RECORDARTE ES DE VALIENTES




Hoy me he puesto a recordarte 
y he recordado que nuestras tardes eran verdes.
He cerrado los ojos y he recordado el Sol y la maleza
y otras tantas ropas que nos vestían al cogernos de la mano.

Hoy me he puesto a recordarte
y he recordado que las tardes de hoy son para cobardes.
Aquí y ahora no aparecen esos ojos que bajo el Sol caminaban
entre hojas ya escritas de un te quiero o desespero.

Aquí y ahora todo es diferente si abro los ojos.
El día es algo más gris y no tiene mano
a la que unirse con resina de sonrisa.
Por no tener no tiene ni gestos.
Aquí y ahora no hay señales que muestren
el camino de aquellas tardes verdes.

Hoy me he puesto a recordarte y he recordado cómo eras.
Te sentaba tan bien aquel Sol de tarde
mientras juntos aprobábamos lo que había que aprobar,
que en el fondo no era mucho...
Quizá algún día lluvioso en los que el verde no aparecía
o quizá alguna caricia a destiempo.

He recordado que me gustaba llamar a cada palabra
con su nombre. Por ejemplo a tus ojos verdes
a los que llamaba amor. Y los llamaba sin remedio
como un rescate en medio de un océano.
Nuestro mar de Sol y tardes verdes.
Eso eras tú en mi recuerdo.

Hoy me he puesto a recordarte y he recordado que ha pasado el tiempo.
El verde se ha hecho gris y las hojas no recuerdan...
Y yo estoy sólo y sin ropa y mi mano está aún más sola.
Hoy me he puesto a recordarte y un recuerdo soleado
me ha cegado en tus ojos, que son tan verdes que es verdad
que recordarte es de valientes.


D.A.C.

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