Ayer encontré una fotografía tuya. Bueno, mejor dicho de los dos. No éramos de hacernos fotos, decíamos que lo nuestro era tan efímero y auténtico que ni un objetivo sería capaz de captarlo. Por eso, esa foto era tan especial. Al verla, me invadió un sentimiento de nostalgia que me transportó a ese lugar donde solíamos ser felices. Y recordé tu cuerpo sobre el mío y tus besos; tus mil y un besos y tus ganas de mi. Supongo que hay cosas que no se olvidan, que nunca se resuelven y sin duda, tú siempre fuiste mi acertijo sin solución.
Blanca de Paco.
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