GEMMA LIENAS


Con más de 80 libros a sus espaldas, Gemma Lienas ha utilizado siempre la literatura para hablar de temas que afectan a los jóvenes, como pueden ser las drogas, la bulimia bulimia, el sexo

Gracias al tono que usa, cercano al lector adolescente, Lienas ayuda con sus historias a resolver problemas del día a día de muchos chicos y chicas.
Ahora, la escritora aborda en El rastro brillante del caracol una problemática creciente derivada de la era tecnológica: el ciberbulliyng y el acoso en internet, un espacio donde muchas veces los menores de edad están absolutamente expuestos y desprotegidos.

La autora ha aceptado respondernos a unas preguntas con motivo de la publicación de su nueva obra: El rastro brillante del caracol

Víctor G: En primer lugar: ¿cómo venderías tu nueva novela a aquellos dubitativos de adquirirla?

Gemma Lienas: Es una novela con estructura de thriller que trata temas como las consecuencias de ser diferente, el ciberbullying, la pederastia y el amor entre opuestos. Si alguno de estos temas te llama la atención y quieres pasar un buen rato, te recomiendo El rastro brillante del caracol.

VG: ¿Crees que Internet puede llegar a ser un inconveniente en el desarrollo de los jóvenes? ¿Qué riesgos puede encontrar un joven en la red?

GL: Los riesgos son los mismos que en la calle pero los asaltantes están cómodamente sentados en sus casas, protegidos por el anonimato que da la red. El cyberbullying no es más que el bullying llevado a internet (es decir, a tu casa, a tu habitación, a un lugar más íntimo). La pederastia en la red es otro tema preocupante, la adicción a la pornografía es cada vez más frecuente y, la búsqueda de aumentar la dosis y encontrar algo más fuerte, a veces lleva a gente que nunca se ha interesado por esos temas hacia la pornografía infantil. Eso aumenta la “demanda” y, por lo tanto, los abusos.

VG: Hace un tiempo charlábamos con José Sanclemente por su tercera novela Esta es tu vida, en la cual trata el tema de Internet y la redes sociales y la cantidad de datos que dejamos en estas. Ahora te vemos a ti con el mismo tema pero centrado en los jóvenes. ¿Cómo crees que esto puede afectarles a la larga? ¿Qué le dirías a todos aquellos padres desconocedores de todo ello?

GL: No creo que a la larga sea correcto o eficaz alejar a un niño o una niña de la red. No estoy de acuerdo con los padres que les vetan el acceso a internet a sus hijos porque el mundo está ahí y no va a desaparecer porque le des la espalda. Creo que lo más importante es la educación, saber qué hacemos y por qué lo hacemos y enseñarles desde muy pequeños los riesgos y las normas de educación que deben aplicarse también a la red. Al igual que les educamos para que no salten un semáforo en rojo, debemos hacerlo para que no den sus datos personales por internet. Y lo mismo en el caso contrario, no insultarás a alguien en calle y, por lo tanto, tampoco lo harás en la red. Lo triste es que no sea así y muchas veces los adultos sean el peor ejemplo.

VG: Has escrito para todas las franjas de edad posibles: desde cuentos infantiles hasta novelas de adultos, ¿cuál dirías que es tu género predilecto? ¿Cómo se vive dentro de esa dualidad?

GL: Me siento cómoda escribiendo tanto para adultos como para jóvenes y niños. Cuando escribo, me pongo en la piel de los personajes que viven en la novela, que son más o menos de la misma edad que los que la leen.

VG: Sabemos de tu gran aportación a la Literatura con más de 80 libros a tus espaldas. Entre ellos, algunos con títulos tan llamativos como Quiero ser puta o Rebeldes, ni putas ni sumisas. ¿A qué se deben estos títulos tan provocativos: marketing o reivindicación expresiva?

GL: Tienen que ver con mi faceta más reivindicativa, la feminista, y hablan de los derechos de las mujeres. El primero de ellos es un alegato en contra de la regulación de la prostitución porque es una manera de esclavizar a las mujeres que tiene el patriarcado y el segundo es una selección de artículos publicados en prensa.

VG: Conocemos tu faceta de activista a favor del feminismo, ¿crees que te pudo llevar a ello estar rodeada de mujeres (hermanas, madre y abuela) en tu infancia?

GL: No, me llevaron a ello todas las actitudes que observaba a mi alrededor que ya desde que era una niña me parecían injustas y discriminatorias para las mujeres. Vi que muchas mujeres capaces habían tenido que dejar de trabajar porque el estado les daba una recompensa si se quedaban en casa. Veía que los hombres eran mayores de edad antes que las mujeres. Y no lo entendía.

VG: Muchos somos los que recordamos al ver tu narrativa para adultos a la reivindicativa Simone de Beauvoir. Esta escribió en su momento una frase que levantó muchas ampollas en la que podría ser su mejor obra, El segundo sexo: “Existen dos tipos de personas en el mundo, los seres humanos y las mujeres. Y cuando las mujeres tratan de comportarse como seres humanos se les acusa de intentar ser hombres.” ¿Cómo ves el papel de la mujer en nuestra sociedad? ¿Es una utopía el concepto de igualdad?

GL: La situación ha mejorado mucho pero todavía queda muchísimo por hacer. No hace falta irse al pasado para ver que las mujeres siguen siendo las más pobres del planeta, la mayoría de las personas analfabetas son mujeres y temas como la ablación o los matrimonios forzosos están al orden del día. En nuestro entorno no se ha superado la brecha de la diferencia salarial, las mujeres siguen llevando el peso más importante en la casa y la crianza de los hijos, los consejos de administración y los puestos de responsabilidad siguen siendo monopolizados por hombres y podría seguir así toda la tarde… La conclusión es que queda mucho por hacer.

VG: Has dicho en alguna ocasión que “la mía es, según como se mire, una vida o diversas vidas”. ¿Qué expresan estas palabras? ¿Cuál es su significado?

GL: Antes una vida era una vida más fija. Siempre en el mismo trabajo, siempre con la misma persona en la misma ciudad… La mía ha sido distinta porque ahora las vidas son así, trabajos distintos, ciudades distintas y parejas distintas.

VG: Actualmente la industria literaria está viviendo unos años complicados, y desde Libres de Lectura hemos tenido la ocasión de poder conocer las opiniones de aquellos que no tienen una editorial en la cual respaldarse. ¿Cómo se vive desde la perspectiva de alguien como tú que tiene a un gigante como Planeta detrás?

GL: No es muy alentadora. Por diversos factores, entre ellos la crisis económica y la opción de descargar los libros gratuitamente, las cifras de venta han bajado muchísimos y personas que hace tres o cuatro años podíamos vivir de los libros que escribíamos ahora ya no podemos hacerlo. No es un buen momento para el libro.

VG: Por último, ¿Cómo ves el futuro de la Literatura? ¿Crees que la autoedición va a ser el nuevo disfraz? ¿Piensas que el formato digital va a desbancar al papel?

GL: Creo que la autoedición siempre ha existido pero internet ahora la hace más accesible para el público. Pese a todo, autoeditarte no te pone las cosas más fáciles, si es difícil que la gente te conozca y te lea con una editorial detrás que apuesta por ti, imagino que debe serlo todavía más en el mundo de la autoedición en el que tú tienes que hacerlo todo. Por otro lado, no creo que el libro electrónico vaya a desbancar al de papel, pueden coexistir, más bien pienso que cada uno se especializará de algún modo. ¡Lo veremos de aquí a unos años!

LIBREGUNTAS:

Libro de papel o electrónico: de papel.

Narrativa o poesía: narrativa.

Un libro: El asesino ciego, Margaret Atwood.

Un poema: cualquiera de Maria-Mercè Marçal.

Un autor: Joyce Carol Oates.

Un personaje: Jane Eyre.

Una cita: la que abre El rastro brillante del caracol de Siri Hustvedt.


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