LOS ALPES EN INVIERNO - LESLIE STEPHEN

En esta reseña podría hablar de varias cosas que en realidad no son ni están en el libro. Por un lado, de Virginia Woolf, y no es la autora; por otro, del formato bolsillo, y este libro no lo es; y por último, de las montañas, cosa que, claramente, este libro tampoco es. Y entonces, ¿por qué podría hacerlo? Pues, en primer lugar, porque el autor es el padre de Virginia Woolf y es ella quien escribe el prólogo; en segundo lugar, porque, aunque no se venda como formato bolsillo (tal y como conocemos dicho formato), por fin tenemos delante lo que podría ser un formato bolsillo de verdad: un libro que leer paseando, que dejar crecer dentro de uno mismo mientras se camina con él guardado en el bolsillo, porque cabe; y, por último, porque aunque este libro no sea una montaña (¡claro!) todo lo que contiene son montañas y, sobre todo, pasión y amor hacia ellas. Este libro es Los Alpes en invierno, de Leslie Stephen, traducido por Carlos Jiménez Arribas.

Tengo que reconocer que han acertado en Siruela matizando bajo el título que lo que tenemos delante es un conjunto de «Ensayos sobre el arte de caminar». Principalmente porque no hay contenido en la contracubierta (hay que recurrir a las solapas para saber de qué va el libro, si se quiere/se necesita saber más), pero también porque es posible que solo con el título se confundan unos textos profundamente reflexivos sobre la pasión que mueve al caminante con un simple ensayo sobre los Alpes. Y no lo es. Lo que encontramos aquí son tres ensayos del «apasionado amante del paseo y pionero del alpinismo» Leslie Stephen sobre su visión tanto de las montañas como del caminar. Caminar no como afición o hobby, caminar como forma de vida. Habla Virginia Woolf en el prólogo del papel de su padre dentro de la familia y a lo largo de su infancia. De cómo las historias fueron tan importantes en su crecimiento, al igual que la escritura y el pensamiento por uno mismo. Habla del valor que daba su padre a las relaciones humanas, de cómo le dio la libertad para dedicarse a la escritura o incluso del decaimiento en sus últimos años de vida. Habla de él pero en mi humilde opinión, aunque está claro que su firma es importante, creo que lo mejor es dejarle a hablar a él. A eso vamos.

En este Los Alpes en invierno se recogen tres ensayos: «La puesta de sol desde lo alto del Mont Blanc», «Los Alpes en invierno» y «En alabanza del caminante». En el primero de ellos, el preferido de Leslie Stephen según Virginia Woolf, el inglés deja claro su pensamiento desde el inicio del ensayo: «Sostengo como primer artículo de fe que ninguna cima alpina puede compararse al Mont Blanc en sublimidad y belleza». A partir de esa máxima sin miramientos se exponen durante unas treinta páginas las experiencias de Stephen en tan conocida montaña. Habla de lo bondadoso y lo salvaje del camino, de la atención perenne que se debe tener en la escalada, del conocimiento previo que toda persona debe tener antes de adentrarse en el mundo desconocido, imprevisible y sorprendente que es una montaña. Si todas lo son, si todas pueden enredarte en sus trampas en cuanto bajas la guardia, imagina una de más de 4.800 metros. En el segundo ensayo observamos los Alpes desde distintos prismas: el de las estaciones, épocas, momentos o incluso impresiones personales. Todo siempre con el amor y la admiración de alguien que se declara agnóstico probablemente sin saber que su dios está dentro de las rocas. El tercer y último ensayo es una oda al caminante, un recorrido por todos esos autores que han ejercido ese arte del caminar. Poblado de compatriotas, contemporáneos y autores tanto celebérrimos como menos conocidos, este ensayo sirve como colofón y en parte homenaje a un ejercicio que, para ellos (para mí también), es el resorte del pensamiento. Caminar engrasa la mente, engrana el pensamiento.

Poco más que decir, solo que si alguna vez te has adentrado en el verde y te ha dado al sensación de que aunque volvieras a lo gris es como si te hubieras quedado allí y necesitaras siempre volver, si ves una cima nevada y notas un cosquilleo en los pies como aviso de que quieren pisarla, si en cierto momento de tu vida (quizá ahora mismo) has visto que una montaña puede estar y está más viva que personas de tu entorno; pero sobre todo, si no puedes estar en la montaña aunque es lo que más quieres en este momento, pues lo de siempre: un libro. ¿Cuál? Vale, hay muchos y muy buenos, pero hoy: Los Alpes en invierno, de Leslie Stephen.

Víctor González

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