En febrero de 2012 Marcus Goldman se marcha a Boca Ratón (Florida) para empezar a escribir su segunda novela. Establece amistad pronto con Leonard, su septuagenario vecino con el que comparte charlas al atardecer, partidas de ajedrez y su deseo de escribir un libro. El reencuentro con alguien de su pasado hará que Marcus le cuente la historia de los Goldman de Baltimore a Leo. Y así comienza a narrar la historia de la “Banda de los Goldman”, cómo todo cambió el día del “Drama” y cómo empezaron a cuajarse los hechos que lo provocarían.
Al ir recordando, vuelve al día de antes en el que su primo Woody tendrá que entrar en prisión. Se reúnen para pasarlo juntos los tres primos Goldman, Alexandra y su tío Saúl sin poder imaginar cómo lo que pasó aquel día influyó tanto en las vidas de todos.
Dos días después recibe una llamada de su tío instándole a volver a Baltimore. Algo grave había sucedido, faltaba poco para que sucediera el “Drama”.
Vuelve a evocar sus veranos y vacaciones con los Goldman de Baltimore. Cómo siente una fascinación por sus tíos Saúl y Anita, por sus casas y mansiones en Baltimore, en los Hamptons y en Miami. Admira el talante, la elegancia, la actitud luchadora de su tío, la de un ganador. Está prendido de su tía Anita, que le trata con dulzura, siempre sonriente haciéndole sentir uno más de los Baltimore. Recuerda cómo Woody entró también a formar parte de los Baltimore y junto a su primo Hillel formaron la "Banda de los Goldman”, un amor fraternal capaz de hacer cualquier cosa por cada uno de ellos. E inevitablemente compara la vida de sus tíos en Baltimore, con su vida en Montclair. Su padre ingeniero, su madre dependienta, el viejo coche que tienen…
También vuelve a su historia con Alexandra, a los inicios de su amor juvenil, y a los inicios de su exitosa carrera como cantante. Marcus fue el único que siempre había confiado en ella cuando ni ella misma tenía fe.
«Sólo tenemos una vida, Alexandra. ¡Una sola vida pequeñita! ¿No te apetecería dedicarla a cumplir tus sueños en lugar de apolillarte en una estupidez de universidad? ¡Sueña, y sueña a lo grande! Solo sobreviven los sueños más grandes. A los otros los borra la lluvia y los arrastra el viento.»
Es difícil comenzar a leer esta nueva novela de Joël Dicker sin estar condicionada por las perspectivas que me creó su anterior libro La verdad sobre el caso Harry Quebert. Y la verdad es que las ha superado. Si el anterior fue bueno, este no se queda atrás aún no teniendo nada que ver en la trama y argumento. Aunque sí hay una coincidencia, y son los saltos en el tiempo. Va de presente a pasado a lo largo del libro, forma de narrar que a mí me encanta y ya me tiene bastante ganada de antemano. Durante todo el libro, narrado desde la voz del protagonista, nos va arrastrando en la historia, devorando cada página y manteniéndonos siempre en la lectura. Tienes la sensación de que parece predecible, sabrás lo que va a pasar, pero las apariencias engañan, y siempre te sorprende, cargada de mini misterios, hasta el final de sus páginas, donde descubres el “Drama” y todo tiene sentido. Lo uno no ha podido pasar sin lo otro. Fantástica narrativa, fantástico libro.
Nos habla de cómo cuando somos pequeños (o no tanto) podemos dejarnos encandilar por un mundo de riqueza, de poder, cómo idolatramos a las personas por su forma de vida aún sin conocer si realmente son felices. En todas las familias siempre hay secretos y no los descubres hasta que eres mayor, o puede que nunca. Y estos secretos hacen que tú te crees una imagen diferente en tu mente a lo que realmente fue. Más o menos ocurre lo mismo con la idea de qué seremos cuándo seamos mayores cuando eres pequeño, y luego lo que realmente eres. Cómo te ves dentro de cinco o diez años. ¿Hacemos todo lo posible por cumplir nuestros sueños? ¿Nos convertimos en lo que queremos ser? Todos estos sentimientos de admiración, envidias, idolatría, serán las que desencadenen las pequeñas circunstancias que provocarán el “Drama”.
Me parece también interesante la idea de cómo las diferentes personas nos enfrentamos a las situaciones trágicas de nuestra vida. Cómo las percibimos y cómo las superamos.
«Déjate del Drama, Marcus. No existe ningún Drama sino varios dramas. El drama de tu tía, el de tus primos. El drama de la vida. Dramas ha habido siempre y los seguirá habiendo, y aun así, la vida sigue. Los dramas son inevitables. Lo que cuenta es cómo conseguimos superarlos.»
Joël Dicker, nace en Suiza en 1985. Es comparado con Stieg Larsson o, con Philip Roth. Tiene escritas varias novelas pero sólo tres han sido publicadas. Los últimos días de nuestros padres, ganadora en 2010 del Premio de los Escritores Ginebrinos; La verdad del caso Harry Quebert, 2013, galardonada con varios premios entre ellos Gran premio de Novela de la academia Francesa, y es elegida por los lectores de El país como mejor libro del año. Y por último El libro
de los Baltimore.
Ángeles Martín.
@Angelesmmartin
2 comentarios:
Me gustó mucho. Me parece una evolución a mejor del autor. Un beso ;)
¡Gracias por tu comentario, Natàlia!
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