UNA ENTREVISTA CON LA MUERTE


Buenas noches, hace unas semanas uno de nuestros compañeros tuvo el placer de entrevistar a uno de los personajes más esquivos que conocemos y, aunque nos costó, logramos por fin hablar con Dios y conocer algo más de este desconcertante personaje. Pues bien, hoy tenemos a otra figura que es casi imposible de comprender y mucho menos hablar con ella, pero después de mucho indagar y casi suplicar, la tenemos sentada a nuestro lado.

Periodista: Buenas noches, Señora Muerte o… Señorita… ¿Cómo prefiere que la llame?

Muerte: Muerte a secas está bien.

P: De acuerdo, pues Muerte entonces. Lo primero que me gustaría preguntarle es: ¿por qué Dios dijo en la entrevista que le concedió a nuestro compañero que usted no existía?

M: Porque es la verdad. No existo. Lo que ves ahora mismo es solo producto de su imaginación, yo solo soy un estado o una transición de su existencia, nada más.

P: Entiendo… ¿Y a qué se debe que los humanos la hayamos imaginado así, vestida de negro y con una guadaña?

M: Es muy sencillo, querido amigo, porque me tienen miedo. De hecho, los humanos temen todo aquello que desconocen y si es algo que consideran malo o pernicioso para ustedes lo tildan de siniestro, oscuro, feo… Por suerte, ya estoy acostumbrada.

P: Con todo el respeto, Muerte, para nosotros no es nada agradable que se lleve a nuestros seres queridos de las maneras que se los lleva algunas veces.

M: Lo sé, lo sé pero es un trabajo y alguien tiene que hacerlo. Mire, para mí tampoco es agradable arrancar del seno familiar a madres, padres, hijos y hermanos pero es lo que hay, yo solo soy una intermediaria.

P: ¿Intermediaria? ¿A qué se refiere exactamente?

M: No se me permite contar todos los detalles, eso sería como si Dios les hubiera desvelado el secreto de la vida, solo le diré que yo sigo órdenes, nada más.

P: O sea, ¿Que usted no elige a sus víctimas?

M: No, por favor, eso me resultaría imposible. A mí me dicen cada día a por quién tengo ir y a quién debo dar un pequeño toque de atención. Comprendo que debe ser duro para ustedes el que yo aparezca y me lleve a sus seres queridos, conozco mi fama y la asumo, pero si supieran lo que hay después…

P: Creo que ahí radica el problema, que desconocemos tanto sobre usted, que como bien ha dicho antes por eso la tememos. Todo sería más sencillo si nos contara qué sucede con nosotros cuando usted se nos lleva, ¿no cree?

M: (Carcajadas) ¡Anda y no me tire de la lengua! Lo siento pero no puedo decir nada, solo que si yo no existiera, tenga por seguro que a la humanidad le iría muchísimo peor de lo que ya le va.

P: No me va revelar nada entonces sobre la vida después de la muerte, ¿no?

M: ¿Ve? ¡Es que están errados en todo! Ni hay vida ni muerte, todo forma parte de un continuo, de cambios de estado y de poco más y hasta que no comprendan eso seguirán temiendo todo lo que este fuera de su conocimiento.

P: Es complicado…

M: Lo sé, los humanos muchas veces no dan para más, sin ánimo de ofender.

P: Supongo que aún nos queda mucho por aprender. Bueno, Muerte, por desgracia se nos acaba el tiempo de la entrevista. ¿Le gustaría añadir algo más?

M: Solo que “vivan” cada día como si fuera el último. Nunca se sabe cuándo puedo ir a buscarles (guiño de ojo).

P: Vaya, un consejo muy… importante. Gracias, Muerte.

M: Gracias a ustedes y que disfruten de lo que les queda de “vida”.

María de las Nieves Fernández,
autora de "Los ojos del misterio".
@Marynfc
Los mundos de Nieves.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;