HOMBRES DESNUDOS - ALICIA GIMÉNEZ BARTLETT

Os sitúo. Por cuestiones personales se da la circunstancia que muchos fines de semana los paso en Vinaròs, un pequeño pueblo de la costa de la Comunidad Valenciana, al lado de la frontera con Cataluña. Un día de Noviembre había la presentación del libro mencionado, Hombres Desnudos, ya que, se ve, Alicia Giménez Bartlett también por cuestiones personales hace mucha vida en Vinaròs. Fui a la presentación, y me asombró ver que una Premio Planeta fuera una persona normal y corriente, y, además, divertida. Me regalaron el libro de Hombres Desnudos, pero confieso que, de primeras, no me atraía mucho: me cuesta leer literatura contemporánea, y más en castellano. Pero, seis meses después, me lo he leído. Y esto es lo que pienso de él:

(Antes de todo, un pequeño 'disclaimer': Para decir si un libro me ha gustado o no, me baso en lo que me acuerdo de él transcurridas unas semanas de la lectura. Si recuerdo de qué iba con precisión, si me vienen a la cabeza momentos que me sorprendieron, es que el autor se merece mi aprobación. Alicia Giménez Bartlett, entonces, felicidades: estás más que aprobada).

El argumento me parece innovador: la crisis económica es la gran protagonista, y es la que marca la felicidad de los personajes, sus relaciones, todo. Es la reina de la historia, y eso me gusta porque en la realidad también es así. En esta puñentera realidad hay cuatro voces: la de Irene, niña de papá cuyo marido ha dejado plantada para irse con otra más joven y cuya empresa se va al garete, Javier, profesor de literatura en el paro, Iván, un hombre de calle, que sabe cómo apañárselas solo en la vida y Genoveva, una pija (digo una pija y nada más porque éste personaje es el que menos voz en la novela tiene). Estos cuatro narradores se mezclan y se entrelazan para conferir a la novela nuevas perspectivas sobre la historia, de modo que no hay ningún narrador omnisciente, pero el lector acaba por serlo. Este punto me parece peligroso: evidentemente, hay que hacer sentir al lector que está entendiendo lo que sucede, pero a la vez, utilizando esta técnica de las cuatro voces mezcladas, sin que estén definidas por capítulos, etcétera, Giménez-Bartlett podría haber innovado más y haber jugado con el 'unreliable narrator' (el narrador que no es de fiar, que te cuenta las cosas como él las ve, pero luego la historia en sí las desmiente y te lo revela como mentira o como un engaño por parte de este hacia el lector), o hacia el caos temporal (si son narradores diferentes, voces diferentes, ¿por qué tienen que ir en orden cronológico?), o en los monólogos interiores (cuando pensamos, no lo hacemos con puntos y comas). Aún así, aplaudo los narradores, ya que me parece que es algo nuevo y por lo que su Premio Planeta podría tambalearse: a veces hay la necesidad de que los narradores estén marcados, y no creo que tenga que ser así.

Además, este tipo de narración también hace que se conozca mucho más a los personajes que solamente con un narrador en primera persona, ya que, como la vida misma, unos te pueden conocer mejor que tú a ti mismo (lo que sucede con Javier e Iván, por ejemplo). Sin embargo, he echado de menos más introspección en el personaje de Genoveva, ya que es sólo una pija que lo pasa bien. Me hubiese gustado saber más su historia, me parece un personaje luchador y ha sabido salir del divorcio por sí misma, y sin embargo, me parece que en la historia está infravalorada. Hay que decir que Giménez-Bartlett ha dado en el clavo con sus personajes, al menos para mí: son todos horribles y ninguno te puede caer bien. Puedes llegar a simpatizar con alguno, sí, o pensar que este es «el puto amo» (como me pasó con Iván), pero no desearás nunca que sean tus amigos. Y esto me parece muy bien depende del tipo de libro que leo: en éste libro, creo que lo que menos busca la autora es identificación con los personajes (que no con sus situaciones), porque creo (creo) que lo que busca es hacer una despiadada crítica a la sociedad, y para mí, no puede haber crítica despiadada con identificación, porque si te identificas, acabas simpatizando y no puedes criticarlo con todo su poderío. Al menos yo he tenido esta sensación con Hombres Desnudos, y si ésa era la intención de la autora, bravo.

A parte del poco aprovechamiento de los narradores, hay otra cosa que me chirría en el libro: el final. No, no os preocupéis, no voy a haceros un 'spoiler': pero es increíble. Y no en el buen sentido. Creo que la autora peca tanto de querer hacer un final sorprendente y que subraye lo peor que llevamos dentro que me parece un sinsentido y sin justificación alguna. Claro que sería ese personaje el que lo debía hacer, eso sí, pero después de cuatrocientas páginas me resulta un poco fuera de lugar que lo haga.

Pero no voy a decir nada más, porque si hacéis caso a mi recomendación y os lo leéis (sí, al fin y al cabo, lo recomiendo) no os quiero condicionar con mi reseña.

No he leído los otros finalistas del Premio Planeta, por tanto, sólo puedo decir que es un muy buen libro. Innovador en el tema, poco innovador en lo otro: creo que en ciertos motivos se le podía sacar más chicha, pero como está ahora consigue un buen balance entre innovador y académico, y quizás es lo que busca el Premio Planeta. Para mí, sin embargo, el adjetivo “académico” ya no vale para nada.

Andrea Rovira.
@andreaishere


5 comentarios:

Natàlia dijo...

Lo tengo pendiente. Espero que me guste Un beso ;)

Libres de Lectura dijo...

¡Y ya nos contarás qué te ha parecido!

Gemma Redó dijo...

Molt bona resenya. No estic d'acord amb tot els aspectes comentats però una opinió que aporta una altra mirada. Completament d'acord en situar la crisi economica com a personatge principal al voltant del qual giren els altres.

Gemma Redó dijo...

Molt bona resenya. No estic d'acord amb tot els aspectes comentats però una opinió que aporta una altra mirada. Completament d'acord en situar la crisi economica com a personatge principal al voltant del qual giren els altres.

Libres de Lectura dijo...

Gràcies pel teu comentari, Gemma!

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