YA ESTÁS AQUÍ

Siempre nos empeñamos en buscar la felicidad, en luchar día tras día en conseguir aquello que anhelamos y que día tras día vemos como se nos escapa como humo entre los dedos.

Nos levantamos con el firme propósito y con la esperanza que ese día que se despereza será el día. Nuestro día. La jornada en que todo cambie y en la que por fin la suerte y la casualidad se alíen en pos de aquello que llevamos buscando tanto tiempo.

         Pero los días pasan y nada sucede, solo la mordaz rutina aderezada de pequeñas alegrías cotidianas que, aunque aprecias, solo son minucias en relación con aquello que tanto deseas y que se resiste a aparecer en tu vida. Pero la vida, la naturaleza y el destino, caprichosos, parece que cuanto más les presionas más te den de lado y te nieguen tus sueños, y en el momento y hora en que decides dejar de obligarlos a que te bendigan con lo que con tanto ahínco pides, se vuelven generosos y cuando menos te lo esperas, cuando casi habías perdido la esperanza y te habías hecho a la idea de que lo deseabas no se iba a cumplir, la vida, la naturaleza y el destino te sorprenden y por fin llega el día en que tu vida da un giro de ciento ochenta grados.

         Y fruto de una amalgama de casualidades y de la divina providencia, ahora y después de tanto tiempo por fin un pequeño ser crece en mi interior, llenándome a mí y a los que me rodean de una dicha que es mucho mejor que en nuestros mejores sueños.

         Es cierto que un hijo te cambia la vida pero no en el momento en el que nace, sino en el preciso momento en que te enteras que está dentro de ti, creciendo, alimentándose de tu cuerpo y de tu alma, sintiendo al mismo tiempo que tú lo haces y haciéndote ver lo que te rodea de una forma que jamás imaginaste. No es que pases una página de tu vida o comiences otro capítulo de esta, es que directamente cierras el primer tomo del libro de tu existencia para coger otro totalmente nuevo con cientos de páginas en blanco donde cientos de sentimientos y experiencias se escriben a cada momento, con tinta coloreada de ilusión, incertidumbre y algo de miedo.

         Solo llevo unos cuantos capítulos de esta maravillosa historia que estoy redactando junto a mi marido y mi familia, ellos me ayudan a que la pluma no me tiemble por los cambios que estoy sufriendo y que la letra sea firme y legible.

Una aventura que no ha hecho nada más que empezar y que estoy segura que será la más bonita, extraordinaria y sorprendente que viviré jamás.

Por eso solo puedo decir… Continuará.

María de las Nieves Fernández,
autora de "Los ojos del misterio" (Falsaria).
@Marynfc
http://elmundodelosojosdelmisterio.blogspot.com.es/



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