Nos enseña Calderón de la Barca en La vida es sueño que la vida no es más que una sucesión de hipérboles dentro de una gran hipérbole de la nada. Esta mentalidad, cúmulo de muchas filosofías que el autor saboreó mediante libros procedentes de los más recónditos rincones del planeta, ha ido goteando, muchas veces de manera inconsciente, sobre las plumas de nuestros autores contemporáneos. Y un claro ejemplo es Elvira Sastre.
Con un apellido que encaja a la perfección en su arte con las palabras, Elvira es capaz de definir la vida que ha sido vista desde abajo. Solo aquellos autores que han probado el sabor de la caída, que han pisado el fondo (que es donde se esconde la poesía), pueden ofrecer una mirada cercana a lo real del sentido de este caminar con tropiezos que es nuestro día a día.
Elvira Sastre sabe tocar como nadie mediante versos el tema del amor, o del desamor, teniendo en cuenta que no hay uno sin el otro. Este mundo de contrapuestos, de claroscuros, es el fuerte en la poeta segoviana. Quien lea Baluarte se acordará de García Montero, el maestro de una generación de poetas que cuentan la vida tras la vuelta de un fondo en el que todos caemos y pocos se atreven a volver a mirar, a comprender y a aprender de él para no tener que volver a degustarlo. Ellos saben lo que hay abajo y deciden transmitirlo de la forma más bella que existe, la que lleva a cabo la poesía.
Tras leer Baluarte queda en la mente del lector que el sentido de estos nuevos poetas no es otro que dar cuerda a un amor que a veces se rompe, cae y tropieza, pero que mediante versos como los de Elvira Sastre es capaz de remontar, levantarse y seguir caminando. El amor no es más que todo en esta vida. Todo puede ser arreglado con un poco de amor y todo puede estropearse si no se le encuentra. Y para ello están los poetas, para ello está Elvira Sastre; para hacernos ver que hay algunos elegidos que ya han recorrido el camino, que ya están de vuelta, que han pasado lo mejor y lo peor mucho antes de que todos nosotros empezáramos a entender la palabra, que ya han regresado a casa tras un viaje lleno de sol y de tormentas, del frío invierno y el calor estival, que se han bañado en el azul turquesa de mares encontrados en miradas y han sido golpeados por la crudeza de tempestades egoístas, egocéntricas y salvajes. Solo a ellos podemos llamarles poetas, solo ellos pueden darnos alguna lección en la vida.
Y eso es Baluarte, una grandísima y hermosa lección.
«La vida es para quien se conforma. La poesía, para quien sueña y desea…y no tiene miedo de contarlo». Elvira Sastre.
Víctor G. (@chitor5)
COMPRAR LIBRO:
COMPRAR LIBRO:
0 comentarios:
Publicar un comentario