Somos un cúmulo de pensamientos. Estamos compuestos de ideas. Sin eso, sin cada pequeña cosa que nos pasa por la cabeza, que nos circula por la mente; no seríamos nada.
Las personas con las que tratamos, aunque nos las lleguemos a conocer; imprimen en nosotros sus propias huellas. Algunas muy grandes; otras, pequeñas, diminutas, que el tiempo se encarga de borrar, a veces. Pero aun así todas estas acciones, estos hechos que a nuestros ojos pueden parecer insignificantes, nos modifican, nos cambian, haciendo que lleguemos a preguntarnos quién somos, por qué estamos aquí. Y es que, ¿por qué el universo nos puso en su camino? ¿Qué quiere exactamente de nosotros? ¿Debemos esperar algo de esta vida, a parte de pasar por ella sin pena ni gloria?
Opino que sí, que tenemos derecho a cambiar el mundo, aunque solo sea una pizca, un toque de nosotros. Porque el mundo tiene todo el derecho de cambiarnos a nosotros.
Mónica López.
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