Fuera, fuera de donde
me encuentro. Una leve sensación de
no estar.
Siempre, siempre siguiendo
el dictado de un
orden asfaltado.
Me transformo en las pieles
latentes de mi alrededor.
Engarzo, con temor a
desaparecer, los recuerdos
de una sonrisa fácil.
Y olvido que los recuerdos
albergan más sorpresas
que desdichas.
¿A dónde vas? El tiempo
va arrasando mi lentitud.
No padezco la necesidad
de crecer, los lazos me
atan a lo que yo nunca
podré darle continuidad.
Sí, vi el recordar, volví a
rodearme de vida seca.
Y los espejos me reflejan
compromisos, creaciones
individuales de los deseos,
una construcción necesaria
del hacer para ser.
Un tiempo determinado, soy
y me transmuto en lo que mi
aullido ansia con su fuerza.
Luego cesa. Desaparezco entre
la soledad y lo de afuera.
Sola. Fuera. Llena de creaciones
mudas, llena de noches tranquilas
sin miedo a no conquistar
nada·
Patricia Bertolín.
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