JR crece sólo con el referente de su madre que lo ha criado sola, ya que su padre pronto abandona a ambos. En su búsqueda por un exponente paterno, encuentra refugio en el bar Dickens, donde su tío Charlie trabaja de camarero y en el que noche tras noche se reúnen un variopinto grupo de hombres: policías, hombres de negocios, brókeres, poetas, jugadores de softbol… Su dueño Steve es una figura importante ejerciendo muchas veces de padre de todos ellos, y eso, puede que sea lo que más le atraiga a JR. Esa mezcla de amor fraternal y camaradería que se da allí.
La sensación que me queda tras terminar El bar de las grandes esperanzas es confusa. No suelo leer el argumento ni críticas antes de comenzar la lectura, así descubro el libro con mis propios ojos y de manera sincera. Y el comienzo ha sido precioso. El poder narrativo es tal, que vives y sientes tal y cómo lo hace el protagonista, JR Te atrapa desde el principio y te conduce poco a poco a su niñez, a su relación tan tierna con su madre, a la casa de sus abuelos, al sofá del bicentenario… Brillante la elección de que cada capítulo a la vez que crece el protagonista, nos introduce en personajes secundarios que se convierten en principales en cada uno de ellos. Todos aportan su granito de arena en los valores y en la forma de madurar de JR, y me parece bonito destacar ese papel a veces invisible de la gente con la que crecemos, que aporta mucho en el yo en el que nos convertimos. Esas experiencias que pueden durar una hora o todo un año, y que marcan nuestro carácter.
Pero por otro lado, el momento en el que llega a la universidad, para mí marca un punto de inflexión narrativo, ya que considero que pasa muy por encima de experiencias que me parecían bastante importantes, y se centra y elabora páginas y páginas contando anécdotas del bar Dickens, que está claro que tiene mucho que aportar y es un pilar fundamental en la historia del libro y del intérprete, pero reconozco que me he aburrido al leer algunos pasajes.
Ya al final del libro, los últimos capítulos mejoran y me han vuelto a enganchar cómo lo hicieron los primeros. La clave, creo que está en que mientras que muchos de los centrales son conversaciones y conversaciones, los primeros y últimos tienen mucha carga personal que producen una cierta empatía e interés en la trama.
Masculinidad, fraternidad, borracheras, el amor desde el punto de vista de los hombres, las aspiraciones profesionales, la desilusión… Cada uno de éstos temas y más, trata de analizar y darnos su punto de vista el autor en éste relato. Novela autobiográfica, que la verdad es que a veces he dudado si de verdad es real, ya que algunos de los episodios podían estar sacados de cualquier buena película. Si podemos describir el libro con una sola palabra puede que sea honestidad. Honestidad al presentarnos su vida, al describir su experiencia en la universidad o en Times, y al contarnos episodios de su vida que muchos otros tratarían de ocultar.
J.R Moehringer nace en Nueva York en 1964, periodista y escritor ganador de un premio Pulitzer de Periodismo. El bar de las grandes esperanzas (The Tender Bar) fue publicado en el 2005, en el año 2008 colaboró en la realización de Open, las memorias de Andre Agassi y en 2013 ha publicado Sutton basado en la vida del ladrón más extraordinario de todos los tiempos.
Ángeles Martín
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