El día está repleto de situaciones que nos despiertan un sinfín de emociones que, demasiadas veces, pueden ser contradictorias. Un viaje a lo largo de una jornada donde navegas por las aguas de la alegría, pasas por debajo de los puentes de la tristeza, te lanzas en picado por las cascadas de la ira y te sopla un fuerte aire de frustración, pero también te abrazada el cálido sol de la tranquilidad y te recuerda que aunque sea un viaje movido, al fin y al cabo, es un viaje, con todo lo que eso acarrea. Hay veces que en un día sientes cómo se alborotan todas tus emociones, como si tuvieras funcionando en tu interior una centrifugadora en momento de apogeo. Pero nunca hay que olvidar que cuando te encuentras en un mar lleno de olas, siempre puedes escoger cuáles quieres surfear.
Lejos, lejos de casa es un precioso álbum infantil que ilustra esta situación del ir y venir de los sentimientos de una niña en una sola jornada y el deseo de la protagonista de huir lejos, muy lejos, cuando se siente ahogada por esos días de locos, horribles y estresantes. Un precioso libro que se antoja entrañable porque te reconoces en él y porque te hace viajar en el tiempo y recordar esos días de infancia en que te sentías frustrado/a por la misma agitación interior. Sientes en tu propia piel cada emoción que experimenta la protagonista y quizá, aunque seas adulto/a, no haga falta que te remontes a tu niñez para recordar la última vez que te sentiste del mismo modo. Aunque muchas veces habrás deseado huir y estar lejos de todo, ¿realmente lo querrías?
Andrea Moreno
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