Llevo ya un tiempo pensando que después de leer El péndulo de Foucault, la famosa novela de Umberto Eco, es complicado que alguna historia
sobre templarios, griálicos o demás grupos relacionados con el ocultismo te
marque. Si te gustan estos temas creo que esa es la obra que buscas. Para todo
lo demás, usando la coletilla del famoso anuncio, también hay otros libros. Uno
de ellos es por ejemplo este, el último Premio Planeta, El fuego invisible,
de Javier Sierra.
Si has llegado a esta reseña porque te interesa el libro es
bastante probable que ya conozcas al autor. Sierra es uno de los únicos
escritores españoles que ha visto alguno de sus títulos en la lista de los diez
más vendidos en Estados Unidos. Y eso ya es decir. El tema de la búsqueda de lo
oculto llama, llama y vende, y es por eso que estamos inmersos actualmente en
un boom de novelas de este tipo. Desde la aparición de Dan Brown que,
casualmente, compite con Sierra en estas fechas (aun compartiendo sello
editorial), las librerías y las mesitas de noche se han llenado de libros que
cuentan historias de investigadores detrás de la verdad sobre el Grial, de la
persecución del rastro templario, de la realidad que hay detrás de los masones,
etc.
Como digo, es complicado seguir leyendo novelas de este tipo
cuando El péndulo de Foucault ya ha entrado en ti. Y quizás es por eso que
siempre termino con la sensación de que al libro que acabo de leer le falta
algo. En El fuego invisible, Javier Sierra nos presenta a David Salas, prometedor
lingüista de la Trinity College de Dublín, y quien nos narrará la historia, que
se topa con la circunstancia de viajar a Madrid. De primeras, Salas pensará que
va a la capital española en busca de un pequeño tesoro antiguo relacionado con
sus estudios, pero desde su llegada se dará cuenta de que aquello era una mera
excusa para convencerlo. En Madrid comenzará una aventura, al estilo del
archiconocido Robert Langdon, acompañado al igual que este de una pareja
femenina por la que se sentirá atraído desde el primer momento, que lo llevará
hacia una lucha por descubrir la verdad que hay detrás de las leyendas del
Grial. En su camino se encontrará con lugares mágicos de la geografía española
como la Font de Montjuic o la Iglesia de Santa María de la Santa Cruz de la Serós,
con personajes históricos que tuvieron algo que ver con estas leyendas como
Valle-Inclán o Unamuno, con familiares que nunca estuvieron para él porque
esperaban el momento justo.
Bajo el paraguas de Victoria Goodman, quien le enseñará todo
lo que fue en realidad su abuelo, Salas empezará a comprender en España, su país
de origen, todo lo que su abuelo escondía, todo lo que este hizo, todo lo que
le legó y todas las luchas que acometió, luchas que siguen vivas y que será
David Salas quien se tendrá que encargar de sellar. David se verá, casi sin
saber cómo, dentro de una organización secreta a la que se le llama la Montaña
Mágica, coordinada por Victoria Goodman y formada por otros cuatro como él, en
la que se le pedirá su ayuda para completar el equipo que irá en busca de la
verdad sobre el Grial. Dicen en las películas de terror más básicas que lo que
nunca debe hacer un grupo en una situación de peligro es separarse, y es lo que
estos harán. Siguiendo las distintas rutas que el Grial ha protagonizado a lo
largo de los años por territorio español, el grupo se dividirá en tres, tocándole
a David y a Pau (cómo no) la visita a Barcelona, otro punto en común con la última novela de Dan Brown. Allí descubrirá que no todo es como parece, que hay mucho
más oculto detrás de esa búsqueda de lo que pensaban, que la mentira es también
una fuerte base de estas leyendas y de cualquier historia y que la traición
estuvo tan viva antes como ahora.
Víctor González
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