Gordo de feria es la novela que protagoniza un egocéntrico humorista llamado Castor. Castor tiene todo lo que aparentemente podría pedir, tiene dinero porque le tocó la lotería y tiene fama gracias a su trabajo de humorista, pero sin embargo no es feliz, no le encuentra ningún sentido a la vida. Es por ello que cuando un día le devuelven la cartera de un tal Julio por confusión, se le ilumina la mente.
Julio es un camarero que lleva una vida tranquila, y físicamente es igual que Castor. El humorista quiere aprovechar esta coincidencia para usar a su doble para que le sustituya en aquellas situaciones que a él no le apetece estar, como ir a fiestas e incluso ser el actor principal de una comedia que él mismo ha organizado.
Debido a su comportamiento egocéntrico, no escucha en ningún momento lo que piensa Julio ni lo que le quiere contar, es por ello que le sorprenden una serie de acontecimientos que no alcanza a comprender. Entre las novedades que aparecen en su vida, nos encontramos con una mujer china que le persigue y le agrede sin motivo aparente. Y a partir de ahí empiezan a suceder secuestros, desapariciones, estafas y casi un homicidio.
Es un libro que quise leer tan pronto lo vi recomendado por una de mis escritoras favoritas, Marta Sanz, y una vez más, sus recomendaciones son oro. Es una novela rápida y clara, que se lee en una tarde porque es muy ligera y te atrapa desde las primeras páginas, quitándole un poco de peso a los problemas cotidianos, y que muestra el estilo tan propio y original de la autora, Esther García Llovet.
Me ha gustado el toque de humor ácido y el lenguaje tan claro y limpio en el que está escrito, la forma en que la crítica a la sociedad individualista y egoísta está en todo momento presente a través de los comportamientos del protagonista y de las personas que le rodean.
Laia Vaquerizo
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