Cuando te dicen que podrías haberte vestido mejor, y tú ya te habías vestido mejor; el tener que buscar el otro zapato; cuando una bella desconocida te coge la mano en el avión y te das cuenta de que no se trata de un juego de seducción, sino de que solo tiene miedo; cuando el perro de tus amigos ladra solo cuando llegas tú; cuando te dan el cambio en céntimos… estos son, para Francesco Piccolo, algunos de los Momentos de inadvertida infelicidad.
En este compendio de relatos breves y nano-relatos Piccolo es capaz de transportarnos a una infinitud de instantes de la vida cotidiana que producen, de algún modo, como bien reza el título de la obra, cierta infelicidad. Sin embargo, paradójicamente, la lectura de esta nueva obra del autor italiano imprime una sonrisa permanente en el lector. El tono alegre y desenfadado con el que el escritor nos acerca a esa cotidianidad y la aparente espontaneidad en sus relatos nos invita a un “quiero más” que nos lleva, en todo caso, a ese no poder dejar de leer.
Franccesco Piccolo nos seduce con su lenguaje sencillo, se hace cercano al lector, al que trata como a un amigo íntimo al que confiesa sus inquietudes, sus infelicidades. El lector, en multitud de ocasiones, lanza una mirada cómplice a las palabras del autor, pues es fácil que se sienta identificado con un gran número de esos momentos y sienta algunas historias como propias.
Momentos de inadvertida infelicidad se presenta como una especie de segunda parte de el exitoso Momentos de inadvertida felicidad, que llegó a vender 260.000 ejemplares solo en Italia. Ambos libros nos exhortan a volver la mirada a lo pequeño, a lo que parece pasar inadvertido y que, sin embargo, es lo que acaba dotando de sentido nuestras vidas. A partir de la lectura de estas páginas los pensamientos van sobrevolando la mente del lector, que va empapándose de cada una de las historias y, casi sin quererlo, se ve abocado a hacer una especie de revisión de muchos de los momentos de su vida que, de algún modo, han acabado por ser especialmente significativos.
Finalmente, se puede desprender de todos estos microrrelatos que el humor es realmente importante a la hora de afrontar ciertos momentos en la vida, y que la risa es un buen instrumento para empapelar todo aquello que nos amarga y hacerlo pequeño, incluso hasta hacerlo desaparecer.
Sara C. Labrada
@kosmonautaa
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