Con un amabilísimo recibimiento por parte de Isabel Santos de Grupo Planeta en el majestuoso hotel Casa Fuster de Barcelona y tras pocos minutos de espera, teníamos finalmente sentada ante nosotros a la finalista del Premio Planeta 2014, el segundo premio más importante de las letras españolas, Pilar Eyre.
Un brillo especial en los ojos de aquella persona que ha tenido que superar penurias (como la terrible enfermedad que sufrió de pequeña) a fuerza de pasión y corazón fue lo primero que nos embelesó ante tan jovial y risueña periodista.
A continuación podréis leer la entrevista que pudimos realizar a la autora barcelonesa por su obra ‘Mi color favorito es verte’, una novela que habla de esas oportunidades tardías pero siempre imperantes, de un amor adulto rebosante de pasión, de la experiencia amorosa de la propia Pilar Eyre que, como Romeo y Julieta, pasó tres intensas noches con un hombre del que poco pudo saber nunca más.
Víctor González: En primer lugar, enhorabuena por el merecido premio. Para aquellos que no conozcan tu obra, ¿qué les dirías de ella a los indecisos de comprarla?
Pilar Eyre: Vaya, esto es una gran inmodestia porque tener que hablar bien del libro de uno mismo da un poco de vergüenza (risas). Pero bueno, es un libro que explica una experiencia muy íntima. Cuando lo escribí pensaba que solo me atañía a mí y luego mucha gente me ha dicho que a ellos les ha pasado lo mismo: jóvenes, mayores, mujeres, hombres, etc. Vas a sentir reflejada una gran pasión y creo que, o todos hemos vivido alguna vez una gran pasión, o queremos vivirla. Al mismo tiempo pienso que aunque es un libro melancólico en sus líneas generales, es también esperanzador y para muchos ha sido como un chute de vida.
Mira, una cosa que solo sabréis vosotros porque me ocurrió ayer en el Corte Inglés firmando. Me vino una chica de unos 33 o 34 años y me dijo que les dedicara el libro a la ‘pilaritas’. Yo pregunté qué era eso de las ‘pilaritas’ y ella me comentó que era todo un grupo de amigas que habían leído colectivamente mi libro y se identificaban tanto conmigo que se pusieron ese nombre. Me hizo una ilusión increíble.
VG: Hemos conocido que el origen del título viene de un dibujo en una pared que viste en Llafranc, y que están buscando al autor del dibujo ya que este se borró horas después de que lo vieras. ¿Se ha encontrado ya al artífice de la frase?
PE: (Pilar coge su móvil y nos enseña la foto de la pared en su móvil personal). Sí, me han contado que el alcalde de Palafrugell, de donde depende Llafranc, está haciendo como una encuesta informal entre los vecinos a ver quién ha puesto esta pintada, no para multarle sino para darle las gracias. Pero aún no sabemos nada.
VG: Decías hace unos días que le pudiste entregar un ejemplar dedicado a la reina Letizia donde ponía “el color favorito de los españoles es Letizia”. ¿Te ha llegado ya alguna respuesta de la Casa Real?
PE: ¿Por qué dije eso Dios mío…? Es muy cursi. Sí, nos ha contestado. Ayer nos llegó tanto a Jorge como a mí una carta muy protocolaria de Zarzuela pero en la que he podido encontrar una línea muy personal que demuestra que Letizia ha leído el libro. La verdad es que con esta veleidad de carácter que me caracteriza ya me he vuelto monárquica para siempre (risas).
VG: La obra sale de una experiencia personal que tuviste hace cosa de año y medio con un reportero francés. ¿Qué se siente al saber que tanta gente va a poder leer los sentimientos que te invadían en el momento de escribirla?
PE: Es curioso porque en vez de que me dé vergüenza que el libro esté en la calle por los lectores en general, que también me da, es más por las personas concretas: por la señora que me vende el pan, el vecino del piso de abajo, mis consuegros, la novia de mi hijo, etc. Esto es lo que me da realmente vergüenza. Cuando me encuentre realmente con ellos bajaré la mirada porque es como si estuviese desnuda, como esos sueños recurrentes en los que vas desnuda por la calle y la gente te señala.
Lo cierto es que los lectores hasta ahora solo me han dicho cosas bonitas, se sienten muy identificados conmigo y con mis sensaciones. Tenía prevención antes de que saliera el libro ya que no sabía cómo iba a reaccionar la gente a pesar de que tiene el segundo premio más importante de las letras españolas. Pero ahora estoy realmente contenta, se está leyendo mucho, está en las listas de los más vendidos, y la verdad es que estoy emocionada, muy agradecida y satisfecha.
VG: Mucho se ha dicho a lo largo de los años de que las mejores historias son resultado de las más fuertes tragedias. Tú lo ejemplificas con ese momento en que tu hijo te dice que todo lo que te ha hecho sufrir ese hombre te va a servir para escribir esta novela. ¿Crees que es posible escribir algo bueno sin desazón? ¿Existe una escritura que, en el fondo, no sea terapéutica?
PE: Vaya, me copiaré esa frase… Bueno, se puede decir que yo estaba enferma de amor, me llegué a poner enferma de verdad: se me caía el pelo, se me rompían las uñas, se me movían las muelas, tenía muchos ataques de asma, etc. Mi hijo, con el que convivo, me llegó a decir un día que me veía mal, me cuestionó que no hiciera nada, que no contestara a las llamadas del periódico, que no cumpliera con los compromisos editoriales. Yo le conté todo lo que me había pasado y después de preguntarme si me lo había inventado (risas) me animó a aprovechar esa historia buenísima, sentarme y escribirla en una novela.
Al escribirla había momentos de desesperación ya que estaba reviviendo los momentos felices de nuestra relación. Había momentos en que llegué a cantar y bailar recordando, pero otros en los que tiraba el ratón al suelo, daba golpes y me preguntaba siempre por qué me había tenido que pasar a mí todo esto. Entonces venía siempre mi hijo y me contestaba que para escribir un libro.
VG: Tu libro habla de las siempre posibles segundas oportunidades. Del amor sin edad. ¿Puede ser que esa pasión que defiendes en la obra y que sale de ti misma haya sido influida por la figura de un padre tan pasional y mujeriego?
PE: Segundas, décimas y hasta veinteavas (risas). Hombre, yo creo que me anima el espíritu de mi padre. Él era una persona absolutamente vital que a los 94 años todavía le decía piropos a las enfermeras del hospital. Yo también soy una persona a la que le gusta mucho vivir. He estado muy enferma, hasta el punto de que el médico le dijo a mis padres que lo único que me podía mantener con vida era la pasión de vivir. Fue una enfermedad muy dura, una tuberculosis. Y desde ese momento creo que esta pasión de vivir es lo que me caracteriza, para bien o para mal. Soy muy apasionada, me sobresalto, me hundo, vibro con los problemas de mis amigos como si fueran míos, he dado el ‘coñazo’ con la historia de Sebastián a todo el orbe,… Así que sí, podríamos decir que lo he heredado de mi padre.
VG: Muchos críticos tildan tu obra como un chute de optimismo. Y es bien sabido que ese optimismo también te lo ha dado a ti el hecho de escribirla. ¿Es una obra pensada para el lector o más bien para poder extraer todo aquello que la autora sentía dentro?
PE: Claramente lo segundo que dices. Yo he escrito veinte libros y tengo la suerte de tener bastantes lectores. Y siempre pienso en mi lector. Pero este libro es totalmente egoísta, yo contaba mis cosas al ordenador, todo lo que me salía de dentro. Teniendo en cuenta que hay mucho trabajo detrás de él. Parece que está escrito de una forma fresca y espontánea pero luego hay mucha corrección y trabajo de reelaboración del texto. Aún así, lo que es la historia tengo que reconocer que me salía sola de los dedos. Fue después, cuando lo consensué con mi hijo, cuando vi que era una historia potente; y con ello no solo me decidí a publicarla sino a presentarla a este premio.
También debo reconocer que al escribirla yo no pensaba que me provocara un efecto terapéutico, yo escribía porque me salía. Pero ahora la gente se me acerca y muchos están encantados de ver que todavía tenemos oportunidad, con más de 60 años, de volver a entusiasmarnos, enamorarnos y que nos amen, que es muy importante.
VG: Decían los humanistas que para perfeccionarse en las letras, y de esta manera poder entrar en lo que denominaron la República de las Letras, lo primordial es empezar escribiendo sobre otras obras o personas. Y tú que lo has hecho con distintas biografías como Franco confidencial o La soledad de la reina: Sofia, una vida, ¿crees que ello te ha ayudado a elaborar esta obra de tanto éxito?
PE: Mira que hemos hecho centenares de entrevistas y en ninguna me he encontrado con una pregunta tan buena. La verdad es que nunca lo había pensado pero te podría decir que seguramente sí que me ha servido para perfeccionar la pluma el haber hecho tantas biografías y el haber leído el alma de las personas. Yo me he metido en las vidas ajenas de todas las formas posibles y en este libro el trabajo ha sido completamente distinto. No he tenido que investigar ni recabar información ya que soy yo de quién se habla, y aunque no me conozca muy bien a mí misma sí que puedo decir que me conozco mejor de lo que podría conocer a Franco por ejemplo. Pero ya te digo, no sé, te podría decir esto pero la verdad es que nunca había reflexionado sobre tal observación.
VG: Hemos visto que te has influido en Knausgard para este tipo de novela, ¿crees que el futuro de la novela está en esta autoficción?
PE: Me fascina Knausgard. Lamentablemente no hablo noruego ni inglés y por ello solo he podido leer dos obras suyas. Pero aún así me ha cautivado. Lo he visto como un alma gemela, dicho con toda modestia porque él es un gran escritor nominado incluso al Nobel. Pero sí, me entusiasma; y lo leí precisamente porque creo que el futuro de la Literatura está en esa autoficción. Es tan difícil encontrar historias nuevas y sin embargo el ser humano es tan interesante que es muy sencillo hablar de quien conoces más, tú mismo. Además es una cosa que se ha hecho desde el principio de los tiempos. Al fin y al cabo Proust hablaba de sí mismo en sus libros. Actualmente la mayoría lo hace, por ejemplo Cercas en su último libro o Trapiello. Hay una gran tradición en la autoficción que yo creo que cada vez irá a más. A parte tengo que decir una cosa, Knausgard es tremendamente guapo (risas).
VG: Tú misma has dicho que no sabías nada de la elección de los premiados hasta el momento del veredicto final. ¿Cómo son las horas antes a un premio tan importante?
PE: Es la cosa más impresionante que me ha pasado en la vida. Ahora ya puedo hacer cualquier cosa y no me pongo nerviosa porque la comparo con aquel día y nada llega a ese estado de nervios en el que estaba. Yo sabía que estaba entre los finalistas y que tenía posibilidades. No podía comer, tuve que ir al médico por una tos nerviosa, hasta miraba los objetos de mi casa y me decía: “fíjate, cuando me vuelva a sentar aquí ya seré otra persona distinta”. No se puede comparar ni al día que me casé ni nada. Yo no sabía que era finalista hasta que lo leyó Carmen Posadas aquel día. No sé si es un premio que está dado o no, pero sí sé que los que estábamos allí aquel día no sabíamos nada.
VG: Ha sido sorprendente como tu novela ha llamado la atención de tantos jóvenes lectores que están disfrutando de tus páginas. ¿Pensabas que tu obra podría interesar a este segmento?
PE: No. En primer lugar yo pensaba que mi novela estaba destinada a las mujeres de mi edad. Después, al ver la de gente que me paraba por la calle y que venían a las firmas de libros, me dije que para las mujeres en general. Poco tiempo después, viendo a compañeros periodistas que me decían que habían pasado lo mismo que cuento en la novela decidí que sería mujeres de mi edad, mujeres en general y hombres de mi edad. Pero el cuarto estadio ha sido jóvenes, incluso chicos. El otro día en Santiago me vino un chico y me pidió que le dedicara el libro a su novia porque quería vivir la misma pasión que explico en el libro. Ahora me doy cuenta que en este mundo tan banal y tan frívolo, donde todo es efímero, lo que de verdad nos da sentido es la pasión, y la pasión es para todos.
VG: Por último, ¿ha empezado ahora una nueva etapa literaria en la vida de Pilar Eyre? ¿Te veremos más en narrativa que en periodismo?
PE: Quizás no tendría que decirlo pero me he sentido tan cómoda en esta línea y he tenido tal respuesta de los lectores que me daría pereza escribir biografías. Me han pedido una biografía del rey saliente y me da pereza porque yo quiero estar hablando de mí hasta el día que me muera (risas). El próximo libro desde luego estará dentro de la línea de este. La historia de Pilar y Sebastián todavía puede dar mucho juego.
LIBREGUNTAS:
Libro de papel o electrónico: Electrónico.
Narrativa o poesía: Narrativa.
Un libro: Ayer le compré a mi hijo Open: Memorias de Andre Agassi.
Un poema: El que aparece de Vicente Alexandre en mi libro.
Un autor: Knausgard, por supuesto.
Un personaje: Eugenia de Montijo.
Una cita: "Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien". Nelson Mandela.
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