PRÍNCIPE DE UNA PRINCESA DE TINTA


Solemos confundir el amor desconocido con el amor imposible sin saber que el amor imposible no existe, es una gran mentira, otra de las grandes falacias del ser humano. Llamar a un amor "imposible" es una actitud suicida, es una actitud derrotista. Rendirse antes de tiempo, tirar la toalla ante lo desconocido. Ahora entonces ¿qué significa "desconocido"? ¿Extraño? ¿Raro? ¿Algo que no da buenas sensaciones? Para nada. Algo desconocido es una persona u objeto del que no conocemos sus pequeñas características, del que conocemos lo que es muy bueno pero no de sus defectos. Conozco perfectamente esos kilómetros, ese gran obstáculo, el que hace que esta habitación se apague. Estamos a oscuras, pero ese no es ningún problema porque para amar solo se necesita una sola cosa...corazón. Ni tacto, ni vista, ni oído, ni olfato, ni gusto, ¿acaso un ciego no puede amar y ser amado? ¿Acaso un paralítico no puede amar y ser amado? ¿Acaso un sordo no puede amar y ser amado? No importan los obstáculos, no importan los kilómetros, ni las piedras en el camino ni las que nos lancen, solo importamos tú y yo, nada ni nadie más. ¿Fácil? Odio las cosas fáciles, porque para estar donde estoy nadie me regaló nada y si piensas que me voy a cansar, si piensas por un instante que tiraré la toalla...en ese mismo momento abre la puerta de tu casa y ven a recibirme. Ni fácil ni sencillo, nada de eso, lo quiero imposible, lo quiero arriesgado, lo quiero todo en contra, no quiero que nos regalen nada, que nadie nos ayude. No se trata de sufrir por amor, se trata de darnos cuenta de que esto es entre tú y yo, nadie más. Se trata de que el amor actúe, que no actúe la rutina, la comodidad, el relajarse en una relación, el perder las buenas costumbres, perder el luchar. Porque cuantas más barreras nos encontremos más lucharemos, porque esto no será una llama de amor normal y corriente, no, esto será una hoguera, una hoguera tan alta como nuestros sueños, tan brillantes como tus ojos al verme, tan dulces como el despertar contigo, tan increíble como el hecho de haber saltado todas las barreras, haber destruido la rutina. Es tarde para escribir, estoy cansado, pero mi cabeza no para de descifrarte, no para de crear un prototipo, lo más parecido a esa persona que aparece en mis sueños. Cada segundo aparece una figura distinta, ni mi cabeza, aquella que organiza mis sueños, aquella que introduce y elimina personas de ellos, aquella que se inventa tantas historias...parece ser que esta vez se le ha colado alguien, sueño tras sueño. Esta noche bésame, y entre susurros descíframe tu nombre, quítate esa máscara, arráncame la piel, déjame ciego, pero permíteme mirarte un segundo de mi vida. Esta noche pediré a mi mente que me deje ser yo el que controle la historia, esta noche espérame, allí en esa plaza donde en todos los sueños desapareces. Agárrame fuerte, porque la hora del despertar quiero verte a mi lado, que la única luz que vea sea el brillo en tus ojos. Es peligroso sacar a personas de los sueños y más si son desconocidas, pero tanto debes conocerme como para colarte en mis sueños ¿no?...Acabó el sueño pero no estabas, desperté y solo encontré el frío colchón. Fue tan real, que aún notaba tus manos frías en mi espalda. Eres producto de mi imaginación, ni siquiera existes, no tienes cara, eres una princesa de las de antes, una persona que en el mundo de hoy es improbable, no imposible, improbable. 

Pasó el tiempo y seguía escribiendo acerca de ella, buscándola, pero para mi sorpresa, aquello a lo que escribía no era una princesa, no era una persona. Se hace llamar "inspiración" aunque en los sueños de los mortales aparezca con millones de nombres. Porque la buscamos sin cesar, porque nos enseña que no existen los imposibles, que con inspiración no hay nada que se te resista, eres capaz de todo, es algo que tu cabeza no puede controlar. La mente tiene una historia para cada noche, pero la inspiración actúa para darle fantasía, para darle locura, sentimiento, improbabilidades y descontrol. Por eso los sueños son así, llenos de irregularidades, desenfocados. Más allá de los sueños creo que existe una persona así, no sé dónde, ni sé cuándo, ni sé quién, pero sé que está ahí, que esa persona de mis sueños tal vez sea real, aquella a la que escribo tal vez tenga rostro y un nombre. Porque en sueños soy un príncipe y en vida escribo a una princesa de tinta.

Borja Soto.

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