Si te gusta la música, la música de ahora digo, te habrás dado cuenta de que se está poniendo de moda en muchos grupos y artistas en solitario ofrecer comentarios de sus canciones. Abres por ejemplo Spotify y te encuentras el disco con todos sus temas y a su lado la versión comentada de cada uno de ellos. Es cierto que a muchos nos gustará el hecho de escuchar la letra de una canción e imaginar el porqué de la necesidad de escribirla. Imaginarlo, no saberlo. Como en los poemas e incluso en las novelas, sabes que mucho de la vida del autor queda entre las líneas de lo escrito y lo haces tuyo, lo colocas en el puzle de tus sentimientos como si fuera un pensamiento propio, un verso tuyo, una digresión de tu mente. Pero también hay que reconocer que después de esa tarea, que muchas veces hacemos inconscientemente, nos reconforta y nos despierta interés el saber qué hizo que ese autor en cuestión escribiera aquello.
¿Por qué cuento todo esto? Porque, a pesar de que pueda parecer que 50 palos es una autobiografía de Pau Donés, un recorrido por su vida, puedo decir que se acerca mucho más a una serie de comentarios de sus canciones. La diferencia aquí es que Donés consigue hacernos ver que su vida es una sucesión de canciones y que las circunstancias que las envolvieron – y que las siguen envolviendo – son pasos diarios en su caminar. Canción y vida son uno en el cantante barcelonés, por eso queda la sensación de que cuando nos cuenta el porqué de una de sus canciones nos está contando el porqué de una época de su vida.
50 palos son 50 capítulos sin un orden “editorial” lógico – porque seguro que para él tienen que tener alguno (incluso no tenerlo ya sería un orden) – donde Pau Donés narra episodios de su vida terminando, en muchos de ellos, con la letra de alguna de sus canciones que, como se puede ver tras la lectura, es la forma más rápida, más condensada y mejor con la que el músico se expresa. Esos 50 textos que nacen de sus 50 años y de la experiencia de un cáncer parecen en ocasiones la voluntad de dejar el testimonio de una vida un poco más allá de unas canciones. La contradicción, al menos para mí como lector del libro, es que después de haber leído esos comentarios, de haber leído la narración de sus sucesos vitales, la sensación que te queda es de que para conocer su vida bastaba con sus canciones.
El cáncer ha dado a Pau Donés la calma que necesitaba, tanta que incluso ha tenido tiempo de escribir un libro. Ya no pasará meses y meses en la espiral de las giras, sin atender a nadie incluso ni a sí mismo; ya no pasará meses y meses encerrado en un estudio sin atender a la montaña, a los perros, a la vegetación, al mar, a la vida; ya no pasará meses y meses dedicado única y exclusivamente al escenario porque como él dice en alguna parte del libro ese estilo de vida llevado durante tanto tiempo seguro que tiene mucho que ver con el “cangrejo”; ya no pasará meses y meses ausente; no, no los pasará así pero sí los pasará, esperemos que sí, de otra forma: más presente, más aquí, más consigo mismo y los demás. Pau sigue con nosotros, no sabemos por cuánto tiempo tras su recaída, pero ahora se ha convertido en libro y eso, aquí podemos estar seguros, sí que durará para siempre. «50 palos…y sigo soñando».
Víctor González.
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