Para muchos eso es la literatura, el pago nocturno al que están obligados a hacer frente con el fin de sentir en sus carnes los anestésicos cuchillos que les transporten al mundo de los sueños. 'La noche de los cuchillos' es la primera novela de este empresario, profesor y escritor llamado Marcos Eguiguren.
Como si fuera el tan aclamado e influente Juan Rulfo, este escritor catalán escribirá con un principal objetivo, el mismo que tenía en sus obras el mexicano, dar voz a los muertos. Mediante una estructura narrativa que desplaza al lector entre el pasado y el presente (cosa que recordará a la psicológica e invertebrada obra de la pintora Remedios Varo o al divagador monólogo de Auxilio Lacouture en la obra ‘amplificatio’ de Roberto Bolaño), el autor narrará la confrontación y posteriores consecuencias generacionales entre las dos familias más influyentes de un gremio en concreto, el conocido como 'ganiveters' (fabricantes de cuchillos).
Nos situamos a principios del siglo XX en el municipio de Solsona, localizado en el interior de Catalunya, y en el que estas dos familias, los Pons y los Franquesa, se encuentran ante una situación determinante para su futuro: el gran encargo de material bélico por parte del ejército turco destinado a la Gran Guerra. Estos, reconocidos extraterritorialmente por la calidad y esmero en sus metales, se involucrarán en una disputa gobernada por distintas mentalidades. Como ocurrirá en muchas familias, pueblos, ciudades y países, habrá quién esté a favor de aceptarlo (con las consecuencias de industrialización y prisa que conllevaría el urgente pedido turco) y otros, los Franquesa, quienes decidirán seguir con esa labor cuidadosa y atenta, y de tal manera rechazar la suculenta oferta.
Este acontecimiento provocará la animadversión perpetua entre las dos familias, llegando hasta el punto de encontrar a la familia Pons fuera de su propio gremio. Al mismo tiempo, en el presente, tendremos a dos personajes clave: Marcel, el cual se encontrará con una misteriosa carta de su madre recién fallecida, y Olga, quien le ayudará en su investigación dando solución a aquello que tanto reclamaba Cervantes a la picaresca, el perspectivismo. Marcel tendrá en sus manos la carta que cuidadosamente su madre quiso que encontrase al marcharse, una carta en la que se insinúa la posibilidad de que la extraña muerte, muchos años atrás, del hermano de Marcel en el interior del taller de los Pons, pudiera haber sido provocada.
A partir de ese momento, dará lugar un sinfín de investigaciones que acabarán destapando los desencuentros y los enlaces entre estas dos familias tan odiadas entre sí, odio que ha pervivido latente hasta estos días y que será el porqué de muchas incógnitas sin resolver.
Entre el arduo trabajo de investigación que llevará al lector por mundos ya trabajados en autores como John Verdon o Haruki Murakami, y la excelencia de hechos históricos hilvanados a la perfección que recordarán a otros como Ildefonso Falcones o Dan Brown, habrá lugar para el siempre imperante amor, un amor que transportará a las sensaciones del lector a ese siglo XV que tanto explotó a la mujer como diosa, el amor cortés.
En definitiva, una obra que supera con creces las expectativas que inconscientemente se le presuponen a un autor novel. Una obra que crece a medida que suma páginas a sus espaldas para llegar en sus últimos latidos a presentar un cuerpo firme, radiante, desprendiendo un aura que concienciará al lector convenciéndolo de la moraleja de esta magna obra, convenciéndolo de algo que ya por el siglo XIV intentó alguien como Don Juan Manuel con sus tópicos insertos en 'El libro de los enxiemplos": luchemos por labrar nuestro presente obviando y limando asperezas, ya que la más pequeña gota de odio ahora, acunada a lo largo de los años, puede acabar salpicando trágica y ferozmente tanto a nosotros como a los que nos rodean.
Víctor G.
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