Enseguida que comienzas a leer Departamento de Especulaciones, sabes que no se va a pareceR a ningún libro que hayas leído jamás y que seguramente no vayas a olvidar. De esos libros que quedan en la mente, de los que te dejan un buen sabor de boca.
La estructura está basada en sesgos, en momentos de la vida, en párrafos sin aparente conexión, ideas dispersas en las que según avanza la lectura lo ilógico se vuelve lógico y la anormal forma de narración se convierte en belleza y claridad. Es difícil resumir el argumento sin desvelar algo de lo que pasa, no tiene una estructura típica o convencional, y es precisamente esto, una manera tan diferente de narrar, tan íntima y personal, lo que te engancha y te enamora de la obra. En un momento de crisis y dificultades en una pareja, la esposa hace memoria y trata de reflexionar sobre lo que ha pasado, por qué ha pasado, o simplemente recuerda.
“Los recuerdos son microscópicos”. Esta frase de la primera página es toda una declaración de intenciones, pues en eso se basa la novela. En recuerdos microscópicos, que nos van contando una gran historia de amor, pero también nos habla de la maternidad, de la amistad, y de las aspiraciones vitales. Desde recuerdos vuelve al momento anterior a cómo se conocieron, a cómo se enamoraron, al nacimiento de su hija, a los momentos difíciles, a conversaciones con amigos o con su hermana, a las crisis…. A todas las historias dentro de una gran historia de amor. Pero no una historia con grandes momentos significativos, sino a una historia de amor cotidiana. Como puede ser la tuya o la mía. Y eso es lo que lo hace tan bello. Es real. Ha conseguido dotar de belleza algo cotidiano.
Y es que la autora, ha resumido un día, un mes o años en un solo recuerdo. En el recuerdo de una emoción. Elimina lo banal y rutinario que pasa a nuestro alrededor, no describe la escena ni los personajes, no cuenta cómo es un día de trabajo. No encuentras: «ella se acercó a la cafetera e hizo café para los dos, luego suavemente acarició su mano y le dijo:….» No, no es la forma en que está narrado este libro. Solo da los datos necesarios y sintetiza todo en una sola idea llena de sentimientos y emociones. Queda lo verdaderamente importante. Pensamientos no pronunciados en voz alta, demasiados sinceros, íntimos. Queda lo que recuerdas. El dolor, la angustia, las renuncias, el amor, las dudas.
De hecho hace un ejercicio tan grande de síntesis que los personajes no tienen nombre propio. Son la esposa, el marido, la hija, la hermana, el exnovio, el filósofo.
Y entre esos recuerdos encontramos citas de autores, proverbios, datos curiosos, trozos de conversaciones, preguntas.
La verdad es que me ha encantado, y sin dudar recomiendo su lectura. Por diferente y especial. Por ser sencilla y real, irónica y dulce. Porque te identificarás con situaciones, con dolores y alegrías, y te reconocerás en actos y emociones vividas.
Jenny Offill, 1968, Massachusetts, es novelista y profesora de escritura en Brooklyn College, la universidad de Queens, la universidad de Columbia. Tiene dos obras publicadas Last things (1999) y Departamento de especulaciones (2014), la cual ha sido finalista del premio Pen Faulkner y del premio Folio. Ha sido catalogado como uno de los libros del año, por The New York Times o The Boston Globe, convirtiéndose en un éxito de ventas en Estados Unidos.
Ángeles Martín.
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