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HERIDA DE AMOR, HERIDA DE TI



¿Y si soy yo la cobarde? ¿Y si después de ponerte a ti verde resulta que la mancha soy yo? ¿Y si resulta que tú si que te tirarías a la piscina conmigo? ¿Y si soy yo a la única que le da miedo ahogarse? ¿Soy yo la cobarde?

Y si, y si, y si. Si alguna vez escribo nuestra historia prometo llamarla así. Eres mi acertijo sin solución. Eres ese sudoku que cuando crees que todos los números encajan, te falla uno. Esa estrella que se ahoga en la oscuridad y opta por apagarse. Eres ese beso que frenas, ese sí pero no, ese ni contigo ni sin ti. Eres distinto y por eso te quiero. Existe una sensación muy peculiar cuando realmente quieres a alguien. Es cuando si no le dices a esa persona que la quieres, revientas. Literalmente. Y yo estoy reventada. Herida de amor, herida de ti. Pero no me importa nada. No me importa que seas un acto suicida, porque en el fondo, todos hemos pensado alguna vez nuestra forma de matarnos y sin duda, la mía sería contigo.

Estás a 600 km de distancia, otra vez. ¿Que deje de decirte que la distancia es un problema? ¿Me estás jodiendo? El problema lo eres tú y siempre lo serás. Por eso no tenemos solución, porque esta no depende de mí. Estas roto, y quise ir de superheroína contigo sin darme cuenta de que estabas en el lado oscuro desde el primer día. Ojalá todo fuese menos. Ojalá no me creyera todo lo que me dices con esos ojos, sé que estás enamorado de mí. Pero somos demasiado iguales. Nos da miedo el ser felices el uno con el otro. Porque sabemos, que alguno desaparecerá. Tarde o temprano. Somos bombas suicidas cada vez que nos rozamos.

Titanium.
@blancadepaco

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POR MÍ Y POR TODOS MIS COMPAÑEROS



Me pregunto en qué momento nos hacemos adultos, en qué momento dejamos de soñar con lo imposible, es poco a poco dicen, así como la fruta madura con el tiempo, pero como en todo proceso ha de haber un punto de no retorno supongo, un momento en el que nos encontremos en el culmen de la montaña rusa, ese jodido instante de antes de caer desde lo alto con la sensación fugaz de que el freno no se accionará y quedarás estampado en el suelo como esos dibujos tan feos de flores que hay en las cortinas de la cocina de la abuela.

Pues yo me pregunto cuál es ese punto, el momento en el que la despreocupación se ve sustituida por la responsabilidad, la diversión por el deber, las ganas por la obligación, el sueño por las vueltas y vueltas y vueltas en la cama, que normalmente tienen que ver con las vueltas y vueltas en la cabeza que le damos a las cosas, en qué momento la 'perreta' se transforma en depresión, la energía en cansancio constante, la capacidad de volar en la imposibilidad de imaginar, en que jodido momento de nuestras vidas nuestro cerebro empieza a aceptar órdenes, todas las cosas que nuestros padres nos decían y negábamos sin rechistar, como ese ‘tápate que hace frío’, ese ‘tienes que ducharte’ o ese ‘no andes descalzo que te vas a poner malo’ en qué puto momento de nuestras vidas perdemos la ilusión de experimentar, las ansias de vivir, para quedar sumidos en ese profundo sueño de lo que está bien, lo que es correcto, lo normal o lo lógico. Lo llaman madurar. Aunque podríamos llamarlo miedo.

Los niños admiran la belleza del mundo que hay a su alrededor, hablo de mayorías, valoran hasta lo más estúpido, no tienen miedo a comprobar si se equivocan, se preguntan el porqué de las cosas y ven la vida desde otra perspectiva, saben seguir adelante, pasan a través de los problemas sin dudar, no se auto compadecen y se paran a llorar su propia muerte, y es que, amigos míos, a los niños los hacemos adultos los demás.

Nadie te va a querer si eres demasiado ‘especial’.

¿Sabéis qué? Que le follen a vuestro libro de conducta, que le den al puto código de lo que está bien y lo que está mal.

Para qué coño hubiera querido yo madurar.

Alba Ferrer.
@dihiftsukai
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A DIUGANDEA



Me re//abro: dejo entrever mis sesos
Las venas rellenas de miedo, 
el largo latido hacia lo vivo.

Tu cuerpo tiene otro color 
ya no sabes a pasado
Estás radiante, fuerte, inmensa, 
ocupas mi espacio visual

Me entran ganas de recorrerte 
de saborear tu (silencio)

El espacio que nos separa 
se torna flexible, y descubro

Estoy entre la historia y el vacío, 
los puntos suspensivos 
marcan tus definiciones 
Mi mirada no es f i j a, 
aún así está sujeta al dolor

tomas otros Lugares en mi 
cuerpo, tus ojos ya no 
determinan mi piel

Estoy atenta: tu cuerpo se presenta 
desconocido, el aliento con el que 
humedeces mis palabras me 
alertan de la infinitud de posibilidades
que tiene nuestra mirada 
cardíaca. Rozo tu carne. Me 
permito sentir la amalgama de
transconclusiones que nos permiten

estar hoy 
abrazán.don.os.

Patricia Bertolín.
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EL CÍRCULO ETERNO


Dicen que a algunas mujeres les gustan las joyas,
ya saben, diamantes, pendientes y piedras preciosas. 
Toman sus manos  apuestos y azules amantes, 
e, hincando  rodillas al suelo, a Venus invocan.
En fin, mirando sus ojos, soñando sus bocas, 
 con bellas promesas de oro sus dedos adornan. 

Hay otros, ni tan apuestos, ni tan idiotas,
que visten de negro o de verde,  incluso de rosa.
Se ponen nerviosos y sudan las ropas;
las aman con ganas, sin prisas y a solas;
 al punto ríen inquietos, al punto parece que lloran.
Y estos, torpes y apresurados, sacan pequeñas cajitas rojas 
de viejos bolsillos de antiguas chaquetas raídas y rotas.
Hablan, también, como haciendo promesas, 
promesas de plata, eternas redondas.

Otros, con largos cabellos y labios de aurora,
despiertan miradas, murmullos, palabras con sorna.
No son otros, disculpen, les hablo de otras. 
Se (con)funden con sus amadas, también se besan la boca.
Caminan descalzas y sonríen y bailan y se quitan la ropa.
Suspiran con gracia, en silencio se adoran.
Y en sus dedos descansan brillantes las joyas.

Dicen que a algunas mujeres les gustan las joyas,
ya saben, diamantes, pendientes y piedras preciosas. 
Y regalan, los muchos, anillos teñidos de oro para una vida de color de rosa.
Relucen brillantes sortijas, dejando las tripas rabiosas.

Regálenme un anillo de papel de plata 
que encierre algunas promesas locas,
no hace falta, por cierto, que dejen hambrientas sus bocas.
Que a mí me gustan los anillos,
No por su brillo, sí por su forma. 
Ocho corcheas, cuatro negras, una redonda.
Circular como el tiempo eterno,
un pez que se muerde la cola. 
Y así, latente en mi mano,
sin futuro ni pasado,
 hallo un presente que nunca se agota. 

Sammy.
@sarazamz

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LÍMITE

Imagen: Irene Colell

El límite, ese espacio existente entre lo 
que es y lo que puede llegar a ser. 
Franqueable, cercano, audible. 
Cuántas veces me ha seducido, 
cuántos momentos he querido 
pisar… el otro lugar.

¿Qué hay detrás de ti, límite?
¿La realidad nefasta descrita
y construida por las definiciones 
estratégicas de la ética y moral recién 
extraída de la normalidad?
Quién seré bañada de post límite
sino el reflejo de
la disfunción de los discursos que 
me delimitan. 
Un sin acto, sólo el deseo de 
realizarlo me salva.

Estoy refugiada bajo la
sombra de las cosas buenas.
Soy el deseo de algo que no posee 
contornos, de algo que no existe 
porque no puede nombrarse.

Bordear la línea, jugar a no tener
que enfrentarse a la única verdad
que conozco. 
Los problemas toman 
conciencia cuando los observo fuera 
de mi cuerpo.

Yo nunca podré tener esa mirada
mía. No podré mirarme como
objeto, sino es intacta de la 
viscosa subjetividad con la que 
palpo los momentos.

Patricia Bertolín.
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PRÓLOGO DE 'CONFLUENCIA'


Hace dos años. Cerca del aeropuerto Ciudad Real Central.

- ¡Parece mentira que antes de conocerte me diera tanto miedo volar! – exclamó la mujer mirando al piloto con visible gesto de adoración -, pero contigo me siento tan segura que hasta me apetece abrir la puerta para saltar y flotar entre las nubes – bromeó mientras le acariciaba la cara con el dorso de la mano.

- Esa sería muy mala idea, cariño – rio él cogiéndole la mano y besándole los nudillos.

Ambos disfrutaban de las preciosas vistas que tenían desde la cabina. Un espléndido cielo azul salpicado con blancas y regordetas nubes parecía no tener fin frente a sus ojos. Él pilotaba su precioso regalo de cumpleaños y ella estaba orgullosa y feliz por el hombre que hacía tan solo unos meses se había convertido en su flamante segundo esposo. Esperaría a llegar a su destino para darle la gran noticia, aunque ya se había adelantado confesándole el secreto que guardaba celosa en su vientre al otro hombre de su vida, pese a que solo pudo escribirle cuatro líneas en la carta que le envió donde estaba privado de lo que ella y su marido ahora mismo disfrutaban. Pese a su situación era incapaz de ocultarle nada.

Un ruido ahogado y chirriante junto con unas secas y fuertes vibraciones azotaron el avión cambiando las sonrisas y las miradas de complicidad por un gesto de asombro, al que siguió el desconcierto y la tensión, mezclada con el miedo que se hizo patente al instante. El pitido insistente y agudo de una alarma y el testigo de fallo de motor apareció frente a los ojos de él.

- ¿Qué pasa? – pregunto ella mirándolo con pánico, mientras él agarraba el timón con fuerza y revisaba los indicadores.

- Ponte el cinturón – pidió visiblemente preocupado mientras apretaba varias botones -. PAN, PAN, PAN, Ciudad Real Control de Polar 66. Se nos ha parado el motor número uno – avisó por radio.

- Aquí centro de control, Polar 66 recibido. Entiendo que tienen un problema de motor y declaran emergencia – corroboró una voz metálica.

- Es correcto. MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY. Ciudad Real Control, Polar 66 declara emergencia, tenemos el motor número uno parado. Solicitamos dirigirnos a tomar tierra al aeropuerto Central Ciudad Real. Requerimos los servicios de bomberos, rescate y emergencias.

La voz de él era segura y no temblaba, pero en su interior se temía lo peor, si el segundo motor también fallaba…

Pese a la cantidad de horas de vuelo que llevaba a sus espaldas, no se explicaba por qué demonios el motor había dejado de funcionar y más cuando había revisado concienzudamente el aparato antes de despegar, pero en ese momento debía concentrarse en mantener el avión en el aire y aterrizar cuanto antes.

- ¡Dios mío! – exclamó ella cerrando los ojos y agarrándose con fuerza al asiento cuando las sacudidas empeoraron.

- Recibido. Paso aviso a la Torre y a todos los servicios de emergencia – dijeron desde el centro de control –. Polar 66 cambie con la Torre de Ciudad Real en frecuencia 126,1 – le pidieron.

- Cambiamos con la Torre de Ciudad Real en 126,1 – dijo moviendo el dial con mano firme -. MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY. Torre de Ciudad Real de Polar 66, nos dirigimos a tomar tierra en su campo y declaramos emergencia, tenemos el motor uno parado.

- Recibido Polar 66. Todos los servicios de emergencia del aeropuerto ya están activados. Dígame número de personas a bordo, tipo de aeronave y combustible – pidieron desde la Torre del aeropuerto.

- Somos dos personas a bordo – explicó mirando a la mujer que le suplicaba con los ojos llenos de lágrimas y que se abrazaba el abdomen con posesión, que la sacara de allí cuanto antes –, avión de hélice privado, depósito de combustible al 85%. Estamos a 25 millas al suroeste de su campo y estamos perdiendo altura – informó atropelladamente, con la voz cada vez más entrecortada.

- Les tengo en pantalla. Pongan rumbo 030 y desciendan a 2000 pies.

- Rumbo 030 y descenso a 2000 pies. Necesito QNH – pidió refiriéndose al número para calar los altímetros y prepararse para un aterrizaje de emergencia, pero un nuevo vaivén del aparato hizo que su estómago se le subiera hasta la garganta y otra alarma que palpitaba con urgencia en la cabina junto con sonido de la turbina que anunciaba la tragedia le indicaron que de poco serviría saber la presión barométrica.

- QNH 1020 Mb. – informaron desde la Torre.

- Torre estamos teniendo problemas con el otro motor, no sé si podremos llegar.

El avión comenzó a descender a tal velocidad que el piloto era incapaz de hacerse con él. En la que sería la última visión que tendría en su vida, miró a la mujer que tenía a su derecha y le dijo el último te quiero. Ella, le devolvió un ahogado “yo también” y cerró los ojos.

Desde la Torre de control del aeropuerto Central Ciudad Real, los controladores que estaban en ella perdieron el pequeño puntito verde que tenían en el radar y segundos después, un afilado y atronador ruido anticipó el brutal impacto del avión en la loma de una montaña cercana, que convirtió todo en un radio de 500 metros en un amasijo de metal, humo y llamas.

María de las Nieves Fernández,
autora de "Los ojos del misterio" (Falsaria).
@Marynfc


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PIEL ERECTA II


Fuera, fuera de donde 
me encuentro. Una leve sensación de 
no estar.
Siempre, siempre siguiendo 
el dictado de un 
orden asfaltado. 
Me transformo en las pieles 
latentes de mi alrededor. 
Engarzo, con temor a 
desaparecer, los recuerdos 
de una sonrisa fácil. 
Y olvido que los recuerdos 
albergan más sorpresas 
que desdichas.

¿A dónde vas? El tiempo 
va arrasando mi lentitud. 
No padezco la necesidad 
de crecer, los lazos me 
atan a lo que yo nunca 
podré darle continuidad.

Sí, vi el recordar, volví a 
rodearme de vida seca. 
Y los espejos me reflejan 
compromisos, creaciones 
individuales de los deseos, 
una construcción necesaria 
del hacer para ser.

Un tiempo determinado, soy
y me transmuto en lo que mi 
aullido ansia con su fuerza. 
Luego cesa. Desaparezco entre 
la soledad y lo de afuera.

Sola. Fuera. Llena de creaciones 
mudas, llena de noches tranquilas 
sin miedo a no conquistar 
nada·

Patricia Bertolín. 
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VENDETTA ALMA


Le falta algo de maquillaje por el pómulo izquierdo. Lo han puesto en la cámara hace menos de tres horas y un cuarto del rostro ya lo tiene amoratado. Han pasado tres días...Hay que tenerlo en cuenta.

Pero la retahíla de personas que van desfilando por la suite tanatorial no parecen tenerlo en cuenta: lloran, la mayoría lloran entre lágrimas de sorpresa...es verdad... existen y co-existen recuerdos buenos que ahora vienen a la mente de un plumazo...borrando los malos y, también, borrando las humillaciones motivadas que ahora encuentran un motivo no tan digno...no tan vivo. Ahora vienen a la mente... a buenas horas. Se posan recuerdos como agujas de dolor chispeante en las sienes de todos y cada uno de los doloridos motivadores de un despido.

Lo tienen ahí. Inmóvil pero con cierta sonrisa activa y sugerida tras sus labios cosidos. La tarde ha caído pero el reguero de personas continúa su plañidera y compungida penitencia. “Te acuerdas aquél día que nos invitó a...” “Cómo le gustaba que le contasen aquella historia del día en que...” “Cuando tenía el día era único...daba gusto estar charlando con él...” Pero, ¿quiénes son? Ah, cierto, antiguos compañeros no sólo del colegio ni del trabajo, sino compañeros de la vida, “extras” que hasta ahora no eran ni extras de su vida sino secundarios incisivos...tóxicamente incisivos. Ninguno se atreve a decir lo mucho que cada quién se arrepiente de estar de pie sin sonrisa ante la sonrisa de un inmóvil.

Y al despertar lo mismo. La doble jornada de despedida amanece y prosigue con la misma mentira y arrepentimiento que la que se fue a dormir entre mortajas. Lloros de buena mañana, en una mañana lluviosa adherida al baño salado de lágrimas. “Aún le quedaba mucho por vivir...” “Qué joven se nos ha ido...“ "Pero qué le ha pasado? Tan mal estaba?” Se nos ha ido...Ahora es vuestro...claro...siempre fue vuestro, vuestra mascota, vuestro títere de juicios y censuras...de reproches y condenas. Ahora es más que nunca vuestro. Aceptadlo. Es más títere que nunca, así, inmóvil y con la sonrisa perpetua y guasona como regalo de partida.

Y tumbado, con la sangre en excitada bonanza, propuso la misma sonrisa dibujada en el rostro en calma y que ahora contempla. Con los pies aún anclados en la arena blanquecina y bermellona, tiene el móvil entre las manos reflejadas por un Sol del Pacífico. Las olas suenan más descansadas que nunca...Los graznidos de las aves oceánicas restallan a revancha. Una revancha que al fin llega en cuerpo de victoria. “Qué bien me han dejado. Encargaré a esos mismos currantes que me envíen más maniquíes de mis anhelos femeninos...Si los moldean igual de bien que mi propio cadáver casi que pensaré que son anhelos reales...en cuerpo y alma...”

Pero no le hacían falta más encargos de plástico....Más allá, penetrando en lo hondo de esa tan mortal como inmortal isla, aplacada e idílica, encontrará a otros cuantos y cuantas humillados y ya rescatados entre risas y vendettas por sus captores...Encontrará a los mismos que dejaron sus cuerpos de plásticos entre mortajas al engaño y al lloro de sus deudores. Claro está que además de su cuerpo y alma se ha llevado el móvil...En algún lugar tenía que ver y disfrutar de su farsa más certera que nunca...de su muerte. En algún lugar tenía que ver y disfrutar....Vendetta alma...

Daniel Arrébola.
@apetececine
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PIEL ERECTA I



Fuera. 
Fuera están mis no definiciones
los rostros que proyectan mi sentimiento
de pertenencia. 
Pertenezco a mi compromiso con el 
concepto de tiempo: mi(s) realidad(es).

Huecos y huidas, trozos de carne y 
eyaculaciones de diferencia. Con esto 
me nombro infinita, infinita en 
la mirada que me pongo encima.

Patricia Bertolín. 
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DEFÍNEME AMOR


Hay cosas que no soy capaz de describir, como el amor; he visto personas amarse tanto y tan poco de formas tan distintas que no podría definirlo, porque para cada una de mis definiciones habría un caso triunfal que la debatiese y un fracaso que la aboliese. Supongo que hay muchos tipos de amor, amores de café, amores de tren, amores de ascensor, amores de vuelo, amores de fogata a la luz de la luna, amores del trabajo a casa y de casa al trabajo, pero muy de vez en cuando encuentras a una persona que quieres que sea todos esos, y tu amor de ver una película un sábado noche en el sofá, y el de enjabonarte la espalda en la ducha, que quieres que sea tanto el de una noche como el de toda una vida, una persona que cumpla todas tus fantasías y vacíos, una persona, solo una. A veces, solo a veces, pasa.

Hay cosas que no soy capaz de describir, como un beso; he visto tantos besos, que una definición sería estúpido, puesto que incluso definiéndolo como un gesto que se hace con los labios erraría. Hay besos dulces, besos apasionados, besos en la boca, besos en la frente, en el cuello. Hay besos que se dan y besos que se reciben, besos que son con los labios, con los dientes, con la lengua. Incluso rozar las pestañas de alguien con la lengua se considera un beso. Y hay besos de película y besos de vídeos caseros. Pero ese beso que te saca una sonrisa, una lágrima y sobre todo ese beso que consigue que tu cuerpo lo recorra un escalofrío; esos besos, solo a veces, pasan.
Hay cosas que no soy capaz de describir, como una mirada; he visto miradas tan diferentes y tan significativas que no sabría cómo definir ese término. Podríamos decir que una mirada es el contacto de las trayectorias visuales de dos personas... pero he visto miradas de decepción chocar contra el suelo y ojos llenos de orgullo y lágrimas rozar el cielo, he visto miradas más tristes que el llanto de un niño, y agonizantes como la muerte misma, he visto miradas de vergüenzas huidizas como ratones... y también he visto miradas tiernas, tímidas, dulces, miradas de amor declarado eterno y de amores ocultos en abrazos no por ello menos longevos, he visto miradas que decían 'daría mi vida por ti' cuando un padre miraba a su bebé, he visto miradas de perdón, miradas que decían 'te amo, sin motivo, sin razón' y esas miradas, esas, solo a veces, pasan.

Alba Ferrer.
@dihiftsukai
 
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