pasa al verso segundo, la segunda pasa al verso cuarto y la tercera baja al verso sexto. Quedan por tanto, tres versos libres, el primero, el tercero y el quinto, que son ocupados por las tres palabras-rimas restantes en orden inverso: la sexta en el primer verso, la quinta en el tercero y la cuarta en el quinto.
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DECRETO DE VUELTA


Devuélveme los sueños que te has llevado. Devuélveme cada café y cada copa. Devuélveme el ritmo de mi cuerpo, quiero volver a bailar. Devuélveme cada suspiro que te he dado y cada sonrisa sincera. Lo quiero todo de vuelta; cada recuerdo, cada plan e incluso cada traición para poder encerrarla en la caja del olvido. Devuélveme cada palabra, cada verso y cada paseo.

Tampoco te olvides de cada noche, de cada suspiro entrecortado y de mis labios. Los has sellado. Necesito de vuelta cada promesa sin cumplir y sobre todo, los secretos que te confesé. Yo te lo devuelvo todo también, no te preocupes; tus rincones más oscuros, cada palabra que no cumpliste y todos los encuentros que maquillaste de verdaderos. No los quiero. Pero por favor, devuélveme todo lo que una vez fue mío.

Cometí el terrible error de poner tus ojos por encima del mundo, de la realidad. Compré un billete de ida a tu corazón y no sé como volver al mío. Me has dejado desnuda en alma y tengo frío. Devuélvemelo todo.

Blanca de Paco.
@blancadepaco
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¿RECUERDAS CUANDO ÉRAMOS NIÑOS?


¿Recuerdas cuando éramos niños y la infancia era precisamente eso, infancia? Solo nos preocupaban dos cosas: jugar y no ensuciarnos demasiado.

Te levantabas por la mañana y desayunabas leche con galletas. Leche, leche. No extraños líquidos aguados en lo que la química ha hecho de las suyas o pequeños botecitos con millones de “bichitos” para no sé qué cosas. ¡Y estábamos tan sanos! Con mocos, fiebre y tos pero sanos y sin necesidad de tanto mejunje.

El colegio era un lugar de respeto y también de juego en el que te enseñaban valores junto con matemáticas y compañerismo. La clase éramos una piña, ya fueras gordito, tuvieras gafas o fueras hijo único. Lo compartíamos todo, incluso los chupa chups; uno pasaba de boca en boca y de mano en mano y nadie se escandalizaba. El profesor era aquel “Don o Doña” al que respetabas ante todo y sobre todo, era la figura de autoridad pero también un amigo al que podías contarle cualquier cosa, e incluso para algún compañero el padre o madre del que carecía. No había acoso, burlas, suicidios, aislamiento tras pantallas de móviles ni corrillos en los que se insultaba a los demás. Había partidos de baloncesto, miradas tontas al chico guapo de clase, saltos a la comba, canciones y planes para ir comprar chucherías.

Y por las tardes, cuando merendabas en casa, pan con chocolate o bocadillo de chorizo viendo Barrio Sésamo o Doraemon estabas deseando terminar los pocos deberes que te mandaban para ir a jugar a la calle. Más risas, canciones, bailes…

¿Ahora? Cantidades ingentes de deberes y al menos tres actividades extraescolares dan como resultado padres agobiados tras el volante llevando a chiquillos estresados de un lado para otro. Chiquillos que no saben jugar si no es con una pantalla táctil entre sus pequeños dedos.

Por la noche, cenabas en familia porque lo más importante y lo más grande que tenías era tu familia y te ibas a la cama tras ver un ratito la tele junto a tus padres y hermanos. Ya acostado, mamá o papá te leían un cuento y te quedabas dormido teniendo la sensación de ser el niño más afortunado del mundo.

En los tiempos que corren, suerte tienen los que sus padres les dedican algo de tiempo. Las horas se nos escapan de las manos entre reuniones, papeles y tecnología y dejamos pasar por alto el contacto piel con piel, los abrazos, los besos y las conversaciones alrededor de la mesa. Aunque tienen padres, son niños huérfanos, criados al calor de una pantalla de móvil y al abrigo de voces metálicas y vacías.

¡Cuánto hemos cambiado! ¡Cuánto nos ha obligado la sociedad a cambiar!

¿Recuerdas cuándo éramos niños y solo importaba eso, ser niño?

María de las Nieves Fernández,
autora de "Los ojos del misterio" y "Confluencia".
@Marynfc
Facebook: Los mundos de Nieves.


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NO PENSAR (TE)


Y lo bueno para mí y malo para ti es que algún día me buscarás y no me encontrarás. Yo ya no estaré y algo me dice que la cuenta atrás ha empezado. Poco a poco, te quitaré la importancia que nunca debí haberte dado. 
El maldito problema es que siempre te pensé conmigo y por eso me cuesta tanto deshacerme de ti en mis pensamientos. Poner la mente en blanco. No pensar(te).
Pero aún así, dueles menos. Quizás sea una señal, una señal de que todo se está marchitando. Al fin y al cabo, somos como las flores; cuando dejamos de regar, morimos.

Blanca de Paco.
@blancadepaco

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CONVERSACIONES CON EL DOLOR


Te diría que ya ando sola 
Que mi cuerpo es más ligero
Y que tu sombra ya está difuminada

Te diría que las mañanas van directas
A la sangre y
Que el cielo desprende gramos de esperanza

Te diría que me mojo con otros cuerpos
Que mi sonrisa cada vez es más generosa
Y que ya no somos más que el polvo
Que albergan los rincones

Te diría tanto
Y tan poco sentiría

Que qué más da oír los augurios del amanecer
Cuando en mi cama
Gritan nuestros vestigios

Qué más da invocar al nacimiento
Cuando las habitaciones devienen
Fragmentos de ti

Patricia Bertolín.
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EBRIA DE ALEGRÍA


Fan de cómo el tiempo maneja nuestras vidas, arrastraba sin miedo las horas perdidas, era una guerrera de los sueños que con los años decidió dar por perdidas las batallas y las iras, navegaba entre las sombras de la noche observando transeúntes en uno y otro bando, y a bandazos se abría paso entre personas desconocidas. De ojos castaños y sonrisa vacía, vacilaba siempre entre la puerta y la huida, mas a pesar de que nada escondía porque nada de su corazón salía, en ocasiones la emocionaban las emociones más amargas y más frías, escondida entre personas, y si ninguna de estas la veía, anotaba mentalmente penas y alegrías, era un ángel caído del paraíso de la inocencia, condenado a vagar entre la noche y el día.

En un lugar lleno de gente, cabello oscuro y mirada al frente, de un vaso de tubo bebía, mientras a los demás la música la mente ensordecía, daba unos pasos y paraba oscilante. La música que la empapaba tras saltar de los altavoces vibrantes su rumbo hasta el centro de la pista corregía, se preguntaba por qué en lugar de caras veía garabatos de lo que la gente escondía, pero continuó adelante y dejó que la música la sostuviese, que fluyera por dentro de su alma errante y lastimera, y bailó sin miedo. Copa tras copa, su necesidad de un baño crecía y tras vomitar tres vodkas y cinco tequilas mientras lavaba su cara y su maquillaje se corría se miró entrecerrando los ojos y vio que al final del túnel de sus pupilas una luz hasta sus entrañas camino se abría, ni ebria, ni sobria, jamás, volvería a aceptar que ella por dentro estaba vacía.

Alba Ferrer.
@dihiftusukai
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SIEMPRE FUIMOS DOS LUNAS


Respirar el mismo aire nunca nos ha sentado demasiado bien. Nosotros éramos más de imaginarnos, los dos sabíamos lo que suponía estar juntos, vernos. Eramos dos bombas de relojería, nos movíamos por la fina linea del odio y del amor. Respirar el mismo aire era campo de batalla. Así funcionábamos. Todo se multiplicaba, cobraba sentido, nuestros cuerpos eran como un acelerador de partículas. No entendíamos de término medio. Amarnos u odiarnos. 

De hecho, tú y yo, siempre fuimos dos lunas, teníamos afán de brillar por separado, ignorando lo mucho que iluminábamos cuando nos juntábamos. Pero nos olvidamos que solo existe un cielo y una luna. No había sitio para dos y ganaste la partida tú por goleada. Y aquí estoy, intentando reconstruir mi cielo para poder volver a brillar. Por mi y por nadie más.

Blanca de Paco.
@blancadepaco
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PERFORACIONES VITALES


Veo esa imagen
Del debo/tengo/es
Y se evapora la
Poca solidez
Que me hace 
Humana

Al lado
De las cosas
Corta, superficial
Y demasiado fugaz
Posponiendo siempre
La raíz

Estoy de muda
Dejarme en paz
Déjame en paz
A ti la primera 
La que se esconde 
Detrás de la piel

Patricia Bertolín.
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¿DE QUÉ TRATA LA VIDA?


De quedarse con los momentos bonitos, de eso se trata la vida. De ser fuerte e invencible por muy puta e injusta que sea. Trata de despedir a lágrima viva a aquellos que se han ido antes de tiempo, de abrazar a quienes más lo necesitan, de emborracharte en cualquier barra y a cualquier hora contigo mismo. De sacar tu peor yo y tu mejor tú. De fundirse en un cuerpo con tan solo un beso. De dejar ir aquellos que ni siquiera han estado, de asimilar las traiciones y aprender a vivir con las decepciones. De mirar al cielo y dar gracias por estar vivo y de prometer a los que no están que vivirás por ellos. De eso trata la vida, de entender que hay sucesos que no tienen explicaciones, que hay fuentes de las que no hay que beber y ascensores que jamás debes coger porque nunca paran en el piso correcto. De comprender que hay tormentas que tienes que pasar por mucho que no entiendas el porqué, solo entendiendo que el sol siempre sale por mucho que se esconda y que solo caminando mirando al frente se avanza. De eso trata la vida. 

Blanca de Paco.
@blancadepaco
 
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