THE NOTICER – ANDY ANDREWS.


Seguramente debería decir que es el libro que más marcó mis inicios en la lectura. Seguramente debería decir que es mi libro talismán en cuanto a la visión de la vida que me ha dado. Seguramente debería decir que es un libro que nadie puede dejar de leer. O simplemente podría decir que es el mejor libro que he leído nunca. Y es lo que haré.

¿Cómo una persona que a los 19 años pierde a padre y madre, accidente y cáncer respectivamente, tiene que vivir en la calle durante años, luchar contra todo y todos, buscarse la vida desde lo más bajo; puede acabar escribiendo algo así? La única respuesta es recomendar este libro. No se hallará, pero te enamorará de tal forma y te dejará tan boquiabierto que lo único que quedará es rendirte a esta persona, por su visión de la vida, por su superación, sus ganas, su ‘yo’.

Andrews nos deleita en este caso con el personaje de Jon, una persona mayor y reservada, extraña, pero a la vez observadora, realista y consciente. Los lectores que hagan el ‘esfuerzo’ de leer este libro (de escasas 170 páginas y con una lectura velocísima), abrirán los ojos si no lo han hecho ya, cogerán de la mano a Jon e irán por el mundo de la realidad, de la verdadera realidad. Se apartarán de los pensamientos que nos hacen anclarnos en el pasado y verán demostrado por este hombre el ahora, serán conscientes. Todo ello únicamente siguiendo una frase anudada al cuello de este personaje llamado Jon, que lleva a todo lugar que él visite, que proporciona a cualquier persona que se encuentre frente a algún problema, que hace sonar el despertador de la consciencia de quien tiene delante, y esta es, simplemente, “a veces todo lo que una persona necesita es un poco de perspectiva”.

Se presentarán numerosos conflictos (personales, con uno mismo, de pareja, sentimentales, negocios, etc) pero Jon los resolverá sólo cambiando la visión hacia ellos, mirando con otros ojos, los ojos conscientes, positivos. Los que todos deberíamos tener y que nuestro egotismo nos nubla. Todo problema del que queramos salir, en el que estemos presentes, ya sea de trabajo, ya sea de pareja, o simplemente no encontrarnos a gusto con nosotros mismos, Jon girará la moneda, veremos la cara clara, la cara positiva, la cara que nos sonríe y que sin que queramos conseguirá un acto reflejo nuestro de respuesta en forma de sonrisa hacia la vida.

Es posible encontrar en estas líneas cierto punto de subjetividad hacia el libro, es posible encontrar un amor especial hacia él, es posible encontrar una exagerada alabanza, hasta excesiva. Pero también es posible leerlo, es posible cambiar nuestra visión hacia el mundo, salir de la oscuridad. Rompamos ese dicho que manifiesta que la luz es demasiado dolorosa para quien quiere seguir en la oscuridad. Salgamos de ella, entremos en el mundo, disfrutémoslo de una vez por todas, para eso lo tenemos, para eso tenemos a la vida, y con autores como Andy Andrews, con libros como ‘The Noticer’, es muy fácil conseguirlo, ellos son el trampolín hacia este nuestro profundo océano que somos nosotros mismos, con el cual no podemos aceptar convivir sin conocerlo, y mucho menos, sin disfrutarlo.

"Piénsalo... Todo el mundo quiere estar en la cima de la montaña pero, si recuerdas, las cimas son rocosas y frías. No tienen vegetación. Por supuesto, la vista es impresionante, pero ¿de qué nos sirven las vistas? Las vistas simplemente nos permiten vislumbrar nuestro siguiente destino, nuestro siguiente objetivo. Pero para conseguir tal objetivo, debemos bajar de la montaña, atravesar el valle y empezar a subir la siguiente ladera. Es en el valle donde nos esforzamos gracias a la hierba exuberante y al terreno rico, donde aprendemos y nos convertimos en lo que nos permitirá culminar la siguiente cima de la vida."

Víctor G.
@libresdelectura 
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