Nos aferramos a la entrada del año nuevo, al día uno, al próximo lunes, al comienzo del mes o de una nueva estación para resetear nuestras vidas como si fueran el sistema operativo de un ordenador, sin saber que lo pasado seguirá condicionando el presente mientras organizamos el futuro.
Somos esclavos de un tiempo que no nos pertenece, del que no tenemos el control, al que ni siquiera podemos tocar, aunque sí medir pero de una manera fugaz y subjetiva.
Nos aferramos a que cuando una nueva época comienza, cuando abrimos nuestra nueva agenda o ponemos un nuevo calendario todo cambiará.
No.
Los que debemos cambiar somos nosotros y da igual que sea día uno a las doce de la noche que día siete a las cuatro y media de la tarde.
Piensa que quieres cambiar y ponte a ello ahora. Da igual la fecha, la hora… Solo importan tus ganas, tu fuerza, tu motivación.
Márcate una meta, un objetivo – realista - , y comienza a pensar como lo llevarás a cabo.
Puedes hacerlo, puedes hacer todo lo que te propongas.
Nadie puede (ni debe) decirte que no eres capaz de esto o de lo otro. Aunque todos tenemos limitaciones, la tuya puede ser el cielo.
Olvídate de la hora, de la fecha, del lugar…
¡Hazlo! ¡No pienses! ¡Hazlo!
María Nieves Fernández.
@Marynfc
2 comentarios:
Buenas palabras. Que llegan en el momento justo. Yo apuesto por el cambio. No sabía el cuándo y gracias a ti sé que es ahora. Ahora o nunca. Como se suele decir. Un beso.
Muchas gracias Annabel. Me alegra mucho que este texto te haya inspirado y ayudado. Un beso.
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